Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzáles en la Cumbre de las Fuerzas del Orden Público de la Iniciativa Global de Combate al Terrorismo Nuclear

Miami, Florida
11 de junio de 2007

Buenas tardes.

Me complace estar aquí hoy, y deseo extender mi bienvenida a todos nuestros asociados internacionales representados aquí hoy.

Juntos, es mucho lo que hemos logrado para proteger a los ciudadanos de nuestras respectivas naciones a lo largo de los últimos más de cinco años desde el 11 de septiembre. Algunos de ustedes que vienen de otros países sufren con el terrorismo hace más tiempo aún. Los éxitos que hemos tenido en la lucha contra el terrorismo se deben, principalmente, a que no hemos esperado para actuar. En los EE.UU., sé que comenzamos a pensar en nuestra respuesta el mismo día de los ataques del 11 de septiembre.

Un poco antes de las 7:00 esta noche, el día que cambió nuestro estilo de vida y nuestra manera de pensar, estaba esperando el regreso del Marine One, el helicóptero en el que viajaba el presidente, al Jardín Sur de la Casa Blanca. Junto con otros, estaba en el exterior de la Oficina Ovalada, listo para reunirme con el Presidente y comenzar la labor de defender a los Estados Unidos.

Al llegar, el Presidente estaba determinado. Su semblante era grave cuando se acercó a nosotros. Al encontrarse con nosotros y luego ingresar a la Casa Blanca, no dijo una palabra. Simplemente, hizo un gesto ligero con la cabeza. Lo seguimos a la Oficinal Ovalada, la cual estaba siendo preparada para su discurso a la nación de las 8:30, y luego lo seguimos a su comedor privado.

Allí, nos sentamos, nos arremangamos y nos pusimos a trabajar.

***

Me cuesta recordar en qué trabajé como Consejero de la Casa Blanca antes de ese día. Lo que recuerdo vívidamente es después: las imágenes de las Torres del World Trade Center en llamas, personas desesperadas que saltaban a sus muertes y despedidas telefónicas desesperadas entre seres queridos.

Sin embargo, a pesar de lo espeluznante de esos ataques, imaginen si el humo sobre la Ciudad de Nueva York ese día hubiera sido el de una nube en forma de hongo, responsable por la muerte de no solo miles, sino decenas, tal vez centenas de miles de personas. Imaginen si el gobierno de los Estados Unidos ya no pudiera funcionar en nuestra capital porque fue destruida por una explosión de 10 kilotones. Es el trabajo de las personas en esta sala imaginarse situaciones tan escalofriantes. Y es nuestro trabajo evitar que ocurran.

Es por eso que el reloj de esta batalla contra el terrorismo nunca se detiene, y es por eso que las asociaciones entre los agentes de las fuerzas del orden público, y entre las comunidades de las fuerzas del orden público e inteligencia, nunca deben tener lagunas.

Ustedes saben esto muy bien. Por lo tanto, me complace tener esta oportunidad de hablar con todos ustedes sobre lo que estamos haciendo, juntos, para evitar los ataques terroristas - en este caso, el tipo de ataque más impensable - y hablar sobre lo que nuestra red está haciendo para detener y, a la larga, derrotar la red terrorista.

La amenaza del terrorismo nuclear es demasiado real. Sabemos, por ejemplo, que Al Qaeda trata de adquirir o fabricar armas nucleares hace más de diez años. De hecho, Usama Bin Laden ha indicado que considera la adquisición de armas de destrucción masiva una obligación para sus seguidores. Y la descubierta de la red clandestina de tráfico nuclear de A.Q. Khan demuestra que el mercado negro internacional de armas nucleares incluye tanto a compradores como vendedores.

