Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales en el Commonwealth Club de Silicon Valley con respecto a la reforma inmigratoria exhaustiva

Santa Clara, California
21 de julio de 2006

Buenos días. Gracias por la presentación generosa, Juez Chin, y gracias a todos por haberme invitado a acompañarlos hoy.

Como podrán imaginarse, el asunto de la inmigración es algo que llevo muy cerca del corazón por una serie de motivos. Todos tenemos nuestra propia perspectiva del asunto debido a nuestra herencia, nuestra profesión, nuestra proximidad a la frontera, etc..

Sin embargo, creo que todos estamos de acuerdo en por lo menos un hecho y una respuesta en lo que se refiere a la inmigración.

El hecho es que el gobierno federal necesita tomar medidas.

Y la respuesta es que no hay respuestas fáciles. Y eso está bien. Me enorgullezco de apoyar la propuesta del Presidente de una reforma inmigratoria, en parte, porque creo que no es una respuesta fácil. Se trata de un conjunto amplio de reformas que tratan del problema de la inmigración ilegal desde todos los ángulos relevantes: seguridad en la frontera, un programa de trabajador temporal, sistemas de identificación eficaces que facilitarán responsabilizar a los empleadores, y un curso de acción para los millones de inmigrantes ilegales que ya se encuentran aquí.

Creo que es un conjunto exhaustivo de reformas que dará resultado para tratar un problema considerable y creciente. Y espero que cuando termine el tiempo que pasaremos juntos, ustedes estén de acuerdo. Como mis propios antecedentes y profesión me proporcionan una perspectiva singular de la inmigración y la reforma inmigratoria, me gustaría compartirla brevemente con ustedes; creo que proporcionará un buen comienzo para nuestro debate.

Me crié muy conciente del hecho de que mis abuelos eligieron este país como un lugar en el que podrían darles una vida mejor a sus hijos y nietos. Nacieron mexicanos, pero eligieron vivir como ciudadanos de los Estados Unidos. Y, en el proceso, inculcaron a sus hijos y nietos un patriotismo muy arraigado.

Sus sueños de una vida mejor en este país se hicieron realidad e, incluso, se superaron sus expectativas después de apenas dos generaciones. Humildemente, me doy cuenta de que soy el producto de sus sueños estadounidenses. Esto influye en mis opiniones sobre la inmigración en el sentido de que soy un partidario ferviente de la diversidad de culturas. Me agrada profundamente que los Estados Unidos de América sean una nación de inmigrantes, y creo que nuestra diversidad nos proporciona fuerza.

Más allá de ser el producto de la inmigración, la forma que han tomado mis opiniones se debe a mi experiencia como abogado, juez y Secretario de Justicia de los Estados Unidos, la principal autoridad de las fuerzas del orden público de la nación. Tengo siempre presente que somos una nación de leyes, y que el hacer cumplir esas leyes es esencial para la salud de nuestro país y la preservación de sus libertades. Y sé que la inmigración ilegal degrada al imperio de la ley.

Me doy cuenta de que la perspectiva de ustedes de este asunto también es singular: ustedes son californianos. Tienen la población más grande de inmigrantes ilegales del país. Muchos de ustedes son patronos; todos ustedes son contribuyentes.

Sin duda, todos estos factores han dado forma a sus opiniones.

Asimismo, ustedes han tenido más años para pensar sobre el problema, y las soluciones potenciales, que muchos de sus conciudadanos, ya que este problema llegó a un punto crítico aquí hace mucho tiempo.

Los inmigrantes, tanto ilegales como legales, han proporcionado un suministro crítico de mano de obra, especialmente para las industrias agrícolas y tecnológicas de California. Tanto los inmigrantes legales como los ilegales han contribuido para su base tributaria. Sin embargo, los inmigrantes ilegales también representan un costo enorme para el estado de ustedes en la forma de servicios sociales: educación, atención médica, etc..

Por lo tanto, surgió una señal de advertencia nueva hace cinco años en el problema de hace décadas de la inmigración en California: el terrorismo. Una frontera porosa es una oportunidad para que los enemigos de este país entren, se mezclen y desarrollen sus conspiraciones asesinas en suelo estadounidense.

Por lo tanto, la reforma es urgente para California, y ahora para el resto de la nación.

Para este problema complicado, emotivo y alarmante, la acción del gobierno debe ser justa, imparcial y realista.

Comencemos con el valor de la justicia.

