Evaluación
Es muy importante que los pacientes de cáncer se sometan a una evaluación cuidadosa para el trastorno de estrés postraumático y de esta manera identificar los síntomas iniciales y tratarlos. El momento adecuado para llevar acabo dicha evaluación va a ser diferente con cada paciente. El cáncer es una
enfermedad de repetidos traumas y duración indeterminada. El paciente puede
experimentar síntomas de tensión en cualquier momento del transcurso entre el
diagnóstico hasta la finalización del tratamiento y la reaparición del cáncer. En
los pacientes que tienen un historial de haber sido perjudicados en el pasado
(como el caso de las víctimas del holocausto) y que en el presente padecen de
PTSD o sus síntomas, debido a estas experiencias pasadas, podrían reaparecer
los síntomas debido a ciertos estímulos provocados por la terapia
del cáncer (por ejemplo, procedimientos tales como estar dentro de una cámara de
imágenes de resonancia magnéticas (MRI, por sus siglas en inglés) o de tomografía computarizada (CT, por
sus siglas en inglés). A pesar de que estos pacientes podrían sufrir de
reajustes al cáncer y su terapia, sus síntomas de PTSD podrían variar,
dependiendo de otros factores. Los síntomas podrían convertirse en más o menos
prevalentes, durante o después del tratamiento.
Los síntomas de PTSD suelen presentarse dentro de los primeros 3 meses del
trauma, pero algunas veces no aparecen sino hasta meses o años más tardes. Por
tanto los pacientes de cáncer y sus familiares deberán estar siempre en
constante alerta.
Algunas personas que han atravesado por una situación angustiante, podrían
mostrar algunos de los síntomas sin necesariamente llenar todos los requisitos
que implican un diagnóstico de PTSD. Sin embargo, estos síntomas iniciales
podrían presagiar que el PTSD se presente más tarde. Estos síntomas iniciales
también podrían indicar la necesidad que tienen los familiares y el paciente
mismo de mantenerse en vigilancia constante.
Hacer un diagnóstico de PTSD es difícil, si tomamos en cuenta que sus síntomas
emulan muchas veces otros problemas psiquiátricos. Por ejemplo, la
irritabilidad, falta de concentración, aumento en la disposición de estar a la
defensiva, miedo excesivo y sueños intranquilos, son síntomas no solo del
PTSD, sino también de los trastornos de ansiedad. Otros síntomas comunes al
PTSD lo son las fobias y los ataques de pánico. Algunos síntomas como la
pérdida de interés, el sentirse sin futuro, el evitar las otras personas y
problemas en el dormir, podrían indicar que el paciente padece de PTSD o de
depresión. Aun en la ausencia de PTSD u otros problemas, existen reacciones
normales ante el diagnóstico de cáncer o el tratamiento de una enfermedad
grave, que incluyen pensamientos intrusivos, la sensación de estar separándose
de los seres queridos y del mundo, problemas con el sueño y euforia.
Para determinar el diagnóstico, el personal sanitario usa técnicas de
entrevistas y cuestionarios, de evaluación del paciente.
También podrían existir otros problemas además del PTSD. Estos problemas
pueden consistir en drogadicción, tabaquismo, problemas emocionales y otros
trastorno de la ansiedad, como lo son la depresión clínica, alcoholismo,
narcodependencia, miedos sociales y trastornos obsesivo compulsivos.
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