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National Institutes of Health
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Conclusión

¿Conoce usted un hombre malhumorado, irritable y que no tiene sentido del humor? Quizás bebe en exceso o abusa de sustancias tóxicas, como el alcohol y las drogas. Quizás es física o verbalmente abusivo con su esposa e hijos. Quizás trabaja todo el tiempo, o busca excitación compulsivamente con comportamiento de alto riesgo. O quizás parece que se aísla, es muy reservado y no se interesa en las personas ni en las actividades que antes disfrutaba.

Quizás este hombre es usted. De ser así, es importante entender que hay una enfermedad del cerebro llamada depresión que podría causar estos sentimientos y comportamientos. Es real: los científicos han desarrollado dispositivos sensibles de reproducción de imágenes que nos permiten verla en el cerebro. Y es tratable: más del 80 por ciento de las personas que sufren de depresión responden a los tratamientos existentes, y continuamente aparecen nuevos tratamientos que ayudan a mucha gente. Hable con un proveedor de atención médica sobre lo que siente y solicite ayuda.

O quizás este hombre es alguien importante para usted. Trate de hablar con él, o con alguien que probablemente él escucharía. Ayúdelo a entender que la depresión es una enfermedad común en los hombres y no debe avergonzarse. Anímelo a ver a un médico con el fin de determinar si tiene depresión.

Para la mayoría de hombres con depresión, la vida no tiene que ser tan oscura y sin esperanza. La vida ya de por sí es difícil y el tratamiento de la depresión puede liberar recursos esenciales para enfrentar los desafíos de la vida de manera eficaz. Cuando un hombre está deprimido, él no es el único que sufre. Su depresión también ensombrece las vidas de sus familiares, sus amigos, y prácticamente todas las personas cercanas. Lograr que inicie un tratamiento puede repercutir en mayor bienestar y esperanza para todas esas personas.

La depresión es una enfermedad verdadera, es tratable y puede manifestarse en los hombres. Hay que tener valor para pedir ayuda, pero el hacerlo puede cambiar las cosas.

“Y de pronto uno comienza a tener buenos pensamientos sobre uno mismo, mejora la autoestima, y miras hacia atrás ese camino difícil, fangoso y lleno de tierra que acabas de recorrer y te das cuenta que ahora estás en uno de asfalto suave y dices ‘¡qué viaje tan increíble!’. Todavía falta mucho por recorrer, pero no desearía tomar ese otro camino nunca más’. ”

  -Patrick McCathern, primer sargento, Fuerzas
   Aéreas de los EE.UU., jubilado