Hace dos semanas, justo después del cuatro de julio, participé en una ceremonia de naturalización para ciudadanos estadounidenses nuevos en la Ciudad de Nueva York. No sé cuántos de ustedes han visto a amigos o familiares naturalizarse; es bastante emotivo. Les aseguré a estos orgullosos ciudadanos nuevos que el Presidente ha asumido un compromiso con la imparcialidad en su reforma. El Presidente y yo creemos que, moralmente, los que estamos en el gobierno les debemos a las personas que siguieron las reglas para convertirse en ciudadanos promulgar una reforma inteligente que tenga en cuenta la diferencia entre aquellos que siguieron las reglas y los que no lo hicieron. Es una cuestión de justicia.

Esto incluye ir al final de la fila para la ciudadanía si se está aquí ilegalmente. Incluye pagar multas significativas, pagar impuestos a la renta retroactivos y pagar impuestos de Seguro Social retroactivos.

La mayoría de los inmigrantes ilegales que viven y trabajan aquí hace mucho tiempo han sido productivos y, por lo demás, han sido miembros de nuestra sociedad respetuosos de la ley. Es justo permitirles la oportunidad de la ciudadanía, pero deben ganársela, y el precio de quebrar la ley debe pagarse.

Como todo lo que se conquista, la ciudadanía será especialmente valorada por aquellos que trabajen para conseguirla. Para aquellos que llegaron al país ilegalmente, el camino hacia la ciudadanía será más difícil y más largo con la reforma inmigratoria, pero no estará fuera de alcance. Nuevamente, esta es una solución justa y práctica para el reto que enfrentan todos los ciudadanos de los Estados Unidos, incluidos aquellos que desean o ya han logrado la ciudadanía legalmente.

La reforma también debe ser imparcial, y debe renovar la fe en el imperio de la ley.

El brindarles a los inmigrantes honestos una manera legal de mantener a sus familias revivirá el imperio de la ley en un sector clandestino del mercado laboral.

Los trabajadores dispuestos serían combinados con patronos dispuestos. Todos los solicitantes serían sometidos a investigaciones de antecedentes. Y se exigiría que los trabajadores temporales regresaran a sus países al finalizar sus contratos de trabajo.

Creemos que un programa de trabajador temporal bien diseñado y bien administrado sería bueno para los gobiernos estatales y locales, ya que los trabajadores temporales pagarían impuestos, contribuyendo así para la financiación de servicios sociales, educación y atención médica.

Una parte de lo que permitiría que el programa de trabajador temporal funcionara correctamente es un mejor sistema de identificación. La responsabilidad del patrono es esencial en nuestra labor de restaurar integridad al sistema inmigratorio de la nación. Y si bien la contratación de inmigrantes ilegales es un desacato a la ley, debemos reconocer que puede resultarles difícil a los patronos verificar la situación de sus trabajadores.

El fraude de documentos es extendido y extremamente sofisticado. Es un negocio delictivo internacional que está a la par de la estructura y el alcance de los carteles de drogas más fuertes. Por lo tanto, el ojo no entrenado no logra identificar fácilmente un documento falsificado con destreza. Y, por supuesto, el área de especialidad de la mayoría de los patronos no es la verificación de documentos; es la agricultura o la manufactura, o sea cual fuera su actividad comercial. Cada día, se presentan tarjetas de Seguro Social, certificados de nacimiento, licencias para conducir, tarjetas de extranjero residente falsos, etc.. Algunos de estos aspirantes a trabajadores han robado la identidad completa de un ciudadano de los Estados Unidos.

Nuevamente, los patronos no son detectives de documentos y la ley no exige que lo sean. De hecho, corren el riesgo de que se los demande si rechazan a un empleado potencial cuyos documentos parecerían ser válidos. Las firmas pequeñas, en particular, carecen de los recursos necesarios para verificar la documentación. En otras palabras, no tienen un departamento de recursos humanos que se ocupe de esos asuntos.

El Departamento de Seguridad de la Patria está tomando medidas en varios planos para proporcionar a los patronos las herramientas que necesitan para crear una plantilla laboral legal y segura.

Sin embargo, para ayudar a los patronos y tomar medidas enérgicas para resolver este problema en el largo plazo, debemos crear, con el tiempo, una nueva tarjeta de identificación para cada trabajador extranjero legal. Tenemos la tecnología necesaria, y debemos utilizarla. Por ejemplo, huellas dactilares digitales podrían permitir la existencia de tarjetas de identificación que no pudieran falsificarse. Esto ayudaría a hacer valer la ley y dejaría a los patronos sin excusas para violarla.

