Elecciones en 2008 | Guía de las elecciones de 2008

17 septiembre 2008

Financiación de las elecciones del año 2008 en Estados Unidos

Gobierno de EE.UU. regula la recaudación y gasto de fondos de campañas políticas

 
Sam Aiona, presidente estatal del Partido Republicano en Hawai, urge a la Comisión Federal de Elecciones que siga de cerca los temas de financiamiento y supervisión de campañas.
Sam Aiona, presidente del Partido Republicano en Hawái, urge que se sigan de cerca el financiamiento y la supervisión de campañas.

Este artículo pertenece al periódico electrónico de octubre de 2007 “La larga campaña: Elecciones 2008 en Estados Unidos”. Para consultar los demás artículos de este periódico haga clic a la derecha.

Por Jan Witold Baran

Competir en una elección para un cargo federal en Estados Unidos requiere que los candidatos recauden enormes sumas de dinero para financiar sus campañas, y la recaudación y desembolso de ese dinero están sumamente regulados por el gobierno estadounidense. Jan Witold Baran, experto en leyes electorales, explica las restricciones legales a las contribuciones que individuos y organizaciones ponen a las campañas, describe cómo las campañas determinan los gastos y discute el financiamiento público y privado de las elecciones presidenciales. El autor es socio del bufete de abogados Wiley Rein LLP de la ciudad de Washington, y comentarista y analista legal de Fox News, la Radio Pública Nacional y ABC News.

Para el verano de 2007 casi dos docenas de candidatos habían iniciado campañas para convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos. La elección propiamente no tendrá lugar hasta el 4 de noviembre de 2008, pero estos candidatos ya han iniciado campañas pretendiendo la designación como candidatos por su respectivo partido político, el Republicano o el Demócrata. Los partidos eligen sus candidatos a la presidencia formalmente en convenciones que se celebrarán en el verano de 2008, pero los candidatos deben comenzar a buscar delegados que les apoyen en las elecciones internas que comenzarán en enero de 2008. Este largo y arduo proceso exige de los candidatos que sean hábiles, perseverantes e incansables. También requiere grandes sumas de dinero.

Los cargos de presidente, senador y representante son cargos federales. Son los miembros elegidos para la Casa Blanca, el Senado de Estados Unidos y la Cámara de Representantes de Estados Unidos en la ciudad de Washington. Las campañas para elegir a estos funcionarios las regulan las leyes federales, que determinan también cómo se pueden recaudar fondos, de quiénes y en qué cantidad. Las leyes financieras de las campañas federales están separadas de las leyes estatales que regulan las elecciones a cargos estatales y locales, tales como los de gobernador, alcalde o miembro de la legislatura del estado. En consecuencia, un candidato a desempeñar un cargo federal debe obedecer las leyes federales, que son en cierta medida complejas y restrictivas. Los candidatos presidenciales encuentran que es necesario recaudar centenares de millones de dólares para las campañas dirigidas a un país con más de 100 millones de votantes, pero la manera en que estos candidatos recaudan y gastan este dinero está sumamente regulada.

Organización de una campaña

Un candidato a presidente debe designar una organización de campaña, llamada comité político. El comité político debe contar con un tesorero y debe inscribirse en la Comisión Federal de Elecciones (FEC). Pese a su nombre, la FEC sólo supervisa y pone en práctica las leyes de financiación electoral; de hecho, no lleva a cabo las elecciones. En Estados Unidos el proceso de empadronar a los votantes, dirigir la votación y contar los votos es responsabilidad de los funcionarios electorales estatales y locales.

En la FEC hay inscritos varios tipos de comités políticos. Aparte de los candidatos, los partidos políticos deben inscribir en la agencia sus propios comités. Además, cualquier grupo de ciudadanos particulares puede formar un comité político, incluso pueden hacerlo individuos pertenecientes a corporaciones, sindicatos obreros o asociaciones profesionales. A estos comités políticos se les suele llamar PAC, o sea comités de acción política, por sus siglas en inglés, y también deben inscribirse en la FEC.

