Educación | Los logros del futuro

06 octubre 2008

Los chicos hablan

Los estudiantes de intercambio hablan de sus recuerdos

 
La estudiante de intercambio Liliana Villalobos Gilbert (Cortesía de Liliana Villalobos)

(Este artículo pertenece al Periódico electrónico: “Jóvenes del Mundo, constructores del futuro”)

Kristina Gembarskaya

Kristina, original de Tyumen, en Siberia, Rusia, se alojó con Eric y Lela Marcus mientras asistía a la escuela secundaria de Beavercreek como participante de un intercambio auspiciado por el programa rotario en 2007. Ahora, de vuelta en su país, estudia idiomas en la universidad para ser traductora.

A mi llegada a Estados Unidos, recuerdo que me sentía asustada y no hablaba muy bien inglés. Todo me parecía nuevo y extraño. La familia Marcus me ayudó a aprender mucho sobre la cultura estadounidense, a comunicarme con personas diferentes, etc. Me ayudaron a formar mi propia opinión y mi propia idea de Estados Unidos.

Hacíamos muchas cosas y nos divertíamos mucho juntos. Mis mejores recuerdos son los partidos de fútbol, baloncesto y béisbol que jugábamos durante los fines de semana en su casa junto al lago, y también cuando iba a pescar y pintaba con Lela Marcus. Hice con ella dos pinturas muy grandes que enviamos a mi madre en Rusia. ¡Era genial! Nunca imaginé que podía pintar. Era algo nuevo para mí. También me gustaba pasar el rato con toda la familia, cuando se reunían en ocasiones familiares y estábamos todos juntos. Sentía que era parte de la familia y era maravilloso.

Jóvenes del mundo, constructores del futuro

Javier Alfaro

Javier proviene de Grecia, una localidad en la provincia de Alajuela en Costa Rica. Fue estudiante de intercambio del programa Rotario y vivió con la familia Marcus en 1999. Ahora, a sus 25 años de edad, trabaja como ingeniero industrial para la empresa Procter & Gamble, y cursa estudios para obtener el título de maestría en finanzas y economía.

Uno de los mejores momentos que me viene a la mente…jugaba solo al fútbol en el jardín de la casa y ya era tarde en la noche. Mi madre, Lela, se acercó y me dijo: “hijo, se hace tarde y es mejor que entres ya". Entré a la casa, pero ella me notó un poco triste y se puso a hablar conmigo. Yo estaba nostálgico.

El hecho más agradable sucedió al día siguiente…algo que no olvidaré jamás. Lela preparó almuerzo y sirvió a toda la familia en la mesa. Todos los platos eran blancos, pero había colocado uno rojo en mi lugar. No sabía qué estaba pasando y ella me dijo: “Hoy eres especial”, que eran las mismas palabras escritas en el plato. Sentí ganas de llorar, de abrazarla, de besarla y darle las gracias. Desde ese momento, nuestra relación se estrechó más, así que yo la llamo mamá y ella me dice hijo.

Jóvenes del mundo, constructores del futuro

Hulda Liliana Villalobos Gilbert (Lili)

Lili, de Irapuato, en Guanajuato, México, pasó el curso 2003- 2004 como estudiante de intercambio del programa Rotario. Ahora tiene 21 años y es una universitaria que estudia administración internacional de empresas.

Puedo decir que ese fue el año más maravilloso de mi vida. Conocí a muchas personas de diferentes países, culturas, puntos de vista, estilos de vida y demás. Me enriquecí como persona y maduré mucho.

Cuando finalmente me confirmaron que viajaría a Estados Unidos, me sentí realmente entusiasmada porque siempre había sido mi mayor deseo vivir un año como estudiante de intercambio. Tenía muchas ganas de venir a Estados Unidos por el país y por el idioma. Ya se sabe que el inglés es la lengua “universal y de los negocios”.

Por una parte estaba muy contenta, pero por otra, me sentía muy ansiosa por lo que me esperaba. Me preocupaba la gente, si iba a ser amable, el pueblo, el estado, cómo serían… ya saben, me hacía todo este tipo de preguntas.

Una vez se llega, al principio todo es muy, muy difícil. Los dos o tres primeros meses fueron para mí los más duros porque todo era nuevo. Tenía que adaptarme a un tipo nuevo de vida, a un lugar nuevo, a personas desconocidas, a comidas y a horarios nuevos. Pero luego me acostumbré, y pude llevar una vida normal y corriente.