Las leyes fácilmente aplicables también tienen el poder de modificar incentivos. Si los trabajadores extranjeros saben que solo pueden trabajar aquí bajo circunstancias legítimas con identificación oficial, el incentivo para que crucen la frontera ilegalmente será menor.

Finalmente, las reformas deben basarse en la realidad.

Por ejemplo, no podemos, de manera realista, deportar en masa a las 12 millones de personas que se encuentran aquí ilegalmente hoy. Tiene mucho más sentido crear un camino estrictamente definido hacia la ciudadanía, el cual comprendería el pago de cargos e impuestos retroactivos, según expliqué hace un rato.

El Presidente ha dicho que los inmigrantes ilegales que tienen raíces en nuestro país y deseen quedarse deben pagar una "penalidad significativa por violar la ley". Desea que paguen sus impuestos y aprendan a hablar inglés. El Presidente cree que deben esperar en fila detrás de aquellos que respetaron las reglas y obedecieron la ley.

Sé que existe inquietud sobre una amnistía. Sin embargo, quiero asegurarles que el plan del Presidente es una manera para que aquellos que han violado la ley paguen su deuda a la sociedad y luego tengan la oportunidad de demostrar su reputación y su compromiso para lograr la ciudadanía legal. Esto no es una amnistía.

Aquellos que han venido ilegalmente para dedicarse a actividades ilegales o ilícitas, incluidas conspiraciones terroristas, se encuentran en otra categoría. Y tendrán que tratar con el Departamento de Justicia, el Buró Federal de Investigaciones [Federal Bureau of Investigation (FBI)], el Departamento de Seguridad de la Patria y los oficiales de las fuerzas del orden público estatales y locales. Estamos trabajando unidos en descubrir, desmantelar y desbaratar sus conspiraciones todos los días. Como le dije al comité judiciario del senado a principios de esta semana: cuando se trata de la pasión por desbaratar conspiraciones terroristas domésticas, todos los días son el 12 de septiembre para los empleados del Departamento de Justicia. Su dedicación es de un 100 por ciento, todos los días.

Esto me lleva a mi próximo punto sobre la realidad: No podemos ignorar la realidad de que el nivel de facilidad con el que extranjeros logran entrar a nuestro país ilegalmente representa una amenaza a la seguridad. Podemos seguir orgullosos de ser un país abierto y una nación de inmigrantes, sin dejar de proteger a nuestro país contra aquellos que desean hacernos daño, ya sea aprovechando nuestros servicios sociales sin pagar impuestos, a través de la venta ilegal de drogas que destruyen a familias y comunidades, o a través de tramar y llevar a cabo actos de terrorismo.

Para la protección exitosa de nuestras fronteras se necesitará mano de obra, la implementación de tecnología, el fin de la práctica de "atrapar y soltar", y dedicación en todos los niveles del gobierno, local, estatal y federal, para mantener afuera a los delincuentes.

El Presidente no desea militarizar las fronteras, pero ha pedido al Congreso que proporcione fondos para mejoras significativas. Para fines de 2008, espera incrementar el número de oficiales de la Patrulla Fronteriza en 6,000 oficiales. Esto significará que el tamaño de la Patrulla Fronteriza será más que el doble del actual durante su Presidencia. Como ustedes saben, el Presidente también ha desplegado a la Guardia Nacional para que ayude hasta que se haya contratado y capacitado a oficiales permanentes de la Patrulla Fronteriza.

Creo que estarán de acuerdo en que estas acciones demuestran un compromiso sólido para con una mayor seguridad de las fronteras.

Mientras se realiza el despliegue de hombres, también se debe lanzar la iniciativa de seguridad de fronteras de mayor avance tecnológico de nuestra historia. Esto incluye cercos de alta tecnología en corredores urbanos y caminos de patrulla nuevos y barreras nuevas en áreas rurales. Tenemos la tecnología necesaria y debemos usarla para optimizar la labor de nuestros oficiales de la Patrulla Fronteriza: sensores de movimiento, cámaras de infrarrojo y vehículos aéreos sin tripulación les ayudará a hacer su trabajo y, en última instancia, ayudarán a evitar cruces ilegales.

Esta es otra área en la cual la acción del gobierno debe ocurrir de forma cooperativa. Las fuerzas del orden público estatales y locales necesitan nuestro apoyo, y con la propuesta del Presidente, lo tendrán. Significa que se aumentará el presupuesto federal para autoridades estatales y locales que estén ayudando a la Patrulla Fronteriza en misiones de coacción específicas. También significa que se proporcionará capacitación especializada para que puedan ayudar a los oficiales federales a capturar y detener inmigrantes ilegales.

