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INDEPENDENCIA ENERG�TICA

Independencia Energética

Energy Solutions

Soluciones en Energía

Aumentar la eficiencia energética y utilizar fuentes de energía renovables es crucial para reducir la dependencia energética. Esto implica cambios fundamentales en la manera en que los Estados Unidos maneja la política energética: hay que enfocarse en aprovechar mejor nuestra actual existencia energética y hacer una transición en nuestra dependencia en combustibles para transporte de los desiertos del Medio Oriente a los agricultores americanos y a una electricidad limpia y generada nacionalmente.

EFICIENCIA

Como el petróleo y el gas natural son recursos limitados, debe ser prioritario aprovecharlos al máximo. Esto equivale a aumentar la eficiencia energética.

Transporte

La conmoción del petróleo en los setentas llevó a la introducción en 1978 de estándares de eficiencia en combustibles CAFÉ (Corporate Average Fuel Efficiency). Esta regulación ordenó a fabricantes de vehículos cumplir ciertos niveles de eficiencia en cuanto a millas por galón de gasolina. Al empezar los fabricantes a cumplir, el petróleo importado del extranjero decreció como porcentaje del consumo total en EE.UU., del 47 por ciento en 1977 al 27 por ciento en 1985.  Además, la demanda total de petróleo a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC) – el cartel mayormente responsable de manipular los mercados petroleros mundiales—cayó en 13 millones de barriles diarios, o el 43 por ciento entre 1979 y 1983. Incapaz de mantener la demanda con los altos precios que estaba cobrando, la OPEC fue forzada a bajar sus precios. El menor consumo de combustible para automóviles y camionetas tuvo su pico en 1987. Desafortunadamente, la eficiencia en el combustible ha declinado subsiguientemente desde su máximo en 1987, al incrementarse las ventas de SUVs y otras camionetas de alto consumo de gasolina.

Mejorar la economía en el combustible de vehículos en EE.UU. tiene el potencial de reducir una vez más la dependencia en petróleo importado. Una propuesta que está siendo considerada por el Congreso aumentaría los niveles de ahorro en combustible para automóviles y camionetas a un promedio del 4 por ciento anual, con el fin de lograr que todos los vehículos sean de 35 millas por galón (mpg) para el 2018. Para el 2022, esto reduciría el consumo de petróleo en 2.2 millones de barriles diarios, o un 19 por ciento menos, ahorrando a los americanos más de $66 billones. Tal reducción en el consumo de petróleo es equivalente a todo lo que se importa de Arabia Saudita.

A esta meta de 35 mpg se llegó al examinar las conclusiones de un informe del 2002 de la Academia Nacional de Ciencias, que halló se podría lograr este aumento en la eficiencia en un período de 10 años, usando tecnologías comercialmente disponibles y asumiendo un precio de $1.50 por galón de gasolina. Sin embargo, con la introducción de nueva tecnología híbrida, los fabricantes pueden ahora saltarse tecnologías convencionales y obtener avances del 25 al 40 por ciento en ahorro de combustible sin necesidad de otros cambios.

Edificios

El sector de transporte no es el único donde la eficiencia puede ayudar a aumentar nuestra independencia energética. También deberíamos enfocarnos en maneras de incrementar la eficiencia energética en los edificios de nuestra nación. Regularmente, un edificio consume 20 por ciento de su energía total durante su construcción y 80 por ciento durante su uso. La energía usada en la construcción incluye la de la manufactura, transporte y montaje de materiales. Una vez construidos, los edificios consumen aproximadamente un 40 por ciento de la energía y un 70 por ciento de la electricidad anual de los Estados Unidos.

La adecuada “ubicación” del edificio –determinar el sitio del edificio, cómo enfrenta al sol, lugar de las ventanas y diseño de las luces—afectará las necesidades de iluminación eléctrica y de calefacción a gas o electricidad. El aislamiento adecuado puede reducir el uso de gas o electricidad al asegurar que ventanas, puertas y paredes no dejen escapar el aire frío o caliente. Los calefactores “Energy Star” de gas o eléctricos tienen una eficiencia de combustible anual (AFUE) calificada en un 83 y 90 por ciento o más, haciéndolos un 15 por ciento más eficientes que los modelos convencionales. Para calcular su ahorro con un calefactor Energy Star, pulse aquí. La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) ha identificado una amplia gama de aparatos  calificados como Energy Star, que pueden ayudar a reducir el consumo de electricidad, creando una vivienda o negocio más eficiente en energía.

Las lámparas fluorescentes compactas (CFL) son una manera simple de mejorar la eficiencia eléctrica. Reemplazar cuatro bombillas incandescentes de 100 vatios prendidas cuatro o más horas diarias con cuatro lámparas fluorescentes de 23 vatios produce la misma luz y ahorra por lo menos 1,356 kilovatios/hora de electricidad en tres años.

