Vivir con anemia de células falciformes
Muchas personas que tienen anemia de células
falciformes pueden llevar una vida productiva si reciben buena atención
médica. También pueden gozar de una salud razonablemente buena la
mayor parte del tiempo y vivir más tiempo del que vivían antes
las personas afectadas. En la actualidad, muchas personas con anemia de
células falciformes viven hasta la cuarta o quinta década de la
vida, e incluso más.
Si usted sufre esta enfermedad, es importante
que:
- Adopte o mantenga un estilo de vida saludable.
- Tome medidas para evitar y controlar las
complicaciones.
- Se entere de formas de controlar el dolor.
Si tiene un niño o un adolescente con anemia
de células falciformes, puede aprender sobre la enfermedad y ayudarle a
su hijo a controlarla.
Adoptar o mantener un estilo de vida saludable
Para gozar de buena salud usted debe adoptar o
mantener un estilo de vida saludable.
Siga un plan saludable de alimentación. El
médico puede aconsejarle que tome ácido fólico (una
vitamina) todos los días para ayudarle a su organismo a producir
más glóbulos rojos. Además debe tomar por lo menos 8 vasos
de agua al día, especialmente cuando haga calor. Así
evitará la deshidratación, que es una situación en la que
el organismo no cuenta con líquidos suficientes.
Su cuerpo necesita actividad física frecuente
para permanecer sano. Sin embargo, usted debe evitar los ejercicios que lo
cansen mucho. Tome muchos líquidos cuando haga ejercicio.
Pregúntele a su médico qué tipo de actividades
físicas puede realizar sin peligro y en qué cantidad puede
hacerlas.
También debe dormir y descansar lo
suficiente. Avísele a su médico si cree que tiene algún
problema de sueño, como ronquidos o
apnea
del sueño. La apnea del sueño es un trastorno frecuente en el
que una persona tiene una o más pausas en la respiración o
respiraciones superficiales durante el sueño.
Pregúntele al médico si puede consumir
bebidas alcohólicas y qué cantidad puede tomar sin peligro. Si
fuma, deje de hacerlo. Pregúntele a su médico sobre programas y
productos que puedan ayudarle a dejar el hábito.
Tomar medidas para evitar y controlar las
complicaciones
Además de adoptar costumbres saludables,
usted puede tomar otras medidas para prevenir y controlar las crisis
falciformes dolorosas. Varios factores pueden causar estas crisis. Si usted
sabe cómo evitar o controlar estos factores, podrá controlar el
dolor.
Quizá sea prudente que evite los
descongestionantes, como la seudoefedrina. Estas medicinas pueden contraer los
vasos sanguíneos e impedir aún más el movimiento
fácil de los glóbulos rojos a través de ellos.
Evite temperaturas extremas de calor y frío.
Póngase ropa abrigada para salir cuando haga frío y para estar en
habitaciones con aire acondicionado. No nade en agua fría ni escale
grandes alturas sin llevar oxígeno adicional.
Disminuya el estrés de su vida. Hable con el
médico si está deprimido o si tiene problemas en el trabajo o con
su familia. La ayuda de su familia y amigos, al igual que la de un grupo de
apoyo, puede servirle para sobrellevar la vida diaria.
En la medida de lo posible, evite los trabajos que
requieran mucho esfuerzo físico, lo expongan a temperaturas extremas de
frío o calor, o tengan horarios largos.
No viaje en aviones en los que la cabina no
esté presurizada (es decir, en los que no se bombee oxígeno
adicional en la cabina). Si debe viajar en un avión de éstos,
pregúntele a su médico cómo debe protegerse.
Aplíquese la vacuna contra la gripe y otras
vacunas para prevenir infecciones. También debe ir al dentista con
regularidad para prevenir infecciones y pérdida de dientes.
Comuníquese con su médico si tiene signos de una
infección, como fiebre o problemas para respirar. Es importante que le
den tratamiento lo antes posible.
También son importantes los chequeos
médicos y los tratamientos. En los chequeos le pueden hacer pruebas para
detectar enfermedades de los riñones, los pulmones y el hígado.
Consulte con regularidad a un experto en anemia de células falciformes.
Además, acuda periódicamente a un oftalmólogo para que lo
examine en busca de lesiones de los ojos.
Entérese cuáles son los signos y
síntomas del derrame cerebral. Entre ellos están: dolor de cabeza
persistente, debilidad en un lado del cuerpo, cojera y cambios repentinos del
habla, la vista o el oído. Si tiene alguno de estos síntomas,
infórmele a su médico de inmediato.
Contrólese y hágase tratamiento para
los demás problemas de salud que tenga, por ejemplo, la diabetes.
Hable con el médico si está embarazada
o piensa quedar embarazada. Usted va a necesitar cuidados prenatales
especiales. La anemia de células falciformes puede empeorar durante el
embarazo.
Las mujeres que tienen anemia de células
falciformes también corren más riesgo de tener un parto prematuro
o un bebé de bajo peso al nacer. Sin embargo, si recibe atención
prenatal temprana y se hace chequeos frecuentes, puede tener un embarazo
sano.
