JUEVES, 30 de abril (HealthDay News/Dr. Tango) -- Investigadores holandeses informan que los hombres que bebían regularmente hasta medio vaso de vino diario mejoraron su esperanza de vida en cinco años.

Los investigadores hallaron que el consumo ligero y a largo plazo de todo tipo de bebidas alcohólicas, ya fueran vinos, licores o cerveza, alargó la vida en 2.5 años entre los hombres en comparación con la abstinencia. "Ligero", según ellos, equivale a 20 gramos, unas 0.7 onzas diarias.

Aunque varios estudios más han hallado beneficios similares, Martinette Streppel, de la división de nutrición humana de la Universidad de Wageningen, Países Bajos, señaló que cuarenta años de seguimiento es digno de mención por diversas razones.

"La fortaleza principal de nuestro estudio fue la colección de información detallada sobre el consumo de diferentes bebidas alcohólicas en cada una de siete rondas de medición", aseguró Streppel.

El seguimiento regular a largo plazo, agregó Streppel, le permitió a los investigadores estudiar el efecto de la ingesta de alcohol a largo plazo sobre la mortalidad.

El estudio aparece en línea en abril en la Journal of Epidemiology and Community Health.

Los investigadores holandeses evaluaron a 1,373 hombres como parte del Estudio Zutphen, que comenzó en 1960 y recibió su nombre por una ciudad industrial de los Países Bajos. Los investigadores les dieron seguimiento entre 1960 y 2000 y siguieron su peso, su dieta, el consumo de cigarrillos, el diagnóstico de enfermedades graves y otra información, junto con sus hábitos de consumo de alcohol.

Durante el periodo de seguimiento, murieron 1,130 hombres, la mitad por enfermedad cardiovascular.

La proporción de hombres que bebían casi se duplicó al pasar de 45 por ciento de los hombres en 1960 a 86 por ciento en 2000. Los que bebían vino aumentaron aún más dramáticamente, de apenas 2 a 44 por ciento.

A continuación más detalles sobre los hallazgos:

• Todo el consumo ligero a largo plazo incrementó la esperanza de vida en cerca de 2.5 años, en comparación con los abstinentes. Consumir más de 20 g (0.7 oz) diarios prolongó la esperanza de vida en cerca de dos años, en comparación con los que no bebían.
• Los bebedores de vino que consumieron en promedio 20 g diarios tuvieron una esperanza de vida más larga a los cincuenta, en comparación con los que bebieron cerveza o licores. Además, su esperanza de vida fue casi cinco años más larga que la de los que no bebían.
• Beber de manera moderada se relacionó con menos riesgo de muerte, mientras que beber vino se relacionó intensamente con menos riesgo de morir por enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular u otras causas.

Streppel no pudo decir si los hallazgos aplican para las mujeres, aunque sospecha que los compuestos polifenólicos presentes en el vino, sobre todo el rojo, producen efectos saludables para el corazón.

El estudio complementa la literatura existente sobre los beneficios del alcohol para la salud, aunque tiene tanto fortalezas como debilidades, señaló el Dr. Arthur Klatsky, un investigador de vieja data sobre los beneficios del alcohol para la salud.

"De nuevo, muestra que a la gente que bebe [de manera moderada] le va mucho mejor que a la gente que no bebe en cuanto a la supervivencia", dijo.

Sin embargo, al igual que con otras investigaciones, Klatsky se preguntó si se trata del patrón de bebida o de algo relacionado con beber vino, por ejemplo, que los bebedores de vino sean más propensos a hacer ejercicio o a llevar una dieta saludable, la verdadera relación.

En el nuevo estudio holandés, dice, el alcohol de los licores es el que más contribuye a la ingesta total de alcohol, más que el vino o la cerveza.

"Es un poco difícil pensar que un poco de vino sea la causa de que se prolongue su vida", advirtió Klatsky.

El hallazgo, lo mismo que otros similares, aplica más para las personas de mediana edad que a las más jóvenes, dijo. "Las personas mayores de cincuenta tienen más probabilidades obtener beneficios para la salud de beber ligeramente de todos modos".

Es mucho más importante para reducir el riesgo de enfermedad cardiaca, señaló, no fumar, hacer ejercicio regularmente, llevar una dieta saludable y mantener un peso saludable.

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