La adquisición de apenas una pequeña arma nuclear brindaría a los terrorista un poder destructivo devastador: El Informe de nuestra Comisión 11/9 señala que un ingeniero nuclear capacitado con una cantidad de uranio o plutonio altamente enriquecido del tamaño aproximado de una toronja o una naranja, junto con material disponible comercialmente, podría fabricar un dispositivo nuclear que podría caber en una camioneta como la que Ramzi Yousef estacionó en el garaje del World Trade Center en 1993. Dicha bomba acabaría con el Bajo Manhattan.

La perspectiva de armas nucleares en las manos de terroristas es distinta a la de cualquier otra amenaza a las fuerzas del orden público o la seguridad nacional que enfrentamos. No se trata de capturar al ladrón después de cometido el delito. En su lugar, se trata de prevención, y de mantener las armas y materiales para construirlas seguras, fuera de mercados ilícitos y lejos de los terroristas.

Por supuesto, si los terroristas tienen éxito en detonar un arma nuclear en los Estados Unidos, el Departamento encabezará la labor de las fuerzas del orden público de la investigación del hecho y llevará a las personas y organizaciones responsables ante la justicia.

Pero no quiero jamás tener que enjuiciar este tipo de delito. Quiero trabajar con ustedes para evitar que ocurra en cualquier lugar del mundo. Esta misión es el reto de nuestra generación como profesionales de las fuerzas del orden público y de inteligencia, y estamos aquí porque reconocemos que es mucho lo que podemos perder si fracasamos.

Es por eso que, al enfrentar esta amenaza en todo el mundo, es esencial que tomemos las muchas lecciones que aprendimos después del 11/9 en el combate al terrorismo, y apliquemos esas lecciones a este tema más amplio de la proliferación y la amenaza específica del terrorismo nuclear.

Los mismos conceptos que se aplican a cómo investigamos organizaciones y complots terroristas - lo que es más importante, los conceptos de coordinación y cooperación entre las fuerzas del orden público - también deben aplicarse a la lucha contra la proliferación de ADM (armas de destrucción masiva) y sus muchos componentes.

Sé que todos tenemos sistemas de fuerzas del orden público distintos. Aproximadamente 30 países están representados en esta conferencia, lo cual significa 30 sistemas legales distintos.

Sin embargo, la comunicación, la información compartida y la coordinación son verdaderos conceptos universales. Son la esencia de lo que, a la larga, hará que nuestra red sea más fuerte que la red terrorista.

Lecciones aprendidas del 11/9 sobre la lucha contra el terrorismo

A lo largo de los últimos seis años, los Estados Unidos han pasado de ser un modelo en el que las dependencias de inteligencia y de las fuerzas del orden público estaban aisladas por un muro por una serie de motivos legales y culturales, a una en la que estos campos actúan unidos y al unísono. Hemos derrumbado ese muro y permitido un flujo de información mucho más fuerte. Deseo hablar sobre este cambio esencial porque ha sido muy eficaz. Ahora podemos utilizar la pericia y los vastos recursos de las dependencias de las fuerzas del orden público y de inteligencia en una medida nunca antes posible en este país.

Estos cambios nos han permitido combatir amenazas terroristas a los Estados Unidos y al mundo de manera mucho más eficiente.

Apenas un ejemplo de esta nueva manera de hacer las cosas es el establecimiento de la División Nacional de Seguridad [National Security Division (NSD)] en el Departamento de Justicia. Su creación fue recomendada por la Comisión de Armas de Destrucción Masiva [Weapons of Mass Destruction (WMD)] y fue hecha realidad por la Mejora y Reautorización de la Ley PATRIOTA de los Estados Unidos, firmada por el Presidente Bush en marzo de 2006.

La NSD colocó a la Oficina de Política y Revisión de Inteligencia y las Secciones de Contraterrorismo y Contraespionaje de la División de lo Penal bajo una única autoridad, permitiendo al Departamento combatir amenazas a nuestra seguridad nacional con mayor eficiencia.

