Por Megan Rauscher
NUEVA YORK (Reuters Health) - Una encuesta nacional realizada en Estados Unidos reveló que el 38 por ciento de los adultos y casi el 12 por ciento de los niños usan alguna forma de medicina complementaria o alternativa.
Entre los más destacados se encuentran los suplementos en base a hierbas, la meditación, la acupuntura y otros "remedios" o enfoques preventivos que generalmente no se consideran dentro de la medicina tradicional.
Los resultados del Sondeo de Salud Nacional del 2007 confirman que esas terapias "frecuentemente integran los tratamientos de los estadounidenses y refuerzan la necesidad de investigaciones rigurosas para estudiar su seguridad y efectividad", dijo la doctora Josephine P. Briggs, directora del Centro Nacional de Medicina Alternativa y Complementaria (NCCAM).
La experta promueve que los estadounidenses "hablen abiertamente con el médico u otro profesional de la salud" sobre el uso de estas terapias, para asegurarse de recibir un tratamiento seguro y coordinado.
Los resultados de la encuesta surgen de más de 23.300 entrevistas con adultos estadounidenses y de 9.500 entrevistas con adultos en nombre de los niños de la casa.
Las terapias complementarias y alternativas más utilizadas por los adultos en Estados Unidos son los "productos naturales", como las medicinas en base a hierbas, y los suplementos dietarios, como la glucosamina-condroitina, el aceite de pescado y el ginseng, "que usan más de 40 millones de adultos", dijo el doctor Richard L. Nanni, de NCCAM.
A los productos naturales le siguen los ejercicios de respiración profunda (con el 12,7 por ciento), la meditación (9,4 por ciento), la manipulación quiropráctica u osteopática (8,6 por ciento), los masajes (8,3 por ciento) y el yoga (6,1 por ciento).
Los adultos usan las terapias alternativas y complementarias principalmente para tratar enfermedades crónicas dolorosas, como el dolor de espalda, de cuello y de las articulaciones o la rigidez articular y otros problemas musculoesqueléticos.
Las mujeres y las personas de entre 30 y 69 años son más propensas a comenzar a usar esas terapias.
"Parecería que existe un patrón en 'U' invertida en los grupos de menor y mayor edad, que en general usan menos las terapias complementarias y alternativas que la población de entre 40 y 60 años", explicó Nanni.
"Pero cuando se comparan esos datos con los del 2002, el aumento más significativo en el uso de las terapias se registró en los tres grupos de mayor edad, que son los de 60 a más de 85 años", agregó el autor.
Los estadounidenses nativos son los principales usuarios de terapias alternativas y complementarias (un 50 por ciento), seguidos de los blancos, los asiáticos, los afroamericanos y los hispanos.
El 12 por ciento de los niños estadounidenses, o uno de cada nueve, usa estas terapias. Los chicos son cinco veces más propensos a emplearlas si lo hacen los padres u otros familiares.
La principal aplicación infantil de las terapias alternativas y complementarias es el dolor de espalda, cuello o cabeza, o los resfriados, la ansiedad, el estrés, otros problemas musculoesqueléticos y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDA/TDAH).
En general, los niños usaban los mismos tipos de terapias que los adultos.
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Página actualizada: 15 diciembre 2008 |