Efectos
de la sobreexposición al sol en la salud
Desde la aparición del agujero en la capa ozono sobre la región
antártica, a principios de la década de los 80, los estadounidenses
han tomado conciencia del peligro que representa la reducción de los
niveles de ozono, al debilitar la protección natural que nos brinda
la atmósfera contra los rayos ultravioletas (UV) perjudiciales que
emite el sol. En esta hoja informativa se describen brevemente los problemas
de salud más graves que puede acarrear la sobreexposición a
la radiación UV:
Si comprende la magnitud de estos riesgos y toma las medidas de precaución
adecuadas, podrá disfrutar del sol y al mismo tiempo reducir el riesgo
de sufrir problemas de salud en el futuro a causa de los rayos solares.
Cáncer de piel
En Estados Unidos, la incidencia del cáncer de piel ha alcanzado
dimensiones epidémicas. Uno de cada cinco estadounidenses contrae
cáncer de piel en el transcurso de su vida. Además, esta devastadora
enfermedad provoca la muerte de un estadounidense por hora. Las investigaciones
médicas nos están ayudando a comprender las causas y consecuencias
del cáncer de piel. Numerosos grupos vinculados a la salud y la educación
están trabajando para reducir la incidencia de esta enfermedad, que
sólo en el año 2000 tuvo 1,3 millones de casos pronosticados,
según la Sociedad Estadounidense del Cáncer (The American Cancer
Society).
Melanoma
El melanoma, la variedad más grave del cáncer de piel, es
además uno de los tipos de cáncer que más crece en
Estados Unidos. Muchos dermatólogos creen que podría existir
una conexión entre las quemaduras de sol sufridas durante la niñez
y la aparición del melanoma en etapas posteriores de la vida. En
nuestro país, la cantidad de casos de melanoma han aumentado más
del doble durante las últimas dos décadas, y se prevé que
continuarán aumentando.
Cáncer de piel no melanoma
El cáncer de piel de tipo no melanoma es menos mortal que el melanoma.
No obstante, puede propagarse si no se trata correctamente, provocando
desfiguración y otros problemas de salud más graves. Los
pronósticos para el año 2000 indicaban que más de
1,2 millones de estadounidenses padecerían cáncer de tipo
no melanoma, mientras que más de 1900 morirían a causa de
esta enfermedad. Existen dos tipos principales de cáncer de piel
no melanoma. El índice de curación de estas dos formas de
cáncer es del 95 por ciento en caso de detección y tratamiento
precoz. La clave reside en estar atento a los posibles signos y en solicitar
tratamiento médico.
Los carcinomas basocelulares constituyen el tipo más común
de tumores cancerígenos de la piel. Suelen manifestarse en forma
de pequeños nódulos o protuberancias carnosas en la cabeza
y el cuello, aunque también pueden aparecer en otras zonas de la
piel. El carcinoma basocelular crece lentamente y casi nunca se propaga
a otras partes del cuerpo. Sin embargo, puede penetrar hasta el hueso y
ocasionar daños considerables.
Los carcinomas de células escamosas son tumores que pueden
aparecer como nódulos o manchas rojas escamosas. Este tipo de cáncer
puede formar grandes masas y, a diferencia del carcinoma basocelular, puede
propagarse a otras partes del cuerpo.
Otras lesiones de la piel
La radiación UV puede provocar otras afecciones cutáneas,
entre las que se encuentran la queratosis actínica y el envejecimiento
prematuro de la piel. La queratosis actínica se caracteriza por la
aparición de bultos en zonas de la piel expuestas al sol. La cara,
las manos, los antebrazos y el cuello (zona del escote) son particularmente
propensos a este tipo de lesión. Aunque es premaligna, la queratosis
actínica constituye un factor de riesgo de carcinoma de células
escamosas. Controle la presencia de bultos prominentes, ásperos y
rojizos y, en caso de detectarlos, solicite atención médica
de inmediato. La exposición crónica al sol también provoca
el envejecimiento prematuro de la piel, que con el paso del tiempo puede
arrugarse, aumentar en espesor o tornarse áspera. Como este daño
se produce gradualmente y por lo general se manifiesta muchos años
después del período de mayor exposición al sol de una
persona, el envejecimiento prematuro se suele considerar como un hecho inevitable,
como parte del proceso normal de envejecimiento. Sin embargo, la adecuada
protección contra la radiación UV puede evitar el envejecimiento
prematuro en gran medida.
Cataratas y otras lesiones oculares
La catarata es un tipo de lesión ocular que provoca la pérdida
de transparencia en el cristalino, con lo cual se nubla la visión.
Si no se trata, puede producir ceguera. Las investigaciones han demostrado
que la radiación UV aumenta la probabilidad de sufrir ciertos tipos
de cataratas. Si bien las cataratas pueden curarse gracias a las técnicas
modernas de cirugía ocular, esta lesión debilita la vista de
millones de estadounidenses e implica un gasto de miles de millones de dólares
en atención médica año tras año. Otras clases
de lesión ocular son el pterigión (crecimiento de tejido que
puede obstaculizar la visión), el cáncer de piel alrededor
de los ojos y la degeneración de la mácula (parte de la retina
donde se alcanza la mayor agudeza visual). Todos estos problemas pueden atenuarse
con una adecuada protección de los ojos contra la radiación
UV.
Inhibición de la inmunidad
Los científicos han descubierto que la exposición excesiva
a la radiación UV puede inhibir el funcionamiento normal del sistema
inmunitario del cuerpo y las defensas naturales de la piel. Todas las personas,
de cualquier raza y color, pueden ser vulnerables a determinados efectos,
que incluyen la disminución de la respuesta a las inmunizaciones,
el aumento de la sensibilidad a la luz solar y la reacción a determinados
medicamentos.
Para obtener más información sobre la radiación UV
y sus consecuencias sobre la salud, consulte la sección Publicaciones.
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