Una vez inscritos, los comités políticos pueden comenzar a recaudar fondos de campaña. Todos esos fondos, al igual que los desembolsos, deben ser revelados en informes que se presentan mensual o trimestralmente en la FEC. Los informes se archivan electrónicamente y están a disposición del público en el sitio Web de la FEC [http://www.fec.gov]. Numerosas organizaciones privadas mantienen también sitios en la Red a fin de observar las contribuciones y gastos de los candidatos, los partidos políticos y los PAC.

Fuentes legales de contribuciones

Todas las donaciones a los candidatos federales o comités políticos deben provenir de individuos o comités inscritos en la FEC. Están prohibidas las contribuciones directas de corporaciones o sindicatos obreros, aunque estas entidades pueden patrocinar comités de acción política que recogen dinero de individuos. Las contribuciones en efectivo a los PAC que superen 100 dólares son ilegales, como lo son las contribuciones de individuos a quienes se considera “extranjeros”, es decir, que no son ciudadanos ni han sido admitidos permanentemente en Estados Unidos. Sin embargo los ciudadanos extranjeros admitidos como residentes permanentes pueden contribuir, aun cuando no puedan votar en una elección.

Límites al monto de las contribuciones

El monto con que un individuo o comité político puede contribuir está sujeto a varias limitaciones. Por ejemplo, un individuo no puede contribuir con más de 2.300 dólares a la campaña de un candidato. Este límite afecta “a cada elección”. Consecuentemente, un individuo puede contribuir con un máximo de 2.300 dólares a la campaña de un candidato en unas elecciones internas, y con otro máximo de 2.300 dólares a la campaña de ese mismo candidato en las elecciones generales. Marido y mujer son considerados individuos separados y, por lo tanto, entre ambos pueden donar el doble del límite, o sea 4.600 dólares por elección.

Además de los límites a la cantidad con que puede contribuirse a los candidatos (y a otros tipos de comités) los individuos están también sujetos a un límite de contribución “agregado”. Un individuo no puede donar más de 108.200 dólares a todos los candidatos federales y comités políticos en un ciclo electoral de dos años. (Los límites se ajustan cada dos años de acuerdo con el aumento de la inflación, lo que explica los inusuales montos en dólares).

Los PAC están sujetos a un límite de 5.000 dólares por elección para la campaña de un candidato. El monto con que puede contribuirse a los partidos políticos está también limitado, pero es mayor que el límite de las contribuciones de los PAC a un candidato individual.

En consecuencia, un candidato a presidente que aspira a recaudar, por ejemplo, 23 millones de dólares – una cantidad relativamente modesta en una campaña presidencial – debe hacerlo atrayendo donantes individuales, que no pueden donar más de 2.300 dólares y, quizás, también PAC que están limitados hasta 5.000 dólares. Para recaudar 23 millones de dólares, ese candidato necesitaría, como mínimo, 1.000 personas que donaran el máximo permitido. Es más probable que el candidato trate de encontrar varios miles de contribuyentes, la mayoría de los cuales donarán menos del máximo legal.

Gastos de campaña

Para hacer campaña para obtener un cargo, un candidato necesita contratar personal, hacer arreglos para disponer de espacio de oficina, llevar a cabo investigaciones, preparar documentos que fijen su posición, hacer anuncios por radio y televisión, en publicaciones y en Internet, y hacer numerosas apariciones en público y en eventos de recaudación de fondos. Los candidatos a la Cámara de Representantes realizarán estas actividades en sus distritos específicos del Congreso, en tanto que los candidatos al senado harán lo mismo en su circunscripción electoral, que comprende todo el estado.