También han ocurrido reformas importantes en el Buró Federal de Investigaciones [Federal Bureau of Investigation (FBI)]. Más recientemente, bajo el liderazgo del Director Mueller, el FBI creó la Dirección de Armas de Destrucción Masiva [Weapons of Mass Destruction (WMD)], la cual consolidó iniciativas asociadas a las armas de destrucción masiva y de contraproliferación. Esta nueva Dirección estudia las consecuencias de un ataque con armas de destrucción masiva, incrementa nuestro nivel de prontitud, y coordinaría la respuesta del gobierno en el caso de un ataque con ADM en los Estados Unidos continentales.

Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo brindan un ejemplo claro de cómo los muros que antiguamente dividían a las fuerzas del orden público de los EE.UU. han sido derrumbados, cómo las fuerzas del orden público y la inteligencia están entretejidas como una pieza continua de tela.

En las Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo [Joint Terrorism Task Forces (JTTF)], funcionarios federales, estatales y locales trabajan lado a lado, como un solo equipo, compartiendo acceso a datos y trabajando unidos en análisis, ya que es más fácil atar los cabos cuando todos esos cabos son compartidos en terreno común.

El verano pasado en Los Ángeles, la eficacia de la estructura de las JTTF quedó clara cuando un agente de la policía local que trabajaba en una JTTF ató los cabos que llevaron al arresto de radicales que tramaban una conspiración para atacar a edificios gubernamentales y sinagogas en Los Ángeles.

Ese caso, como otros similares, son buenos ejemplos de lo que ocurre cuando se combinan recursos y asociados con conjuntos específicos de destrezas trabajan unidos. Un agente de la policía local está singularmente equipado para notar cuando algo no parece estar bien en su propia comunidad, y para dar seguimiento al hecho, cuando los robos son, en realidad, otra cosa, como ocurrió en el caso de los robos a estaciones de servicio en Los Ángeles.

Aquí, en los EE.UU., el gobierno federal ofrece las mejores y más completas bases de datos en las que las fuerzas del orden público locales pueden confirmar si sus instintos son correctos. Cuando una "buena nariz" para los actos delictivos trabaja lado a lado con una fuente de inteligencia integral, se atan los cabos y nuestra red tiene su mejor desempeño.

El reciente desbaratamiento de una trama para la explosión de tanques de combustible en el Aeropuerto Internacional JFK de Nueva York, así como el caso de Fort Dix de varias semanas antes, brindan ejemplos adicionales de éxitos que surgen de compartir y colaborar en las fuerzas del orden público. Las investigaciones de ambas tramas probaron cómo nuestros agentes y fiscales están refinando su capacidad de detectar y adelantarse a dichas tramas antes de que lleguen a una etapa operativa.

La aplicación de estas lecciones al terrorismo nuclear

Parte 1: Cooperación internacional

Al tratar de la amenaza global de la proliferación nuclear y el terrorismo, debemos aplicar este nuevo paradigma de comunicación y coordinación en una escala aún más amplia. No solo debemos derrumbar los muros entre dependencias, sino que también debemos trabajar para derrumbar las barreras entre naciones, para que pueda existir un intercambio dinámico de información entre las fuerzas del orden público y las agencias de inteligencia en una escala mundial.

El compartir información en este nivel es un reto mucho mayor, pero también es extraordinariamente importante. Este es un hecho reconocido entre los países del G8 y es tema de muchas deliberaciones con mis homólogos de todo el mundo. Avanzamos con estos principios en mente: que la información debe protegerse y los intereses legítimos de privacidad deben respetarse siempre, mientras que, al mismo tiempo, se deben utilizar vías para compartir información, dentro de nuestros marcos legales respectivos. Por ejemplo, si un agente de aduana local en un país encuentra una declaración de exportación sospechosa, dicha información debe poderse transmitir rápidamente a agencias en otros países en que puedan estar en posición de interceptar una importación sospechosa de un buque o una aeronave.

