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ENFOQUE-Aumenta maltrato infantil en EEUU en medio de recesión

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Traducido del inglés: lunes, 27 de abril, 2009

Por Jason Szep

BOSTON (Reuters) - Una bebé de cuatro meses fue zarandeada con tanta violencia que necesitó cirugía. Otro de tres semanas tenía las costillas fracturadas por abuso doméstico. Un niño diabético de nueve años dejó de recibir el tratamiento apropiado para su condición.

Esos casos reportados por hospitales son parte de un aumento en abuso de menores en Estados Unidos durante una recesión que ha empujado a algunas familias al borde y sobrepasado a las agencias de protección al menor, que ya no tienen sin fondos.

"En los últimos tres meses tuvimos dos veces la cantidad de casos de heridas severas inflingidas que las que tuvimos en los tres meses del año anterior", dijo Allison Scobio, directora de programa del Equipo de Protección Infantil del Hospital de Niños de Boston.

Típicamente, su hospital atiende unos 1.500 casos por el estilo al año. Estos subieron a 1.800 el año pasado.

"Nos parece que se lo puede atribuir directamente a lo que está ocurriendo económicamente", dijo. "Muchos de los hospitales de por aquí hablan de un aumento del 20 al 30 por ciento de pedidos de consulta por supuestos maltratos a niños", agregó.

Muchos casos llevan la marca de los problemas económicos, como el niño diabético de nueve años que fue hospitalizado después de que su madre, una mujer soltera, no pudo pagar más las cuotas de su seguro médico necesario para atender su enfermedad.

La mujer lo dejó solo en casa durante largos períodos en días en los que el niño necesitaba atención médica.

"Ella tenía dificultades con las cosas básicas para mantener a este niño saludable", dijo Scobie.

En otras regiones han aparecido historias similares, según informes oficiales.

El departamento de servicios infantiles y familiares de Illinois, por ejemplo, informó sobre un aumento del 5,8 por ciento en los casos de abuso de niños en el estado en el 2008. En la zona de Chicago, los casos el año pasado aumentaron más del 9 por ciento.

Los casos de abuso de niños en Ohio, un estado muy golpeado por la recesión, ascendieron a 100.000 por primera vez en el 2007 y siguen en aumento, según la Asociación Pública para Servicios del Niño de Ohio, entidad sin fines de lucro que reúne agencias encargadas de la protección de menores.

"Muchos de nuestros directores en las agencias del condado nos dicen que las denuncias de abuso de menores han aumentado", dijo la jefa del grupo, Crystal Ward Allen, cuya entidad depende en buena parte de las ganancias de los impuestos inmobiliarios, que han colapsado con la recesión.

"Nuestra red básica de seguridad está tambaleante", sostuvo.

Los datos federales más recientes muestran que en el 2007 el abuso infantil disminuyó en Estados Unidos a un índice de 10,6 por ciento, del total de 71 millones de niños de todo el país, respecto del 12,1 por ciento del año anterior.

Pero algunos ven un cambio dramático en eso.

Una encuesta de marzo de Mason-Dixon Polling & Research mostró que 88 por ciento de 607 sheriffs, fiscales y jefes policiales a nivel nacional espera un aumento en el maltrato infantil. Ellos basaron sus opiniones más que nada en aumentos similares en recesiones pasadas.

CASOS DE BEBES MALTRATADOS

Muchos doctores concuerdan. El Hospital de Niños de Seattle y el Centro Médico Harborview están recibiendo más niños con hemorragias subdurales causadas por golpes en la cabeza producto del maltrato.

En un año típico, atienden a un niño en estas condiciones al mes. El año pasado, recibieron casi tres veces esa cantidad, o 32 niños.

"Estuvimos bastante ocupados este año nuevamente", dijo el doctor Kenneth Feldman, director médico del Programa de Protección al Menor del Hospital de Niños de Seattle. "La gran mayoría son de familias que están pasando apuros financieros", agregó Feldman.

Una ráfaga de casos similares sobresaltó a los doctores de Syracuse, Nueva York, a fines del año pasado.

"Quedé verdaderamente sorprendida", dijo la doctora Ann Botash, quien dirige el Programa de Derivación y Evaluación de Abuso de Menores de la Universidad Estatal de Nueva York en Syracuse, una ciudad de unas 147.300 personas.

La universidad de medicina en la que trabaja atendió el año pasado a 19 niños con heridas en la cabeza como resultado de golpizas o de ser zarandeados de forma severa, incluyendo a cuatro que murieron, respecto del puñado que había recibido el año anterior. Las víctimas promediaban los 7 meses de edad.

"Alrededor de diciembre vi mucho más que lo que usualmente veo. Generalmente recibo una consulta por mes. Y estábamos cuadruplicando eso. Estoy viendo más abuso físico de gravedad. Hay más estrés en la sociedad ahora en general", indicó.

Algunos doctores califican a estos casos como el "síndrome de bebé zarandeado", que el Instituto Nacional de Desórdenes y Derrames Neurológicos dice que presenta claros signos: hemorragia cerebral, hemorragia retinal y daño en la médula, en el cuello o en las costillas.

Como los bebés tienen una cabeza relativamente grande y un cuello débil, sacudirlos "hace que el frágil cerebro rebote hacia delante y hacia atrás dentro del cráneo causando heridas, hinchazón y hemorragia, lo que puede dar lugar a severos daños cerebrales permanentes o a la muerte", dice el Instituto.

"Vimos un enorme influjo de casos de bebés zarandeados", dijo la doctora. Alice Newton, directora médica del equipo de protección al menor del Hospital General de Massachusetts, que este año atendió a 25 niños por abusos graves, comparado con los 16 casos que recibieron en todo el 2008.

En un año típico suele ver de 12 a 14 niños con serios traumas inflingidos sobre la cabeza. Pero este año ya ha visto nueve. Y muchos son de familias sin los típicos indicadores de advertencia como un historial de abuso de menores o problemas con drogas.

"Estamos quedando inundados", dijo Robert Sage, director del Equipo de Protección Infantil del Centro Médico de Boston, que el año pasado atendió a 500 niños con heridas producto de abuso. Ese índice aumentó un 30 por ciento en los primeros dos meses del 2009.

"Vemos un poco de todo. Mucho abuso físico. Algo de abandono", agregó.


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