Los candidatos a presidente enfrentan la intimidante tarea de organizar sus campañas estado por estado y luego, si obtienen la designación para la candidatura, en toda la nación. La planificación inicial de una campaña presidencial – conseguir la candidatura del partido – se concentrará en los estados donde se realicen en fechas más tempranas las elecciones primarias o internas. Por lo tanto, los candidatos tratarán de organizarse en Iowa, Nuevo Hampshire, Carolina del Sur, Nevada y Florida, los cuales celebrarán conferencias de partido o elecciones primarias en enero de 2008. Anteriormente, otros estados celebraban sus elecciones primarias en un ciclo que corría hasta junio. Pero en 2008 la mayoría de los estados, inclusive los grandes como California, Nueva York y Texas llevarán a cabo sus elecciones primarias el 5 de febrero. Este calendario electoral sumamente acortado impone enormes demandas a las campañas presidenciales para que recauden substanciales cantidades de dinero – según algunos cálculos de por lo menos 100 millones de dólares – con el fin de financiar actividades en estas primarias. Cuánto se recauda y en qué se gasta el dinero será un asunto público, dado que los comités de campaña tendrán que revelar sus finanzas a la FEC. Estos informes, particularmente a lo largo de 2007 y enero de 2008, se conocen como “el dinero de las primarias” porque se considera en general la medida de la cantidad de apoyo que cada candidato atrae antes del comienzo de la votación real.

Financiación pública de las campañas

Desde 1976 los candidatos a presidente han tenido derecho de participar en un sistema de financiamiento público según el cual el gobierno de Estados Unidos proporciona financiamiento a las campañas que cumplan cierta calificación. Hasta las elecciones del 2000, todos los candidatos a la presidencia participaban en este sistema al aceptar fondos gubernamentales a cambio de la promesa de no gastar más de una cantidad específica. Pero este sistema ha llegado a ser cada vez menos atractivo para los candidatos debido a que el límite de gastos impuesto se considera demasiado bajo – por debajo de la cantidad que los principales candidatos pueden fácilmente recaudar de fuentes privadas. En consecuencia, en el año 2000 el entonces gobernador George W. Bush se convirtió en el primer candidato importante en renunciar a la financiación pública en las elecciones primarias. Cuatro años después el presidente Bush, republicano, y los candidatos demócratas el senador John Kerry y el gobernador Howard Dean optaron por apartarse del financiamiento público en las competencias primarias. En el 2008 se anticipa ampliamente que, por primera vez, todos los principales candidatos demócratas y republicanos, con excepción del demócrata John Edwards, renuncien a la financiación pública para las elecciones primarias. También parece probable que los candidatos presidenciales demócratas y republicanos renuncien al sistema de financiamiento público durante la campaña de las elecciones generales.

¿Cuánto se gastará?

Es difícil predecir la cantidad que las campañas gastarán en las elecciones de 2008, pero es bastante prudente hacer una predicción: en estas elecciones se gastará más dinero que nunca antes. En el 2004 el presidente Bush recaudó 270 millones de dólares para las elecciones primarias y recibió 75 millones de dólares en fondos públicos para las elecciones generales. El senador Kerry, su oponente final, le siguió de cerca, al recaudar 235 millones de dólares para las primarias y recibir lo misma cantidad de 75 millones para las elecciones generales. En 2008 el número de candidatos ha aumentado, pero también lo ha hecho el límite a las contribuciones (2.300 dólares contra los 2.000 dólares permitidos en 2004). Ha habido también un aumento en la cantidad de estadounidenses que contribuyen a las campañas; el hacerlo se ve facilitado por la comodidad que representa contribuir electrónicamente a través de los sitios Web de la campaña en Internet.

Además de lo que gasten los candidatos, gastarán dinero los partidos políticos, los PAC y otros grupos de interés. En 2004 el Centro por una Política Responsable calculó que en las campañas electorales de ese año todos los candidatos federales, los partidos políticos y otros gastaron 3.900 millones de dólares. Esto representó un aumento del 30 por ciento en relación con la campaña del año 2000. Es probable que en el 2008 veamos otro aumento.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente los puntos de vista o políticas del gobierno de Estados Unidos.

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