Indudablemente, la influenza se diseminó desde Massachusetts, que se vio muy afectada, a Nuevo Hampshire. A diferencia de Massachusetts, Nuevo Hampshire era un estado muy rural; de todos los estados de Nueva Inglaterra, Nuevo Hampshire fue la que menos sufrió de influenza. Dicho esto, todavía la influenza causó un impacto significativo en el estado.

c1920. Vista de Elm St. en Manchester, Nuevo Hampshire. Durante la pandemia, Manchester impuso duras restricciones a los restaurantes y otros sitios de reunión pública. [Crédito: La Biblioteca del Congreso]

En Berlín, durante el pico de la epidemia de mediados de octubre, un trabajador de salud pública informó: "Es casi imposible describir las condiciones de esta comunidad. Soy el único trabajador de salud pública con experiencia, a excepción del personal. El sábado, atendí a cuarenta pacientes, entre cuatro y nueve enfermos por familia. Se hace todo lo posible. Hay sólo siete médicos en la ciudad. Los médicos de los pueblos cercanos vienen por algunas horas todos los días. Los pueblos de los alrededores están afectados, pero no tanto como Berlín. Hay sólo un hospital de cincuenta camas en la ciudad a cargo de las hermanas católicas, que han preparado sus propias habitaciones como una sala de neumonía temporal. Las hermanas están durmiendo en la casa de la escuela".

El 27 de septiembre, Charles Corning, un ex alcalde de Concord, evaluó la situación, diciendo: "La gripe se propaga por Massachusetts y Nuevo Hampshire como el fuego seca los campos, destruyendo comunidades y cobrándose un número de víctimas sin precedentes". Al día siguiente, Corning fue todavía más dramático: "Una densa sensación de angustia y temor, como una negra nube en pleno verano, nos abruma debido a los estragos mortales de la llamada influenza española", escribió. "Los funerales se suceden uno detrás de otro y la negra procesión continúa".

1910. Vista panorámica de Concord, Nuevo Hampshire. En septiembre de 1918, el alcalde de Concord escribió la abrumadora cantidad de funerales que se estaban desarrollando en la ciudad. [Crédito: La Biblioteca del Congreso]

Con entre el treinta y el cuarenta por ciento de su mano de obra ausente por enfermedad, la New England Telephone and Telegraph Company solicitó a los clientes que no hicieran llamadas innecesarias, especialmente aquellas realizadas por niños. También se les pidió a los clientes que no pidieran hablar con el operador.

El 8 de octubre, funcionarios de la ciudad en Manchester exigieron que todas las fuentes de soda cerraran. Se les dijo a los restaurantes, que permanecían abiertos, que hirvieran los platos por veinte minutos luego de ser utilizados. También se les pidió a los ciudadanos que se abstuvieran de realizar visitas innecesarias a sus amigos y vecinos.

El 4 de octubre, las tasas de influenza todavía aumentaban en Portsmouth. Para el 18 de octubre, sin embargo, el PHS informó que "se dice que las condiciones están mejorando" en Portsmouth y a lo largo del estado. Desde el 5 hasta el 14 de octubre, los funcionarios del estados informaron 82 muertes en Nashua y 35 en Dover. Entre el 6 y el 15 de octubre, inclusive, se informaron 205 muertes sólo en Manchester. Probablemente, los informes eran cálculos demasiado bajos, siendo el número real de muertes mucho más alto.

Parece que la epidemia alcanzó su punto máximo durante la semana del 12 de octubre, cuando se informaron 393 muertes para ese estado. La influenza se mantuvo en todo el estado hasta el verano de 1919.