En otras palabras, todos debemos estar en una posición en la que haya un flujo saludable de información táctica que nos permita tomar acción inmediata para neutralizar una amenaza, interceptar una carga, o tomar otras acciones con respecto a las armas de destrucción masiva.

Para mejorar la capacidad de los Estados Unidos de brindar y recibir asistencia de manera global en la lucha contra el terrorismo nuclear, el gobierno está apoyando y promoviendo paquetes de ratificación para dos tratados internacionales claves en este momento:

• Uno, el Presidente Bush ha firmado y pronto enviará al Senado, la Convención contra el Terrorismo Nuclear, la cual exige que partes estatales criminalicen una serie de actos asociados al uso indebido de materiales radioactivos o un dispositivo explosivo nuclear. El tratado también dispone una base legal para la cooperación internacional en la investigación, el enjuiciamiento y la extradición de quienes cometan actos terroristas asociados a materiales radioactivos o dispositivos nucleares.

• Y, dos, el Presidente también ha firmado y pronto enviará al Senado, enmiendas a la Convención sobre la Protección Física de Material Nuclear. Este tratado establecerá normas internacionales nuevas para la protección física de material nuclear e instalaciones nucleares, incluida la protección contra sabotaje.

Esta labor en curso complementa la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación, anunciada por el Presidente en mayo de 2003. Esta iniciativa aprovecha tratados, acuerdos y regímenes de control de exportaciones existentes dentro de la comunidad internacional para evitar la proliferación de ADM, sus medios y materiales relacionados en el mundo entero. La Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación [Proliferation Security Initiative (PSI)] ha llevado específicamente a la formación de acuerdos bilaterales de abordaje de buques diseñados para facilitar la interdicción de ADM y materiales asociados.

Parte 2: Asociaciones en los sectores privado / científico

También debemos considerar al sector privado como un asociado en nuestra labor. Las asociaciones entre el sector privado y el gobierno son críticas si esperamos contar con advertencias previas de tramas de proliferación. El sector privado y las comunidades científicas suelen ser nuestros ojos y oídos en estos asuntos.

Entre otras cosas, debemos ampliar nuestra labor de alcance exterior a instituciones de investigación, universidades, así como fabricantes y exportadores de tecnología secreta para educarlos sobre las leyes de exportación y solicitar su asistencia en evitar la adquisición extranjera ilegal de sus productos y datos técnicos.

Dichas visitas y trabajo de alcance exterior suelen resultar en pistas que llevan a investigaciones penales en todo el país y el mundo. Con frecuencia, empresas buscadas por agentes extranjeros o comerciantes de armas que desean adquirir su tecnología para exportación ilegal al exterior se comunican con las fuerzas del orden público en este país. Estas pistas son la base de algunas de nuestras principales investigaciones. Debemos continuar en este camino.

Parte 3: Movilizar todas las herramientas y flexibilidad

También debemos ser flexibles en cómo conducimos operaciones de las fuerzas del orden público e inteligencia. Así como cada vez más nuestras investigaciones de terrorismo han pasado de la reacción a la prevención, debemos hacer lo mismo en el combate a los proliferadores de armas y comerciantes de tecnología ilegales.

A lo largo de los últimos años, en los Estados Unidos, hemos optimizado significativamente nuestra capacidad de atacar a redes terroristas a través del uso de un espectro completo de herramientas legales y de inteligencia en nuestro arsenal. Por ejemplo, hemos hecho muy buen uso de nuestras leyes de apoyo material. Estas leyes nos permiten enjuiciar a quienes provean dinero y pericia técnica a terroristas, incluso antes de que puedan llevar a cabo una operación. Al mismo tiempo, hemos utilizado leyes básicas de inmigración y contra delitos financieros cada vez más para atacar a quienes también puedan tener un nexo con el terrorismo. Estas herramientas, las cuales no se utilizaban tradicionalmente para combatir terroristas, están siendo aplicadas ahora de manera que nos permita desbaratar células terroristas potenciales antes de que tengan la oportunidad de madurar.