Aprender formas de controlar el dolor
Cada persona experimenta el dolor de manera
diferente. El dolor con que una persona puede vivir puede ser insoportable para
otra. Colabore con su médico para hallar formas de controlar el dolor.
Es posible que necesite medicinas de venta sin receta y medicinas recetadas. El
médico puede recetarle analgésicos narcóticos. Si este es
el caso, pregúntele cómo usarlos sin peligro.
El dolor también se puede controlar con
almohadillas calientes, baños calientes, descanso o masajes. La terapia
física (fisioterapia) puede aliviar el dolor al ayudarlo a relajarse y a
fortalecer los músculos y articulaciones.
La consejería o la autohipnosis
también pueden ser eficaces. Quizá a usted le parezcan
útiles las actividades que alejen su mente del dolor, como ver
televisión y hablar por teléfono.
Cuidado de un niño con anemia de
células falciformes
Si su niño tiene anemia de células
falciformes, usted debe informarse todo lo que pueda sobre la enfermedad.
Así podrá reconocer los primeros signos de problemas, como fiebre
o dolor en el pecho, y buscar tratamiento oportuno.
Los centros y clínicas para el tratamiento de
la anemia de células falciformes pueden darle información y
asesoría para ayudarlo a sobrellevar el estrés de lidiar con la
enfermedad de su hijo.
Atención continua
Su niño tendrá que ir al médico
a menudo a hacerse pruebas de sangre. El médico también lo
examinará para determinar si hay lesiones en los pulmones, los
riñones y el hígado.
Hable con el médico sobre el plan de
tratamiento de su hijo, con qué frecuencia necesita chequeos y
qué es lo más adecuado para mantenerlo lo más sano
posible.
Prevención de infecciones
Para prevenir infecciones, asegúrese de que
su hijo reciba todas las vacunas que el médico recomiende. (Si desea
más información sobre vacunas, consulte el apartado
"¿Cómo se trata la anemia de
células falciformes?").
La buena higiene también sirve para prevenir
infecciones. Asegúrese de que su hijo se lave las manos con frecuencia.
Así disminuirán las probabilidades de contraer infecciones.
Llame al médico de inmediato si su
niño tiene signos de infección, como fiebre o dificultad para
respirar. Mantenga un termómetro a mano y sepa cómo usarlo. Llame
al médico si la temperatura del niño está por encima de
101 grados Fahrenheit (38.5 grados Celsius).
Prevención del derrame cerebral
Entérese de cuáles son los signos y
síntomas del derrame cerebral para que pueda actuar en caso necesario.
Los signos y síntomas comprenden dolor de cabeza persistente, debilidad
en un lado del cuerpo, cojera y cambios repentinos del habla, la vista o el
oído. Los cambios de comportamiento también pueden ser signo de
un derrame cerebral.
Pregúntele al médico si su hijo
necesita ecografías periódicas de la cabeza. Estas
ecografías pueden mostrar si el niño corre mucho riesgo de sufrir
un derrame.
Cuándo se debe llamar al médico
Pregúntele al médico de su hijo
cuándo debe llamarlo de inmediato. Por ejemplo, el médico puede
decirle que lo llame inmediatamente si el niño tiene signos de un
derrame cerebral o una infección. Es posible que también deba
llamarlo si el niño presenta lo siguiente:
- Hinchazón de las manos o los pies
- Hinchazón del estómago. Si el bazo
aumenta de tamaño más de lo normal, es posible que la
hinchazón se vea o se palpe por debajo de la costilla inferior
izquierda. El niño puede quejarse de dolor en esa zona.
- Palidez en la piel o en el lecho de las
uñas, o coloración amarillenta de la piel o de la parte blanca de
los ojos
- Cansancio repentino acompañado de falta de
interés en lo que lo rodea
- Erección del pene que no desaparece
- Dolor en las articulaciones, el estómago,
el pecho o los músculos
- Fiebre
Los niños de edad escolar pueden a menudo
(pero no siempre) participar en educación física o deportes. Sin
embargo, el médico del niño debe aprobar toda actividad.
Pregúntele al médico qué actividades puede realizar el
niño sin peligro.
Cuidado de un adolescente con anemia de
células falciformes
Los adolescentes que tienen anemia de células
falciformes deben controlar su enfermedad y al mismo tiempo deben hacer frente
a los estreses propios de la edad. Estos adolescentes se enfrentan
además a tipos de estrés específicos que tienen que ver
con la anemia de células falciformes, como:
- Problemas de imagen corporal causados por madurez
sexual retrasada
- Tener que hacer frente al dolor y al miedo a
volverse adictos a los analgésicos narcóticos (medicinas para el
dolor que contienen narcóticos)
- Vivir en la incertidumbre. (La anemia de
células falciformes es impredecible y puede causar dolor y lesiones en
el cuerpo en cualquier momento).
Entre los recursos de ayuda para adolescentes con
anemia de células falciformes se cuentan los grupos de apoyo para
adolescentes y la consejería familiar e individual. |