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27 abril 2008

Abigail Smith Adams

Acordasen de las damas..."

 
Retrato de Abigail Adams, 1766.

(Este artículo pertenece al libro titulado “Mujeres Influyentes”)

(Nació el 11 de noviembre de 1744 y murió el 28 de octubre de 1818)

Grabado de la primera dama, y escritora, Abigail Adams. (Stock Montage/Getty Images)

Abigail Adams, esposa del segundo presidente de Estados Unidos y madre del sexto, cuenta entre sus múltiples reclamos a la fama su defensa de los derechos de la mujer, entre ellos el derecho a la educación. Su voluminosa correspondencia describe con ingenio y perspicacia los primeros años de su querida nación. Apoyó la carrera política de su marido, y compartía con él ideas políticas que también ella ayudó a formar. Fue también una excelente administradora de la granja y los asuntos financieros de la familia.

Abigail Adams nació en Weymouth, Massachusetts, y nunca recibió una enseñanza escolar, como sucedía con la mayoría de las mujeres de la época. No obstante, desde temprana edad fue una lectora voraz. Contrajo matrimonio con John Adams en 1764. Su relación de 54 años fue afectuosa, amorosa e intelectualmente estimulante, según queda reflejada en la correspondencia que mantuvieron. Los frecuentes viajes de su marido suponían largos períodos de separación, de modo que recayó en ella la tarea de criar a sus cuatro hijos supervivientes y llevar las riendas del hogar, a la vez que ejercía como principal confidente de su marido en cuestiones políticas. En 1776, hizo su más firme llamamiento a favor de los derechos de la mujer en una carta dirigida a su marido, quien era entonces miembro del Congreso Continental que declaró la independencia de las colonias de la Corona británica. "En el nuevo código de leyes, que supongo tendrán que redactar, desearía que se acordasen de las damas", le escribió ella, "y que fueran más generosos y condescendientes con ellas que vuestros antepasados". Su petición fue el primer reclamo por la igualdad que paulatinamente alcanzarían las mujeres. Cuando ese mismo año el ejército de George Washington afrontaba una aparente derrota, Abigail escribió con denuedo que las tropas inglesas tendrían como opositores a "una raza amazónica en América".

Abigail se trasladó a París y a Londres donde su marido fue representante diplomático de la nueva nación. Cumplió con sus deberes de anfitriona cuando Adams fue elegido primer vicepresidente del país en 1789 y presidente en 1797. Tras ser derrotado por Thomas Jefferson en las elecciones de 1800, el ex presidente se retiró a su residencia en Massachusetts, donde vivió hasta sus últimos días en compañía de su esposa, quien murió en 1818. En esa triste ocasión, John Quincy Adams, su hijo y futuro presidente, rindió un tierno homenaje en su diario a su madre: "No existe virtud con morada en el corazón femenino que no fuera ya ornamento en el de ella".

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