default header

18 abril 2008

Altos precios de los alimentos y migración urbana son duras condiciones para los pobres

Funcionarios de EE.UU. hablan de la dificultad de alimentar a 35 millones de pobres en el mundo

 
Una niña compra pan subvencionado en una panadería de Egipto, donde altos precios de los alimentos causaron disturbios. (© AP Images)
Una niña compra pan subvencionado en una panadería de Egipto, donde altos precios de los alimentos causaron disturbios. (© AP Images)

Ciudad de Kansas (Misuri) – Proveedores y destinatarios de la ayuda alimentaria se enfrentan a un “nuevo y problemático panorama” que cambia la dinámica de la asistencia, según dijo Henrietta Fore, administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

La combinación de los altos costos alimenticios y energéticos, extremos climáticos que afectan la producción, y un dólar estadounidense debilitado, “es una crisis distinta a todas las que antes hayan surgido”, dijo Fore. Las causas de las crisis anteriores solían ser factores geográficos concretos: sequías, inundaciones o guerra, y afectaban a grupos relativamente homogéneos de personas, comentó.

Fore, que también es directora de Asistencia Exterior de Estados Unidos, habló el 16 de abril en la 10ª Conferencia Internacional sobre Asistencia Alimentaria que tuvo lugar en la ciudad de Kansas (Misuri). La conferencia estaba patrocinada por USAID y por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

En la conferencia, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Ed Schafer, dijo que la demanda creciente de cosechas para producir biocombustibles es sólo una razón, y no la principal, de los altos precios de los alimentos.

Según Schafer, “los precios más caros de la energía son el factor más importante que ha hecho subir los precios de los alimentos”. Dijo que las cosechas fallidas en muchos países también contribuyen a la crisis alimentaria, que algunos han denominado la “tormenta perfecta”.

Fore comentó que en la actualidad USAID anticipa un costo de 265 millones de dólares en costos alimentarios imprevistos y que alrededor de 200 millones se atribuyen a los altos precios de los productos.

Schafer dijo que el 14 de abril recibió autorización del presidente Bush para recibir lo que se calcula en 200 millones de dólares del Fideicomiso Humanitario Bill Emerson para ayuda alimentaria de emergencia.

MIGRACIÓN URBANA

Fore dijo que el giro que supone la concentración de la población pobre del mundo de las zonas rurales a las urbanas implica nuevos desafíos para los proveedores de ayuda alimentaria.

Se espera que durante los próximos 30 años la población del mundo se incremente en 2.500 millones de personas, y 2.000 millones de estos nacerán en las ciudades, según comentó Fore.

Dijo también que podría producirse “un incremento en el número de personas que sufren de hambre extrema” en pueblos y ciudades. “Si el hambre urbana continúa, la amenaza más visible y preocupante serán los disturbios civiles y de masas, que ya estamos observando”, indicó Fore.

En las últimas semanas, ha habido disturbios debido a los alimentos en Haití, Egipto, África Occidental, Bangladesh y otras zonas, debido al incremento de los precios de los alimentos.

Uno de los desafíos que los proveedores de asistencia afrontan es identificar y evaluar las necesidades de los pobres de las zonas urbanas, “casa por casa y barrio por barrio”, un modelo de evaluación “muy diferente del que se emprende en las zonas rurales”, dijo Fore.

Otro desafío es ayudar a los nuevos residentes citadinos a cultivar alimentos en zonas urbanas, como por ejemplo en huertos.

SOLUCIONES

Aunque Fore dijo que no espera ver una reducción en los precios de los alimentos “a corto plazo”, ofreció esperanzas a largo plazo. En una conferencia de prensa, Fore explicó que las alianzas público-privadas que desarrollan la producción y los sistemas de acceso al mercado de los países y proporcionan capacitación e intercambio de ideas de las investigaciones, “solucionarán los problemas del futuro”.

Indicó que las alianzas ayudan a los países a incrementar sus niveles de producción, que han venido decayendo desde que muchos agricultores no han podido pagar los precios de productos primarios cada vez más caros: semillas, fertilizantes y combustible. Mientras que en las décadas de 1970 y 1980 el ritmo del crecimiento de la producción era de un promedio del 3 por ciento al año, en años recientes las tasas han disminuido al 1 por ciento.

Fore indicó que USAID desea ayudar a mejorar los sistemas comerciales en los países en desarrollo y animar a los gobiernos para que apoyen a los empresarios. “La principal herramienta contra el hambre es un entorno que favorable a la empresa”, dijo.

Manifestó que USAID ha comenzado a analizar el desarrollo de 15 corredores de transporte en África. Estos conectarían los centros de producción con los de consumo y “podrían reducir sustancialmente el precio de los alimentos básicos”, dijo.

Schafer indicó que investigadores estadounidenses colaboran con sus contrapartes en otros países para desarrollar una nueva variedad de trigo que sea resistente a la devastadora plaga de hongo que afecta a las cosechas en Asia, Oriente Medio y África Oriental.

Estados Unidos ya tiene sus reservas en el mínimo que se han tenido en 60 años, pero el 75 por ciento de las cepas de trigo de Estados Unidos en la actualidad son susceptibles al hongo aunque éste no ha llegado aún a Estados Unidos. Si sus esporas viajan en corrientes de aire hacia el Hemisferio Occidental y no se descubre una variedad de trigo resistente al hongo, los suministros alimenticios podrían reducirse drásticamente, explicó Schafer. En 2007, Estados Unidos ayudó a alimentar a 35 millones de personas en más de 70 países.

El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http//usinfo.state.gov/esp)

Marcar página con:    ¿Qué es esto?