La tecnología diodo emisor de luz (LED) no está lista todavía para uso residencial pero ha tenido un gran avance en años recientes. LED usa hasta 90 por ciento menos energía que su contrapartida incandescente.

ENERGIA RENOVABLE

Transporte

Una mayor independencia energética también puede lograrse mediante la incorporación de fuentes renovables de energía ya disponibles a nivel nacional. Expandiendo el uso de biocombustibles –como el etanol hecho de maíz, materiales de celulosa o residuos agrícolas—se reduce la necesidad de gasolina hecha exclusivamente de petróleo. Bajo la ley actual, la mezcla de combustibles deberá usar 7.5 billones de galones de biocombustibles para el 2012. Hoy hay varias propuestas bajo consideración que aumentarían los requisitos para el uso de etanol y otros biocombustibles, con el fin de reducir el uso del petróleo en el transporte.

El etanol proveniente del fécula de granos de maíz es el principal biocombustible usado hoy en Estados Unidos. Además de reducir la demanda de petróleo, el etanol emite menos gases de invernadero que los combustibles fósiles. Pero el maíz sólo podrá suministrar una cantidad limitada de combustible. Para reemplazar la gasolina y el diesel con una cantidad significativa de biocombustibles y para lograr una mayor reducción de la contaminación de calentamiento global, deben crearse nuevas fuentes de biocombustibles.

El etanol celulósico es la próxima generación de biocombustibles. Puede producirse de una gran variedad de materiales vegetales no alimenticios, incluyendo desechos agrícolas como tallos de maíz y paja de cereales, desechos industriales como aserrín y pulpa de papel, así como cultivos dedicados a la energía, específicamente para producción de combustibles, como el pasto alto. El combustible puede producirse en casi todas las regiones del país porque se puede usar una variedad de materias primas regionales. Aunque requiere un proceso de refinamiento más complejo que todavía está siendo estudiado, el etanol celulósico contiene más energía neta y resulta en una reducción del 90% en emisiones de gases de invernadero (GHG), comparado con la gasolina tradicional.

Usar la electricidad en el sector transporte abre la puerta a fuentes renovables como energía de viento, solar y geotermal. La tecnología de vehículos híbridos enchufables permite que los vehículos funcionen con una combinación de electricidad y gas. Cuando la batería eléctrica está baja o cuando el vehículo necesita acelerar rápidamente, el vehículo puede cambiar automáticamente al motor de gas. Para recargar la batería eléctrica, el vehículo puede captar la energía perdida durante el freno, como en actuales vehículos híbridos, o “enchufarse” a un tomacorriente eléctrico convencional para recargar entre viajes diarios o durante la noche. Cuando la red eléctrica sea “más verde”, el transporte podrá también incorporar cada vez más energía limpia y renovable a su cuota de combustible. Prototipos, así como híbridos regulares reformados con la tecnología híbrida enchufable, están empezando a verse en las calles, con una eficiencia en combustible de hasta 150 millas por galón.

Edificios

La energía renovable también puede tener un papel importante en el reemplazo de combustibles fósiles en edificios. Los sistemas geotermales de calefacción y refrigeración aprovechan el calor subterráneo natural de la tierra para mantener temperaturas constantes en edificios. Pueden reducir, y, en algunos casos, eliminar el uso de gas natural para controlar la temperatura ambiente. Se estima que tan pronto como en el 2025, los Estados Unidos podría tener 200,000 megavatios de energía disponible proveniente de fuentes geotermales.

Un reciente informe de MIT halló que “la energía geotermal de sistema de ingeniería geotermal representa un gran recurso natural que puede proveer energía eléctrica de carga base y calefacción a niveles que podrían tener un importante impacto en los Estados Unidos, produciendo efectos medioambientales mínimos”.

Los paneles solares también son una creciente fuente de energía para viviendas, especialmente para el suministro de agua caliente. Según el Departamento de Energía de EE.UU. (DOE), calentar el agua equivale hoy a hasta el 14 por ciento del uso energético de una vivienda promedio, y casi cuatro por ciento del consumo total de energía en el país.

El Instituto de Estudios Medioambientales y Energéticos (EESI) estima que ya hay 1.5 millón de calentadores solares de agua usándose en viviendas y negocios de EE.UU., pero existen oportunidades para aumentar ese número dramáticamente. Asumiendo que el 40 por ciento de las viviendas existentes en los Estados Unidos tienen suficiente acceso a la luz solar, podrían instalarse 29 millones de sistemas solares para calentar agua.

Dependiendo del lugar, los calentadores solares de agua podrían cubrir del 50 al 80 por ciento de las necesidades de agua caliente de las viviendas.

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