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06 diciembre 2006

Métodos eficaces para luchar contra la corrupción

 

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La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), una oficina de democracia y gobernabilidad.

Una respuesta eficaz a la corrupción empieza con dos reconocimientos indispensables: primero, que ningún sistema de la sociedad es inmune a la corrupción, y segundo, que tal vez sea necesario que iniciemos nuestra tarea con el trámite elemental de llegar a un entendimiento mutuo de lo que entendemos por corrupción.

Los procedimientos que abordan la cuestión desde perspectivas múltiples son esenciales. Incluso cuando disponemos de escasos recursos, el personal de USAID dedica gran parte de su tiempo a coordinar actividades con sus contrapartes en gobiernos anfitriones y con otros donantes, para asegurar que la reforma anticorrupción se haga de un modo integral y que en este empeño se utilicen los recursos tanto programáticos como diplomáticos. La experiencia de USAID en Kenya es un buen ejemplo de lo que se puede lograr cuando se presta apoyo a los elementos e instituciones reformadores en varios frentes. Si bien los acontecimientos en aquel país condujeron a la decisión de reducir nuestra asistencia a determinadas instituciones del Estado tales como la Dirección General de Ética Gubernamental, el apoyo prestado anteriormente al programa por parte de Estados Unidos y otros donantes ayudó a dicha oficina a recoger importantes datos que ahora están bajo la tutela de la Comisión Parlamentaria de Cuentas Públicas, que también ha recibido apoyo de USAID para el fortalecimiento de la capacidad, y continúa dando forma a una serie de investigaciones y debate público de suma importancia para el país. Es obvio que estos acontecimientos no hubieran llegado hasta el punto en que se encuentran en la actualidad sin el apoyo esencial de la sociedad civil keniata, con la que también se ha asociado USAID y que ha estado en la vanguardia de la lucha contra la corrupción durante muchos años.

La sociedad civil es siempre un aliado necesario. Los gobiernos no suelen emprender la reforma por su propia voluntad, incluso cuando existe un fuerte liderazgo que apoya los cambios. Algunos de nuestros mejores resultados se han logrado cuando las comunidades locales participan en la vigilancia del presupuesto y la ejecución de los proyectos de desarrollo. En Colombia, las veedurías ciudadanas (comités ciudadanos de vigilancia) han reformado las prácticas de contratación en las escuelas locales y han impedido a los constructores de carreteras utilizar materiales de calidad inferior. En Malí, los contribuyentes de un distrito de Bamako revelaron la existencia de discrepancias en los presupuestos locales y dieron lugar con ello a la remoción y enjuiciamiento de varios funcionarios locales. Resultados similares se han producido en programas de USAID en Rwanda, Tanzania y otros lugares.

Los procedimientos para fortalecer las instituciones funcionan en los lugares en los que se establece una gobernabilidad básica y existe un firme compromiso local de cambiar la manera en que se llevan a cabo los asuntos públicos. El apoyo de USAID ha ayudado a la Comisión Indonesia contra la Corrupción y al Tribunal Sudafricano Especializado en Delitos Comerciales a alcanzar importantes éxitos, pero en ambientes menos propicios, instituciones como éstas no han tenido los mismos resultados. La prueba está en el historial de las comisiones encargadas de combatir la corrupción.

Aprovechar los recursos, adquirir un compromiso político y desarrollar resultados mediante la incorporación de los objetivos y principios de la lucha contra la corrupción puede ser una estrategia provechosa. USAID está siguiendo este método, en parte, para abordar el problema de la reducción de recursos en favor de una gobernabilidad más tradicional y, en parte, porque hemos comprobado que la corrupción es difícil de combatir sólo desde una perspectiva de gobierno. Pero sobre todo, hemos visto suficientes ejemplos de comunidades y gobiernos entusiasmados con reformas que implican la prestación de servicios así como la mejora de su situación económica en la escala mundial para indicar que éste es un aspecto prometedor que merece añadir esfuerzo. Por otra parte, también estamos conscientes del riesgo de supone que las reformas que promovemos tendrán un efecto en la lucha contra la corrupción, pero sin articularse esto en la planificación, negociación o en los resultados esperados de una actividad determinada.

Si bien hemos aprendido qué es lo que da buenos resultados, también hemos descubierto algunos métodos ineficaces:

• Los programas de concienciación pública no vinculados a las reformas

• Las reformas sin programas de concienciación pública

• La falta de un planteamiento a largo plazo

• Las recomendaciones no basadas en la recopilación de datos e investigaciones

• Los programas dirigidos por donantes que se perciben como tales.

USAID continuará trabajando en estrecha colaboración con los gobiernos cooperantes, las instituciones multilaterales y la comunidad de organizaciones no gubernamentales para asegurar una correlación estratégica y efectiva entre las actividades diplomáticas y programáticas del Gobierno de los EE.UU. La buena gobernabilidad y la rendición de cuentas establecen las condiciones que libran a los pueblos de la pobreza, mejoran la calidad de la educación y la salud, mejoran la seguridad de las fronteras, amplían las libertades personales, fomentan estrategias racionales de desarrollo económico sostenible y crean democracias más robustas.

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