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17 septiembre 2008

La literatura de EE.UU. en síntesis: Capítulo 5

El ascenso del realismo

 
Mark Twain (Ilustración de Thaddeus A. Miksinski, Jr.)

La Guerra Civil de Estados Unidos (1861-1865) entre el Norte industrial y el Sur agrícola esclavista fue un punto de flexión en la historia del país. Antes de la guerra, los idealistas defendían los derechos humanos y pugnaban ante todo por la abolición de la esclavitud; después de la contienda, los estadounidenses idealizaron cada día más el progreso y al hombre que labra su propio éxito. Esa fue la época del industrial millonario y el especulador, cuando la teoría darviniana de la evolución biológica y la "supervivencia del más apto" se empezó a aplicar a la sociedad y pareció justificar los métodos, a veces poco éticos, de los exitosos empresarios magnates.

Los negocios florecieron después de la guerra. Con el nuevo sistema ferroviario intercontinental inaugurado en 1869 y el telégrafo de costa a costa que empezó a funcionar en 1861, la industria tuvo acceso a los materiales, los mercados y las comunicaciones. Además, la continua afluencia de inmigrantes aportó una reserva de mano de obra barata y al parecer inagotable. Entre 1860 y 1910 llegaron a Estados Unidos más de 23 millones de extranjeros: alemanes, escandinavos e irlandeses en los primeros años, y después un creciente número de emigrantes del centro y el sur de Europa. En 1860 la mayoría de los estadounidenses vivían en granjas o pequeños poblados; en cambio, hacia 1919, la mitad de la población se concentraba en cerca de una docena de ciudades.

Entonces se presentaron los problemas de la urbanización y la industrialización: viviendas pobres y atestadas, ambientes antihigiénicos, paga insuficiente (lo que se conoce como "salarios de esclavos"), penosas condiciones de trabajo y ausencia de restricciones adecuadas para las empresas. Los sindicatos obreros crecieron y las huelgas hicieron que toda la nación se enterara de las penurias de los trabajadores. También los agricultores tuvieron que luchar contra los "intereses del dinero" del Este. Entre 1860 y 1914, Estados Unidos dejó de ser una pequeña y joven ex colonia agrícola y se transformó en un enorme país industrial moderno. Habiendo sido una nación deudora en 1860, en 1914 era el estado más rico del mundo. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos ya se había convertido en una gran potencia mundial.

A medida que aumentó la industrialización, la alienación se acentuó también. Los dos más grandes novelistas de ese periodo — Mark Twain y Henry James — reaccionaron en formas diferentes. Twain dirigió la mirada hacia el Sur y el Oeste, el corazón rural y fronterizo de la nación, para hallar su mito definitorio como autor; James se fue a Europa para evaluar el carácter de los nuevos estadounidenses cosmopolitas.

Samuel Clemens (Mark Twain) (1835-1910)

Henry James (Galería Nacional del Retrato, Smithsonian Institution)

Samuel Clemens, más conocido por su seudónimo Mark Twain, creció en la ciudad fronteriza de Hannibal, Missouri, junto al río Mississippi. Ernest Hemingway dijo que toda la literatura estadounidense proviene de un gran libro, Adventures of Huckleberry Finn, de Twain. Los escritores de principios del siglo XIX en Estados Unidos tendían a ser demasiado floridos, sentimentales u ostentosos, en parte porque aún querían demostrar que eran capaces de escribir con tanta elegancia como los ingleses. El estilo de Twain, basado en el lenguaje coloquial vigoroso y realista de su tierra, dio a los escritores estadounidenses oportunidad de revalorar su voz nacional. Twain fue el primer autor importante surgido del interior del país y captó los modismos y la actitud iconoclasta distintiva y humorística de esas regiones.