Debemos aplicar este mismo enfoque al ámbito de la contraproliferación, a fin de combatir mejor esta amenaza. Si no tenemos pruebas suficientes para detener a un comerciante de tecnología de armas conocido por cargos de contrabando o exportación, debemos fijarnos en su situación inmigratoria o sus transacciones financieras para ver si ha cometido otros delitos. Debemos ser creativos y flexibles si deseamos evitar la maduración de tramas de proliferación a amenazas declaradas.

La coacción asociada a las exportaciones como una herramienta clave

Un área en la que deseo concentrarme en especial es el control de exportaciones. Los controles eficaces de exportación son críticos para combatir la proliferación de armas nucleares, los medios utilizados para las mismas y tecnologías relacionadas.

Estos mecanismos de coacción fueron específicamente creados para frenar la exportación ilegal de artículos militares, tecnología secreta y otros equipos, muchos de los cuales tienen aplicaciones directas en el desarrollo de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva.

En el mundo pos 11/9, nunca ha sido más importante evitar que la tecnología restringida caiga en las manos equivocadas. La tecnología en cuestión incluye equipos militares y de uso doble, componentes, datos y otras especialidades técnicas. Estos materiales son de alta seguridad y, por ley, no pueden exportarse de los Estados Unidos sin aprobación del gobierno. En las manos equivocadas, esta tecnología podría usarse para causar daños graves a civiles inocentes en cualquier lugar del mundo, sin mencionar aliados de los EE.UU., tropas de los EE.UU. en el exterior o hasta ciudadanos de los EE.UU. en del país.

La presencia de ustedes aquí hoy no es un ejercicio académico. Sabemos que organizaciones terroristas y estados delincuentes buscan activamente adquirir este tipo de tecnología de los Estados Unidos para el progreso de sus sistemas de armas y, en algunos casos, sus programas de ADM. Raramente buscan sistemas de armas completos de los EE.UU., sino que se concentran en componentes que parecerían ser inocuos y que pueden usar para construir sus armas. Muchos consideran a nuestro gobierno, industrias privadas y universidades fuentes de este material o información. Nuestros casos reflejan esto claramente.

En el pasado reciente, el Departamento de Justicia enjuició a comerciantes de armas independientes y agentes extranjeros por intentar adquirir ilegalmente componentes para sistemas de armas nucleares; sistemas de orientación para cohetes espaciales y misiles, así como ingredientes para armas químicas y biológicas. Solo en los últimos meses, el Departamento ha acusado formalmente a demandados de proveer tecnología de misiles, datos de visión nocturna militar, componentes de aviones de combate y datos de helicópteros militares a naciones extranjeras.

Permítanme proporcionarles un ejemplo reciente:

Fiscales federales en el Distrito de Columbia trataron recientemente de un caso asociado a la exportación ilegal de algo llamado generador eléctrico de chispas dirigido [triggered spark gap]. Esta pequeña pieza de tecnología avanzada se usa normalmente en dispositivos médicos como ayuda para que los médicos desintegren cálculos renales. Sin embargo, los generadores eléctricos de chispas dirigidos también tienen aplicaciones militares. Específicamente, se los puede usar para detonar ojivas nucleares. La exportación de estos artículos a ciertos países está restringida por el gobierno de los EE.UU., por un buen motivo.

En el caso en cuestión, demandados en Sudáfrica y otros lugares intentaron comprar centenas de estos artículos de un proveedor médico en los Estados Unidos. Declararon que los artículos se utilizarían para fines médicos en hospitales de Sudáfrica. En realidad, dicha mercadería sería ilegalmente desviada de Sudáfrica a otros destinatarios de otro país para supuesto uso final militar o nuclear.

