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National Institutes of Health
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La depresión en niños y adolescentes de sexo masculino

La depresión en los niños y adolescentes se ha considerado seriamente recién en las dos últimas décadas. En un estudio de niños y adolescentes de 9 a 17 años patrocinado por el NIMH se calcula que la ocurrencia de trastornos depresivos es más del 6 por ciento en un período de 6 meses, con 4.9 por ciento de casos de depresión mayor.26 Antes de la pubertad, los niños y las niñas tienen la misma probabilidad de desarrollar trastornos depresivos. Sin embargo, después de los 14 años, las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de sufrir depresión o distimia.27 El riesgo de desarrollar trastorno bipolar es aproximadamente igual para los hombres o mujeres durante la adolescencia y adultez.

Estudios de investigación han revelado que la depresión se está manifestando más temprano en la vida que en décadas pasadas.28 Además, investigaciones han demostrado que cuando la depresión ocurre temprano, a menudo persiste, recurre y continúa durante la adultez, y que la depresión en la juventud también puede predecir un trastorno más severo durante la vida adulta.29 La depresión en las personas jóvenes con frecuencia ocurre conjuntamente con otros trastornos mentales, generalmente ansiedad, comportamiento contraproducente o abuso de sustancias tóxicas, así como con otras enfermedades serias tales como diabetes.30,31 Un niño de corta edad con depresión puede decir que está enfermo, rehusarse a ir a la escuela, aferrarse al padre o a la madre, o preocuparse por la muerte de ellos. Un niño de más edad con depresión puede parecer resentido, meterse en problemas en la escuela, ser negativo, estar malhumorado y sentirse mal entendido.

Tanto en los niños como en los adolescentes, los trastornos depresivos conllevan un mayor riesgo de contraer enfermedades y tener dificultades interpersonales y psicosociales que pueden persistir mucho después que se haya resuelto el episodio depresivo; en los adolescentes también existe un mayor riesgo de abuso de sustancias de addicción y comportamiento suicida.29,32,33 Desafortunadamente, estos trastornos muchas veces no son reconocidos por las familias ni por los médicos. Los síntomas de trastornos depresivos en las personas jóvenes a menudo se consideran cambios normales del estado de ánimo típicos de una etapa particular del desarrollo. Además, profesionales del cuidado médico pueden resistirse a “clasificar” prematuramente a una persona joven con un diagnóstico de enfermedad mental. Sin embargo, el diagnóstico y tratamiento temprano de los trastornos depresivos es esencial para un desarrollo saludable emocional, social, y del comportamiento.

Aunque la literatura científica sobre el tratamiento de niños y adolescentes con depresión es menos extensa que la de los adultos, diversos estudios recientes han confirmado la seguridad y eficacia a corto plazo de los tratamientos para la depresión en los jóvenes. Se están llevando a cabo extensos estudios para determinar qué tratamiento funciona mejor para cuáles niños y jóvenes. Se necesita realizar investigaciones adicionales sobre cómo incorporar mejor estos tratamientos en la práctica de atención médica primaria.

El trastorno bipolar, aunque raramente se presenta en niños de corta edad, puede manifestarse tanto en niños como en adolescentes.34 Los cambios inusuales en el estado de ánimo, en el nivel de energía y en el funcionamiento característicos del trastorno bipolar pueden comenzar con síntomas maníacos, depresivos o una combinación de ambos. Las personas cuyos padres han sufrido de trastorno bipolar tienen un riesgo elevado de sufrirlo. Veinte al cuarenta por ciento de los adolescentes que sufren de depresión mayor presentan trastorno bipolar en el lapso de cinco años después de que aparece la depresión.35

La depresión en niños y adolescentes está asociada con un mayor riesgo de comportamientos suicidas.29,36 Este riesgo puede aumentar, particularmente en adolescentes masculinos, si la depresión está acompañada por trastornos de conducta y abuso de alcohol u otras sustancias de abuso.37 En el año 2000, el suicidio fue la tercera causa de muerte entre hombres jóvenes de 10 a 24 años.38 Los investigadores patrocinados por el NIMH hallaron que en los adolescentes que desarrollan un trastorno depresivo mayor, hasta el siete por ciento pueden morir por suicidio en los primeros años de la adultez.29 Por lo tanto, es importante que los médicos y los padres tomen en serio cualquier comentario referente al suicidio.

Los investigadores del NIMH están desarrollando y probando varios métodos de intervención para evitar el suicidio en niños y adolescentes. Diagnóstico y tratamiento temprano, evaluación precisa del pensamiento suicida y limitar el acceso de los jóvenes a agentes letales, tales como armas de fuego y medicamentos, pueden ser las mejores medidas de prevención del suicidio.