GRAN VEC-I-I-I-NOS

Fecha de Publicación: 24 de noviembre de 2004
Número de Publicación: FNF-04-09

PENSACOLA -- Laura Roberson, 42, de Cantonement, Florida, tiene un gran sentimiento sobre el Día de Dar Gracias este año. A pesar de la devastación de su propiedad que el huracán Iván trajo, Roberson se siente muy agradecida de tener un techo sobre su cabeza. Y ella le da las gracias a FEMA. A continuación la historia.

Cuando Roberson oyó que Iván se dirigía hacia donde ella vive, su primera preocupación fue la seguridad de sus caballos. Una vaquera de rodeos retirada, ella comenzó su negocio de entrenar caballos en marzo de este año.

El plan de seguridad de ella por el huracán, era traer los caballos a la propiedad de su vecino y amigo Dennis, donde los caballos podrían cabalgar en un terreno de diez acres rodeado de cercas.

“Mi propiedad tiene solamente cinco acres y está rodeada de casas móviles. Tenía miedo que si los mantenía en el granero, el techo se iba a desplomar, y si los dejaba estar afuera iban a ser heridos por los escombros voladores. Por lo menos en la propiedad de Dennis, solamente había una casa móvil – la de él – y tendrían mas espacio para correr”, dijo Roberson.

Mientras que los caballos fuesen a la propiedad de Dennis, ella le dijo a él que se quedará con su familia debido a que su casa, cerca del área rural de Cantonment, era de construcción de ladrillos y ella pensaba que tendría mas seguridad allí.”

Ella podría haber estado correcta acerca de sus caballos, pero estuvo equivocada acerca de las casas. El techo del granero voló, y el techo de su casa también se desplomó. “Una vez que empezaron las goteras, traté de aliviar la presión ensanchando el hueco. Pero todo me cayó en la cara y algunos de mis dientes se rompieron”, ella añadió.

Al esposo de Roberson, un conductor de camiones que regresaba a su casa desde Carolina del Norte en el medio de la tormenta, se le rompió el camión; tuvo que caminar como una milla para llegar a su casa.

Cuando el techo de la casa se desplomó sobre Roberson, ella empezó realmente a preocuparse por los caballos.

El resultado fue que los caballos sobrevivieron muy bien, y durante las semanas siguientes, su amigo Dennis fue el anfitrión de unos cuantos huéspedes más: Laura, su esposo Jack, y su hijo de 17 años Cody. Ellos se mudaron para la casa rodante de tres habitaciones de Dennis, la cual estaba intacta.

Los cuatro caballos de Laura se quedaron en su granero. Al principio, Laura atendió a los caballos mientras que iba entre un lugar y el otro, entre la casa de Dennis y su casa dañada. Ella también empleó algún tiempo trabajando en Fran’s Country Grill, el restaurante local. “Durante las dos primeras semanas, era el único lugar que tenía electricidad porque Dennis lo conectó a un generador”, ella dijo. Ella y su esposo hablaron con el empleador de él, Emerald Coast Produce, y arregló para que la compañía suministre una línea continua de comestibles frescos para el restaurante. “Era la única manera para que las personas que vivan por aquí no se murieran de hambre”, añadió Roberson, que era la mesera que atendía las mesas llevando pantalones cortos y sus botas de vaquera.

Entonces ella escuchó una transmisión del radio que anunciaba la apertura de un Sitio de Emergencia para Grupos (EGS, por sus siglas en inglés) de casas rodantes provisionales establecido por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y el Equipo Estatal para Respuesta a Emergencia (SERT). Ella visitó el lugar y conoció un alma gemela en la persona de Bob Hinkle, un empleado de FEMA, el cual es conocido como “Rodeo Bob”. Hinkle, un ayudante de vaqueros retirado y entrenador de dialectos de Hollywood (el entrenó a James Dean a como ser un Tejano en la película “Giant”), era el responsable de arrendar las casas rodantes a las personas en el EGS nuevo. (Cuando no está trabajando para FEMA, todavía sigue trabajando en la industria de entretenimientos. Recientemente dirigió un drama de crimen del oeste para A&E titulado “¿Quien asesinó a Pat Garrett?”).

“Él fue muy bueno conmigo”, dijo Roberson. “Me sorprende que pudiera entender lo que yo estaba diciendo, porque yo no podía parar de llorar. Le dije que tenía que estar cerca de mis caballos, para alimentarlos y cuidarlos”.

“Rodeo Bob” levantó el teléfono y llamó a Bruce Holly, un gerente de FEMA ayudando a los damnificados necesitando viviendas. Desde allí, un miembro del equipo especial para viviendas inspeccionó un terreno al lado de la propiedad de Dennis para ver si una casa rodante se podía estacionar allí. Laura había contactado al dueño y descubrió que podía alquilar la propiedad.

Contratistas de FEMA han instalado una casa rodante para el uso de los Robersons. Ella espera recibir un préstamo de la Administración de Pequeños Negocios para continuar operando su negocio de entrenar caballos.

“Vamos a estar apretados; la casa rodante es muy pequeña”, dijo Laura. “Pero es una solución provisional”. Mientras tanto, ella tiene que caminar unas pocas yardas a través del prado para estar cerca de sus caballos.

Fecha de la última actualización: Viernes, 26-Nov-2004 14:24:22