Gracias a la cooperación sobresaliente entre las autoridades de Sudáfrica y las dependencias de las fuerzas del orden público de los EE.UU., pudimos frustrar este intento de proliferación nuclear. Los únicos detonantes nucleares que llegaron a su destino habían sido declarados inertes previamente por las fuerzas del orden público, y uno de los principales demandados en el caso fue arrestado en Colorado, se declaró culpable y fue sentenciado a prisión.

Debido a que estos casos se refieren a tecnología avanzada y porque tantas dependencias federales distintas pueden tener jurisdicción en el caso, la investigación y el enjuiciamiento de estos casos pueden ser sumamente complejos y demorados.

A fin de responder mejor a esta amenaza de seguridad nacional apremiante, el Departamento de Justicia está preparando una iniciativa nacional de coacción asociada a la exportación que aprovechará el patrimonio de contraproliferación de las comunidades de fuerzas del orden público e inteligencia para mejorar la detección, investigación y enjuiciamiento de personas y empresas que violen las leyes de control de exportación de los EE.UU.

Uno de los principales elementos de la iniciativa será proporcionar a nuestros fiscales federales la asistencia, capacitación y destreza que necesitan para ocuparse de estos enjuiciamientos especializados.

El Departamento ya ha tomado varias medidas en este sentido. El mes pasado, nuestra División de Seguridad Nacional realizó una conferencia nacional de control de exportaciones, en la que se proporcionó instrucción y orientación a nuestros fiscales federales sobre casos de control de exportaciones. Instructores del Departamento de Justicia y los agentes de investigación relevantes estuvieron presentes para proporcionar instrucción exhaustiva de enjuiciamiento.

Asimismo, el Departamento también nombró recientemente su primer Coordinador Nacional de Control de Exportaciones para el Departamento, el cual será responsable, entre otras cosas, por el desarrollo de materiales de capacitación exhaustivos para fiscales de todo el país. Esta persona también será responsable por coordinar con muchas otras dependencias de las fuerzas del orden público, habilitación e inteligencia de los EE.UU. que cumplen un papel en la coacción asociada a exportaciones.

En los próximos meses, estaremos tomando medidas adicionales para progresar en esta iniciativa. Sabemos que existe demanda significativa de terroristas y regímenes delictivos de tecnología estadounidense, incluidos componentes para armas nucleares. Y no prevemos que disminuya dicha demanda en un futuro cercano.

Sería el colmo de la ironía si una organización terrorista extranjera con intención de causar daños a los Estados Unidos pudiera obtener y utilizar armas secretas estadounidenses para su cometido.

Conclusión

En conclusión, como Secretario de Justicia de los Estados Unidos me preocupa la seguridad de los Estados Unidos y nuestros aliados, y como padre, me preocupa el mundo que mis hijos heredarán.

Hemos comprobado la verdad alarmante de que la red terrorista no parece cansarse.

Pero nuestra red, como lo ha dicho muchas veces el Presidente Bush, no se cansará, no titubeará y no fracasará. Porque nuestra pasión es, en realidad, más profunda que la de ellos, y nuestra defensa de la libertad será eterna.

Durante una lucha ideológica mundial del pasado, la pasión y dedicación de Winston Churchill en medio de una guerra se hizo evidente en estas palabras:

"Nunca se rindan: nunca, nunca, nunca, nunca, en ningún asunto importante o menor, grande o pequeño, nunca se rindan salvo ante las convicciones de honor y buen sentido. Nunca cedan ante la fuerza, nunca cedan ante el poder aparentemente abrumador del enemigo".

En nuestros trabajos, en nuestra red, nunca rendirse significa buscar tenazmente alcanzar el objetivo, cada día, de prevenir el terrorismo, de proteger a almas libres e inocentes.

Nuestra red prevalecerá. Y estoy orgulloso de ser parte de ella, lado a lado con todos ustedes.

Gracias. Que Dios los bendiga y que los guíe en esta labor importante.