Para Twain y otros escritores estadounidenses de fines del siglo XIX, el realismo no era sólo una técnica literaria, sino un medio para decir la verdad y acabar con los convencionalismos desgastados. Por lo tanto, su arte tenía un profundo poder liberador y podía entrar en conflicto con la sociedad. El ejemplo más conocido de esto es su historia de Huck Finn, un muchacho pobre que decide seguir la voz de su conciencia y ayuda a un esclavo negro a huir hacia la libertad, aun cuando piensa que él mismo se condenará e irá al infierno por infringir la ley.

La obra maestra de Twain, publicada en 1884, se desarrolla en la aldea de St. Petersburg, junto al río Mississippi. Hijo de un holgazán alcohólico, Huck acaba de ser adoptado por una familia respetable cuando su padre, en un delirio de embriaguez, amenaza matarlo. Temeroso de perder la vida, Huck logra escapar fingiéndose muerto. Se le une en la huida otro fugitivo, el esclavo Jim, cuya dueña, la señorita Watson, piensa venderlo río abajo a otros amos más crueles, en el extremo Sur. Huck y Jim navegan en una balsa por el majestuoso Mississippi hasta que zozobran al chocar con un barco de vapor; se separan y luego se reúnen de nuevo. Ambos viven muchas aventuras cómicas y peligrosas que muestran la diversidad, la generosidad y, a veces, la cruel irracionalidad de la sociedad. Al final se descubre que la señorita Watson ya había liberado a Jim y que una familia respetable se hace cargo de proteger al impetuoso Huck. Sin embargo éste se siente cada día más imp! aciente ante la sociedad civilizada y planea su huida a "los territorios" es decir, a las comarcas de los indígenas.

El desenlace muestra al lector otra versión del mito estadounidense clásico de la "pureza": el camino abierto hacia las prístinas tierras vírgenes, lejos de la influencia moralmente corruptora de la "civilización". Las novelas de James Fenimore Cooper, los himnos de Walt Whitman al camino abierto, The Bear (El oso) de William Faulkner y On the Road (En el camino) de Jack Kerouac son otros ejemplos literarios de este tipo.

Henry James (1843-1916)

Henry James escribió en una ocasión que el arte, sobre todo la literatura,"da forma a la vida, genera interés y define lo importante" De todas las obras de ficción escritas en su época, las de James son las que alcanzan más alto grado de conciencia, refinamiento y dificultad. James es célebre por su "tema internacional", es decir, la compleja relación que describe entre los ingenuos estadounidenses y los cosmopolitas europeos.

Lo que su biógrafo Leon Edel llama la primera etapa de James, o su fase "internacional" abarca obras como The American (El estadounidense, 1877), Daisy Miller (1879) y una obra maestra, The Portrait of a Lady (El retrato de una dama, 1881). En The American, por ejemplo, un industrial millonario llamado Christopher Newman, ingenuo pero inteligente e idealista, que hizo su fortuna por su propio esfuerzo, va a Europa en busca de esposa. Después de ser rechazado por la familia de la joven porque él carece de linaje aristocrático, encuentra la oportunidad de vengarse; sin embargo, decide no hacerlo y así demuestra su superioridad moral.

El segundo periodo de James fue experimental. Exploró nuevos temas: el feminismo y la reforma social en The Bostonians (Gente de Boston, 1886) y la intriga política en The Princess Casamassima (La princesa Casamassima, 1885). En su tercera etapa, la "principal", James volvió a abordar temas internacionales, pero con un grado creciente de refinamiento y penetración psicológica. La compleja y casi mítica The Wings of the Dove (Las alas de la paloma, 1902); The Ambassadors (Los embajadores, 1903), que a juicio de James era su mejor novela; y The Golden Bowl (El tazón de oro, 1904), pertenecen a ese importante periodo. Si el tema fundamental en la obra de Twain es la diferencia, a menudo humorística, entre simulación y realidad, el interés constante de James es la percepción. Para éste, sólo la conciencia del yo y la clara percepción de los demás permiten alcanzar la sabiduría y el amor capaz de llegar al sacrificio.

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