Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados para discurso del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Eric H. Holder Jr. en su toma de juramento por el Vicepresidente Joe Biden

Washington, D.C.
Martes, 3 de febrero de 2009

Deseo comenzar por agradecerle al Vicepresidente Biden, un gran amigo, quien hace mucho tiempo apoya al Departamento de Justicia.  Deseo agradecer a quienes me ayudaron en el proceso de confirmación, especialmente el Presidente del Comité Judicial del Senado, el Senador Patrick Leahy.  Deseo agradecer a Mark Filip, el Secretario de Justicia Interino y Secretario de Justicia Adjunto, por su excelente labor a lo largo del último año en ayudar a restaurar al Departamento de Justicia.  Me complacerá trabajar con los demás líderes de la Cámara de Representantes y del Senado hoy presentes.  Y deseo expresar mi gratitud a mi familia, especialmente mi esposa y mis tres hijos - por su amor estas últimas semanas y siempre.  También deseo recordar al hombre que fue una inspiración en mi vida y quien sé que me acompaña hoy.

Hoy, observamos no sólo la trayectoria de una persona afortunada, sino también la distancia recorrida por esta nación y por un pueblo.  Si bien aún queda mucho por recorrer, los hechos del año pasado significan que existe un nuevo día a corta distancia para esta nación.  Sólo en este gran país, una persona como yo o como el Presidente podrían tener esperanzas de llegar a los cargos que hoy tenemos la suerte de ocupar.

La distancia desde una casa pequeñísima en Queens, Nueva York, al quinto piso del Departamento de Justicia no es tan larga como muchos podrán pensar.  Con las ventajas de lo mejor que puede brindar la educación pública, padres afectuosos y la oportunidad de estudiar en dos de las principales instituciones de educación superior de la nación - y con mucha suerte - el viaje de East Elmhurst al Departamento de Justicia [Department of Justice (DOJ)] no es tan improbable.  Y esa es la maravilla de los Estados Unidos de América.

Al regresar a la institución que me hizo abogado, estoy determinado a asegurar que siempre haya un nuevo día para los profesionales de carrera dedicados que, nuevamente, tengo el honor de llamar mis compañeros. No habrá lugar para favoritismos políticos, no habrá motivo para timidez al hacer valer las leyes que protegen nuestros derechos, nuestro medio ambiente y nuestros principios, siempre y cuando tenga la oportunidad de encabezar este gran Departamento.  Esto puede ser un cambio con respecto al pasado inmediato; sin embargo, es compatible con la larga historia del Departamento de Justicia.  Pido a cada empleado de este Departamento que, a partir de este momento, vuelva a adoptar las prácticas que son los cimientos de esta entidad.  Es hora de nuevamente basar nuestras acciones en políticas arraigadas en la imparcialidad y el deseo de asegurar un Estados Unidos más justo.

Espero ansioso los años que vendrán, cuando restauraremos a la institución que es fundamental para lo que es mejor acerca de la experiencia estadounidense.  Con una nueva dedicación a dichos valores antiguos y eternos, con una obligación bienvenida hacia generaciones futuras y con el compromiso inquebrantable hacia la justicia para todo nuestro pueblo, volveremos a convertir al Departamento de Justicia en lo que era y lo que siempre debe ser.

Gracias.

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