Para las personas que
tienen de 31 a 50 años de edad, el consumo de una alta proporción
de la comida rápida se asocia con un indice de masa corporal más
alto. Imagen cortesía de Microsoft Clipart. |
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Elecciones alimentarias e indicadores de salud
Por Rosalie
Marion Bliss 3 de febrero 2009
Muchos adultos viven de prisa, y cuando la necesidad de rapidez se
extiende a la hora de comer, a menudo ellos escogen comidas rápidas. Un
estudio por nutricionista
Rhonda
Sebastian con el
Servicio de
Investigación Agrícola (ARS) muestra que entre los
estadounidenses de edades de 31 a 50 años, obtener una proporción
más grande de calorías totales de los restaurantes convencionales
de comida rápida fue asociado con un índice de masa corporal
(IMC) más alto. El IMC es un índice del peso de una persona en
relación con su altura, y es usado para calcular la grasa corporal.
Sebastian trabaja en el
Centro
de Investigación de Nutrición Humana mantenido por el ARS en
Beltsville, Maryland. ARS es la agencia principal de investigaciones
científicas del
Departamento
de Agricultura de EE.UU.
Sebastian y sus colegas analizaron los hábitos de comer de
más de 2.000 voluntarios de edades de 19 a 50 años. El
análisis fue basado en las respuestas colectadas de dos cuestionarios
sobre el consumo alimentario de los respondedores durante dos períodos
de 24 horas. Los cuestionarios fueron parte de la encuesta nacional de consumo
alimentario llamada, "What We Eat In
America" (Lo Que Comemos en América), un componente de la
Encuesta Nacional de Examen de
Salud y Nutrición (NHANES por sus siglas en inglés).
En NHANES y el nuevo estudio, las comidas rápidas se definieron
como todas las comidas que los respondedores consiguieron de restaurantes de
comida rápida y de pizza, sin camareros o camareras, incluyendo comida
para llevar, reparto de comida a domicilio, y ventanillas de autoservicio. El
consumo total de calorías y el porcentaje de calorías derivadas
de las fuentes de comida rápida fueron calculados para los respondedores
de la encuesta, los cuales fueron seleccionados como representantes de la
población estadounidense.
La relación significativa entre el IMC y el consumo de comida
rápida encontrada en el grupo con edades de 31 a 50 años no fue
encontrada en los 894 voluntarios del grupo con edades de 19 a 30 años.
Los investigadores también descubrieron que los respondedores
de la encuesta que consiguieron un porcentaje más grande de sus
calorías de las comidas rápidas consumieron niveles más
altos de calorías discrecionales totales. Para una definición a
fondo de calorías discrecionales, visite el Plan MiPirámide en
línea en:
http://www.mypyramid.gov/pyramid/sp-discretionary_calories.html
.
El porcentaje de adultos estadounidenses que cumplieron con las
recomendaciones dietéticas de MyPyramid fue bajo, sin tener en cuenta si
reportaron o no reportaron el consumo de comidas rápidas. Los
investigadores concluyeron que las estrategias para ayudar a la gente a cumplir
con las recomendaciones dietéticas deben tomar en cuenta los tipos de
comidas y bebidas obtenidas de todas fuentes, no sólo de los
establecimientos de comida rápida.