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National Institutes of Health
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Las causas de la depresión

Las investigaciones científicas del sistema nervioso, genéticas y clínicas han demostrado de manera contundente que los trastornos depresivos son trastornos cerebrales. Las causas exactas siguen siendo motivo de intensa investigación.

Las modernas tecnologías de imágenes cerebrales revelan que en la depresión, los circuitos neurales responsables de la regulación del estado de ánimo, los pensamientos, el sueño, el apetito y el comportamiento dejan de funcionar correctamente y que los neurotransmisores críticos—sustancias químicas usadas por las células nerviosas para comunicarse—están desbalanceados. La investigación genética indica que el riesgo de depresión es el resultado de la influencia de múltiples genes que actúan en combinación con el medio ambiente y otros factores no genéticos. Los estudios de la química del cerebro y de los mecanismos de acción de los medicamentos antidepresivos continúan ampliando nuestro entendimiento sobre los procesos bioquímicos implicados en la depresión.

Con frecuencia, una combinación de factores genéticos, cognoscitivos y ambientales causan la manifestación de un trastorno depresivo.10 Un evento traumático, la pérdida de un ser querido, una relación personal dificultosa, un problema financiero o cualquier cambio estresante en el patrón de vida, independientemente de que el cambio sea deseado o no deseado, puede provocar un episodio depresivo en las personas vulnerables.  Los episodios posteriores de depresión pueden ocurrir sin una causa obvia.

En algunas familias, los trastornos depresivos parecen manifestarse generación tras generación; sin embargo, también pueden ocurrir en personas que no tienen un historial familiar de estas enfermedades.11 Los trastornos depresivos, ya sean heredados o no, están asociados con cambios en las estructuras cerebrales o en la función cerebral, los cuales pueden verse usando las modernas tecnologías de reproducción de imágenes cerebrales.12,13