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National Institutes of Health
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El papel que desempeñan las investigaciones para mejorar el entendimiento y el tratamiento de los trastornos de ansiedad

El NIMH apoya la investigación de las causas, diagnóstico, prevención, y tratamiento de los trastornos de ansiedad y otras enfermedades mentales. Científicos están examinando el papel que desempeñan los genes en el desarrollo de estos trastornos y también están investigando los efectos de factores ambientales tales como la contaminación, el estrés físico y psicológico, y la alimentación. Adicionalmente, se están realizando estudios acerca de la “historia natural” (la evolución que sigue la enfermedad sin tratamiento) de diversos trastornos de ansiedad individuales, combinación de trastornos de ansiedad, y trastornos de ansiedad que son acompañados por otras enfermedades mentales tales como la depresión.

Actualmente, científicos consideran que al igual que las enfermedades del corazón y la diabetes tipo 1, las enfermedades mentales son complicadas y son probablemente el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales, psicológicos, y del desarrollo. Por ejemplo, aunque los estudios patrocinados por el NIMH en gemelos y familias sugieren que la genética juega un papel en el desarrollo de algunos trastornos de ansiedad, problemas tales como el TEPT son provocados por trauma. Estudios genéticos pueden ayudar a explicar por qué algunas personas expuestas a trauma desarrolla TEPT y otras no.

Varias partes del cerebro son claves en la producción del miedo y la ansiedad.15 Mediante la utilización de tecnología de imágenes y técnicas neuroquímicas, científicos han descubierto que la amígdala y el hipocampo juegan papeles significativos en la mayoría de los trastornos de ansiedad.

La amígdala es una estructura con forma de almendra que se encuentra en la región profunda del cerebro y se considera que es un centro de comunicaciones entre las partes del cerebro que procesan las señales sensoriales que entran y las partes que interpretan estas señales. La amígdala puede alertar al resto del cerebro de que hay presente una amenaza y activar una respuesta de miedo o ansiedad. Parece que los recuerdos emocionales se almacenan en la parte central de la amígdala y que esto puede jugar un papel en trastornos de ansiedad que provocan miedos muy particulares, tales como el miedo a los perros, a las arañas, o a volar.

El hipocampo es la parte del cerebro que codifica los eventos de peligro en recuerdos. Estudios han demostrado que el hipocampo parece ser más pequeño en algunas personas que fueron víctimas de abuso infantil o que participaron en combates militares.17,18 Investigaciones determinarán las causas de esta reducción de tamaño y el papel que esto puede desempeñar en las escenas retrospectivas, déficits en la memoria explícita, y los recuerdos fragmentados del evento traumático que son frecuentes en el TEPT.

Al aprender más acerca de cómo el cerebro genera miedo y ansiedad, científicos podrán diseñar mejores tratamientos para los trastornos de ansiedad. Por ejemplo, si se encuentra que neurotransmisores específicos juegan un papel importante en el miedo, se podrían desarrollar medicamentos que los bloqueen y disminuyan las respuestas de miedo; si se adquieren suficientes conocimientos acerca de cómo el cerebro genera nuevas células a través del ciclo de vida, podría ser posible estimular el crecimiento de neuronas nuevas en el hipocampo de las personas que padecen de TEPT.23

Las investigaciones actuales en el NIMH acerca de trastornos de ansiedad incluyen estudios enfocados en cuán bien los medicamentos y las terapias conductuales funcionan en el tratamiento del TOC y la seguridad y efectividad de los medicamentos para niños y adolescentes que presentan una combinación de trastornos de ansiedad y trastorno de hiperactividad y déficit de atención.