Mencioné la necesidad de dar fin a la práctica de "atrapar y soltar". Esto es importante en lo que se refiere tanto a justicia como a realidad. Cuando atrapemos inmigrantes ilegales al cruzar la frontera, debemos regresarlos a sus países. Esto ha sido más fácil en lo que se refiere a logística con los inmigrantes ilegales provenientes de México; sin embargo, los de otros países han presentado dificultades físicas y legales.

Lamentablemente, por muchos años no tuvimos espacio suficiente en los establecimientos de detención para mantener a estas personas mientras el proceso legal seguía su curso. Por lo tanto, se los soltaba en la sociedad y se les pedía que regresaran para comparecer ante el tribunal en una fecha determinada. No creo que sorprenda oír que la gran mayoría no se presentó para su audiencia.

Esta práctica es simplemente inaceptable y, en el peor de los casos, frustra la labor de nuestros oficiales de la Patrulla Fronteriza que capturan a los inmigrantes ilegales. El fin del "atrapar y soltar" será el comienzo de un programa de seguridad de fronteras más eficiente en general.

Ya se están tomando medidas en este sentido. Estamos agregando camas en nuestros establecimientos de detención y hemos acelerado el proceso legal para cortar el plazo de deportación medio. Y estamos informando a los gobiernos extranjeros, en términos muy claros, que deben recibir de vuelta a sus ciudadanos que violen las leyes inmigratorias de los EE.UU.

El Presidente está pidiendo al Congreso fondos adicionales y la autoridad legal para, de una vez por todas, poner fin a la práctica de "atrapar y soltar" en la frontera del sur. Creemos que esto proporcionará otro cambio en los incentivos: cuando las personas saben que serán atrapadas y enviadas de vuelta a sus países si entran a nuestro país ilegalmente, es menos probable que intenten entrar a hurtadillas.

***

La realidad de la época en que vivimos exige acciones rápidas y significativas. Y los valores que abrazamos como nación exigen justicia e imparcialidad en todo momento.

Creo que el plan del Presidente logra un muy buen equilibrio de estos objetivos.

La libertad y la oportunidad ofrecidas por los Estados Unidos siempre ha atraído, y seguirán siempre atrayendo, a almas esperanzadas ‘ansiosas por respirar libremente’. Esto es algo bueno, y debe continuar. Una nación de inmigrantes es algo que debemos preservar, porque sabemos que la inmigración enriquece a nuestro país enormemente.

También somos una nación de leyes, y esto ayuda también a fortalecer nuestro país. El objetivo de la reforma inmigratoria, así como en el caso de toda buena legislación, es proteger lo que valoramos más, siguiendo el ritmo de los tiempos, las circunstancias y los desafíos cambiantes.

Creo que esto puede lograrse a través de las reformas propuestas por el Presidente. Como líderes en su estado y sus comunidades, los insto a que expresen sus opiniones y se pronuncien sobre este asunto. Todos los aspectos del debate merecen atención porque una reforma que sea menos que exhaustiva no será suficiente.

Por lo tanto, no dejen de dedicarse al asunto.

Este plan del Presidente es grande. No es simple, porque no existen respuestas simples para un desafío de esta magnitud. Sin embargo, les aseguro que un proyecto de ley exhaustivo representará una victoria exhaustiva para los gobiernos estatales y locales, para los contribuyentes y para tanto la economía como la seguridad de la patria de los ciudadanos de los Estados Unidos.

Cuando habla de este asunto, el Presidente nos recuerda a los que estamos en el gobierno que "vidas reales serán afectadas por nuestros debates y decisiones". Como miembro de su gabinete, puedo asegurar que sus políticas son inteligentes y bien pensadas. Pero como su amigo, soy testigo de su dedicación a la dignidad humana, y puedo decirles que es algo que ha dado forma a sus propuestas de reforma inmigratoria.

El Presidente se da cuenta de que las personas estén dispuestas a arriesgar todo por el sueño de la libertad, y se da cuenta de la necesidad vital de proteger a los ciudadanos de los Estados Unidos contra aquellos que harían cualquier cosa por quitarles la libertad. Creo que sus propuestas de reforma son un enfoque excelente y multifacetado para este problema complicado.

Muchas gracias por haberme invitado a acompañarlos hoy. Estoy a la disposición de ustedes para contestar sus preguntas.

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