La primera víctima de la influenza en Nueva Jersey fue un soldado de Fort Dix que recién había llegado de Europa. Desde Fort Dix, la enfermedad se diseminó rápidamente por todo el estado.

El 27 de septiembre, el director médico del estado anunció que la enfermedad "estaba excepcionalmente extendida" en todo el estado. Para el 30 de septiembre, el estado denunciaba que 2,000 casos fueron informados durante los tres días anteriores. El 10 de octubre, los funcionarios estatales habían prohibido formalmente todas las reuniones públicas. Para el 15 de octubre, los funcionarios estatales denunciaban 88,256 casos de influenza, aunque el número era indudablemente mayor. Para el día 22, las autoridades del estado estimaron que existían al menos 149,540 casos en el estado, con 4,398 muertes informadas de forma oficial. El 22 de octubre, la pandemia alcanzó su punto máximo en el estado; ese día hubo 7,449 casos nuevos y 366 muertes. La situación mejoró lentamente luego de la tercer semana de octubre.

1912. Vista panorámica de la ciudad de Newark, Nueva Jersey en 1912. Newark fue la primera ciudad en Nueva Jersey en reportar casos de influenza. [Crédito: La Biblioteca del Congreso]

Un agente de seguros local recordaba que "las muertes eran tan repentinas que era casi increíble. Uno hablaba con alguien un día y al día siguiente se enteraba de que había muerto". Un médico comentó que era común hablar con alguien que parecía estar sano un día y unos días después encontrarlo en la mesa de autopsias.

c1915. Compradores, turistas y amantes de la playa pasean por la costanera del mar en Atlantic City, New Jersey. Después de la aparición del virus, los parques de diversiones, teatros y demás sitios de reunión pública estaba cerrados por tiempo indefinido. [Crédito: La Biblioteca del Congreso]

En Newark, los primeros casos fueron informados el 25 de septiembre. Con la guía del alcalde de la ciudad, la comunidad médica de Newark se reunió para analizar los métodos para manejar la enfermedad. La reunión llevó a una campaña educativa masiva, con panfletos sobre la prevención y el tratamiento que fueron enviados a todas las viviendas de la ciudad.

Aunque fue lanzada con gran fanfarria, la campaña no pudo contener la pandemia. La influenza se diseminó rápidamente en todo Newark. Los cadáveres se acumulaban sin poder ser enterrados. Los empleados de la ciudad fueron reclutados para cavaran tumbas y cien bomberos se ofrecieron como voluntarios para ayudar a enterrar a los muertos. En vez de tumbas individuales, tiros de caballos cavaron zanjas para enterrar a los muertos. Debido a que los funerales públicos fueron prohibidos para evitar la diseminación de la enfermedad, nadie se quejó.

Los funcionarios de la ciudad adquirieron un depósito de muebles vacío que convirtieron en un hospital de emergencia con cuatrocientas camas. Pero como muchas de las enfermeras y médicos de la ciudad se encontraban en el exterior, los proveedores de atención médica eran escasos en todo el estado. Un médico se encontró tratando a más de 3,000 pacientes en un mes. Al revisar la experiencia, dijo, "no era necesario concertar citas. Cuando salía del consultorio en la mañana, la gente me agarraba mientras caminaba por la calle y simplemente veía a un paciente detrás de otro hasta la noche".

Se probó una vacuna experimental con los residentes de Newark. Estas resultaron ser ineficaces y las personas se inclinaron por el whisky y los opiatos para encontrar una cura. Un médico recomendó a sus pacientes que coman cebollas rojas y tomen café. Alardeó que este tratamiento era bastante efectivo, ya que el tenía un bajo índice de mortalidad entre sus pacientes. También se anunciaron curas como el Guide’s Pepto-Manghan y Pope’s Cold Compound. A pesar de los alardes de los médicos y los fabricantes de drogas, ninguno de estos tratamientos eran efectivos.

Mientras los índices de influenza disminuía después de noviembre, la enfermedad se mantuvo en todo el estado durante el final del otoño, el invierno y la primavera. Para el verano, la influenza comenzó a desaparecer del estado.