La estudiante de intercambio Julieta Mezzano (der.) con Lela Marcus (Cortesía de Julieta Mezzano)

La tercera familia que me alojó fue la de los Marcus, una gente muy amable. Creo que son personas felices. Les gusta verdaderamente ser padres de acogida, porque creo que ellos también han aprendido mucho de los diferentes estudiantes que han vivido con ellos.

Lela y Eric son maravillosos…Podía conversar con ellos cuando sentía la necesidad de hacerlo. Sabían que yo era una estudiante de intercambio de otro país y que mi modo de pensar es a veces diferente al suyo. Los Marcus me comprendían y siempre me trataron con respeto. Los estudiantes de intercambio no dejamos atrás nuestra identidad nacional e individual. Esto es algo que confunde a algunos padres de acogida, pero Lela y Eric siempre lo entendieron.

Sobre el pequeño Eric, creo que él sólo tenía 13 años cuando estuve con ellos y era un chico estupendo. Me divertía mucho con él. A veces comíamos o jugábamos juntos, y nunca lo olvidaré. A veces me comunico con él a través de Internet.

Para mí lo mejor de mi estancia en el extranjero por un año fueron los viajes que hice con otros estudiantes de intercambio. Hice grandes amigos y todavía me comunico con muchos de ellos. Siempre les recuerdo como verdaderos amigos y me he propuesto no perder nunca el contacto con ellos.

Maduré como persona. La separación de mi familia fue un reto enorme y un gran paso hacia mi independencia. El forjar amistades de diferentes países me ha hecho una persona de amplio criterio, y ahora puedo ver el mundo con ojos más abiertos. A veces me siento como una persona diferente, como una persona más madura con diferentes puntos de vista, y ese año realmente me ayudó mucho y siempre lo recordaré como uno de los mejores.

Recuerdo que ese año nos inventamos una frase para explicar todas las vivencias de ese momento: “El mundo es del tamaño que tú quieras”.

Jóvenes del mundo, constructores del futuro

Julieta Mezzano

Juli, una joven de 20 años, oriunda de Córdoba, Argentina, participó en el programa de intercambio juvenil Rotario en 2005 y ahora estudia nutrición y tecnología de la alimentación.

Pasé casi un año en Ohio, pero con cuatro familias diferentes porque el club Rotario te hace cambiar de familia cada tres o cuatro meses.

La vida en cada casa era fantástica porque, lo creas o no, era como si cada cambio fuera otro pequeño intercambio. ¡Cada familia era diferente así que te parecía estar en otro sitio distinto!

Con la familia Marcus pasé un verano completo. Me divertí mucho en su casa. Son una familia divertida, te hacen sentir como en tu propia casa. El primer día me dijeron: “Mi casa es su casa" y así fue durante toda mi estancia. ¡Te permiten utilizar la computadora cuando quieras, comer lo que quieras, dormir hasta el mediodía! Já, já, (es que era verano, de lo contrario me hubiesen despertado al amanecer para ir a la escuela).

Mi hermano anfitrión, el “pequeño Eric”, siempre me ayudó con el inglés y era mi compinche.

Los fines de semana solíamos ir al lago Indian y allí juntos, los dos “Eric padre e hijo”, y yo veíamos películas, nos divertíamos con juegos de mesa, partidas de naipes, nos bañábamos en la piscina y hasta íbamos en bote a comer a McDonalds.

Durante la semana, me pasaba la mayor parte del tiempo con Lela, mamá. Me escuchaba con interés y me daba consejos. Es una persona con un gran talento creador y muy hábil, así que pintábamos juntas, hacíamos collares, pendientes y otros adornos que todavía guardo y que me traen recuerdos de ella. Se pasaba la mayor parte del tiempo contando chistes y nunca me dejaba sola.

Ser un estudiante de intercambio es una gran, gran experiencia. Creo que todo el mundo debería serlo. Te abre la mente a otras culturas, a otros modos de pensar que por ser diferentes no son necesariamente erróneos.

Nunca olvidaré aquellos momentos, los lugares que visité y a las personas que conocí. Un año puede ser muy largo cuando se está lejos de la familia, pero les digo sin miedo a equivocarme que se pasa muy rápido.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente los puntos de vista o políticas del gobierno de Estados Unidos.

Marcar página con:    ¿Qué es esto?