NUEVA YORK (Reuters Health) - Las mujeres que aprenden una técnica sencilla de autorregulación son mucho más propensas que el resto a materializar sus intenciones de hacer más ejercicio.
De hecho, las mujeres que utilizaron esa estrategia de planificación aumentaron una hora semanal la actividad física y lo mantuvieron durante 16 semanas.
"La técnica de autorregulación debería recibir más atención como una herramienta de cambio de la actividad física y otras conductas en el corto y en el largo plazo", concluyó el equipo dirigido por la doctora Gertraud Stadler, de la Columbia University.
Los autores señalaron que ese enfoque es "de bajo costo" y se puede aprender en una sola sesión para después ponerla en práctica sin ayuda.
No apartarse de las buenas intenciones es un desafío para todos, en especial cuando demanda cambios de conducta.
El equipo decidió evaluar si una técnica combinada de terapia cognitiva-conductual, oposición mental (mental contrasting) e intenciones de implementación ayudaría a las mujeres que quieren hacer más ejercicio a lograrlo.
En la oposición mental, una persona dice cómo quiere cambiar su conducta (hacer más actividad física, por ejemplo); señala el mejor resultado posible de ese cambio y luego menciona e imagina el obstáculo más probable para alcanzar ese objetivo.
En las intenciones de implementación, una persona formula sus planes en frases "si - entonces" como una ayuda para planificar cómo lograr sus objetivos y superar los obstáculos.
Por ejemplo, podría decir: "Si mañana el clima es agradable, saldré a trotar" o "Si me quedo dormido, no miraré las noticias y aún tendré tiempo de hacer ejercicio".
Al estudiar a 256 mujeres de mediana edad, el equipo halló que las mujeres que habían aprendido la técnica de autorregulación eran mucho más propensas a cumplir sus intenciones de hacer más ejercicio que el grupo de "control", que sólo había recibido información.
Al inicio del estudio, las mujeres que pusieron en práctica la autorregulación hicieron unos 46 minutos de ejercicio por semana, a diferencia de los 38 minutos que hizo el grupo de control.
Una semana después de la intervención, las mujeres entrenadas en la autorregulación hacían 102 minutos semanales de ejercicio, comparados con los 56 minutos del grupo control.
El ejercicio alcanzó su tiempo máximo en ambos grupos a las cuatro semanas de la intervención, cuando el grupo entrenado en autorregulación alcanzó los casi 111 minutos de actividad física semanal y la cohorte de control, los 58 minutos.
A las 16 semanas, el primer grupo ejercitaba 96 minutos por semana, contra 49 minutos en el de control.
Para que las personas puedan usar la autorregulación de manera efectiva, el equipo recomienda que crean que son capaces de hacer un cambio y luego mencionar e imaginar las consecuencias positivas.
"El éxito individual se logra más fácilmente si el entorno y las políticas promueven la actividad física y, así, generan precondiciones favorables", aseguraron los autores.
FUENTE: American Journal of Preventive Medicine, enero del 2009
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Página actualizada: 21 enero 2009 |