Medio ambiente | Protección de los recursos naturales

04 diciembre 2008

Cooperación regional es necesaria ante desastres naturales en el Caribe

Objetivo es reducir dependencia de la región de los donantes internacionales

 
Luís Carpio, de la AEC, dice que el hemisferio occidental necesita una respuesta unificada para hacer frente a desastres naturales.
Luís Carpio, de la AEC, dice que el hemisferio occidental necesita una respuesta unificada para hacer frente a desastres naturales.

Miami – Los países del Caribe, que se han visto particularmente afectados en los últimos años por huracanes, tormentas tropicales y graves inundaciones, han hecho hincapié en la necesidad de elaborar un enfoque regional unificado para hacer frente a los desastres naturales y quieren reducir la dependencia de la región de la ayuda de la comunidad internacional, según lo que comentó a America.gov un especialista en manejo de desastres.

Luis Carpio, director de transporte y desastres naturales en la Asociación de Estados del Caribe (AEC), –un grupo de 28 países que fomenta la cooperación entre los órganos responsables de la política, la planificación y la respuesta de reducción de los desastres en la región del Caribe– habló sobre este tema antes de la Conferencia sobre el Caribe y América Central, que se celebró en Miami entre el 1 y 3 de diciembre.

Carpio indicó que el enfoque regional es de particular importancia, porque “una tragedia atroz en otro lugar siempre puede eclipsar nuestra miseria y desviar la ayuda” de donantes internacionales. Añadió que el enfoque regional pasa a ser “cada vez más imprescindible dada la creciente tendencia de que un fenómeno afecte a dos o más países” en el Caribe al mismo tiempo.

Dijo que “es sólo a través de este tipo de arreglo amplio que la región del Caribe puede aprovechar las economías de escala necesaria para aprovechar eficazmente tanto la cooperación internacional que exigen” las Naciones Unidas”, como la riqueza de la experiencia que aflora en nuestra región”.

AEC, cuya sede está en Trinidad y Tobago, proporciona un foro donde los países miembros pueden intercambiar experiencias y compartir las mejores prácticas de elaboración de estrategias de reducción de riesgos.

Carpio tenía previsto participar en una mesa redonda sobre preparación en casos de desastre en la conferencia de Miami. Acción Caribe y Centroamérica, organización con sede en Washington que organiza la conferencia, ha dicho que la Cuenca del Caribe es una de las regiones del mundo más propensas a los desastres, factor que plantea constantes amenazas a la estabilidad regional.

PROBLEMAS QUE AFRONTAN LOS PEQUEÑOS ESTADOS INSULARES

Carpio dijo que los países en desarrollo, en especial los pequeños estados insulares “merecen especial atención”, dada su “pronunciada vulnerabilidad y nivel de riesgo, que suele rebasar con mucho su capacidad para prepararse y responder a los desastres, así como para recuperarse de ellos”. Dijo también que en los últimos años, la “ferocidad y frecuencia de los fenómenos naturales que afectan a los asentamientos humanos” en el Caribe han aumentado, y la pérdida de vidas y bienes se ha disparado.

Estados Unidos y otros países que participan en el proceso de las Cumbres de las Américas han manifestado su apoyo para abordar las preocupaciones que afectan especialmente a los pequeños Estados insulares en el Caribe y en todo el mundo.

El Plan de Acción de la Cumbre de las Américas dice que, además de la vulnerabilidad ambiental, otras amenazas a la seguridad de estos pequeños estados son: el narcotráfico, el comercio ilícito de armas, el aumento de los niveles de delincuencia y corrupción, el transporte de los residuos nucleares, la vulnerabilidad económica, en particular en relación con el comercio, las amenazas de salud como el VIH/SIDA y el aumento de los niveles de pobreza.

En una hoja informativa de mayo de 2008, el Departamento de Estado dijo que la Quinta Cumbre de las Américas, prevista para abril de 2009 en Trinidad y Tobago, abordará una amplia gama de cuestiones relacionadas con la sostenibilidad ambiental, incluso los desastres naturales, la administración de los recursos hídricos, la protección de la biodiversidad y el cambio climático. Un “Proyecto de Declaración de Compromiso” para la cumbre de 2009 dice que uno de los objetivos de los países de las Américas es “[fortalecer] nuestros mecanismos de intercambio de información sobre la alerta temprana de desastres naturales, la planificación y preparación frente a los mismos, el manejo y la coordinación de la respuesta, y los programas de alivio luego de un desastre”.

Estados Unidos proporcionó fondos de ayuda humanitaria a Cuba, la República Dominicana, Haití y Jamaica para contribuir a aliviar los efectos de los huracanes y tormentas tropicales que impactaron a países del Caribe en agosto y septiembre de 2008. (Véase “Estados Unidos ayuda a víctimas de desastres naturales en el Caribe”).

DESAFÍOS PARA EL CARIBE

Según Carpio, el desafío más importante que el Caribe enfrenta en lo relativo a los desastres tiene que ver con la necesidad de “generar políticas eficaces de reducción del riesgo de desastres que tengan en cuenta la adaptación de nuestras comunidades al cambio climático”. Indicó que el establecimiento y fortalecimiento de sistemas de alerta temprana contra los desastres naturales también tendrá que ser “una inversión regional coherente y eficiente”.

Carpio se refirió a la primera conferencia de los países de la AEC sobre reducción de desastres, que tuvo lugar en noviembre de 2007 en Haití, y cuyo objetivo fue fomentar una mejor cooperación intrarregional.

La conferencia produjo un documento de 27 puntos que serviría de guía para la AEC en materia de reducción del riesgo de desastres, dijo. El documento tiene en cuenta las cinco prioridades adoptadas por una conferencia internacional de 2005, celebrada en Japón, en que se habló sobre un plan de acción para la reducción de desastres. Esas prioridades incluyen la garantía de que los países hagan de la reducción del riesgo de desastres una meta importante; la identificación, evaluación y seguimiento de los riesgos de desastres, y la mejora de los sistemas de alerta temprana contra este tipo de desastres.

En esa Conferencia Mundial en Japón sobre la Reducción de Desastres, Estados Unidos habló con los socios internacionales acerca de la elaboración de un sistema de alerta mundial que proporcionase alertas sobre numerosos peligros, entre estos los tsunamis. Estados Unidos también examinó la mitigación de los riesgos de desastre debido a la variabilidad del clima; la reducción de los riesgos sísmicos, y el fortalecimiento del papel de la comunidad internacional en su preparación para la sequía, los incendios y las enfermedades.

Para más información sobre la AEC, véase el sitio web de la organización.

Si desea consultar más información sobre la Cumbre de las Américas y el Proyecto de Declaración de Compromiso de la Cumbre, véase el sitio web del Sistema de Información de la Cumbre de las Américas.

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