La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) son las responsables de controlar la seguridad del agua potable. La EPA regula el agua potable de la red pública (agua corriente), mientras que la FDA regula el agua potable envasada.
La FDA ha establecido Prácticas Corrientes de Buena Fabricación (CGMP, por sus siglas en inglés) específicamente para el agua envasada. Dichas prácticas exigen que los productores de agua en botellas:
- Procesen, envasen, mantengan y transporten el agua en condiciones sanitarias;
- Protejan las fuentes de obtención de agua contra bacterias, productos químicos y otros agentes contaminantes;
- Cumplan procesos de control de calidad para garantizar la seguridad bacteriológica y química del agua;
- Tomen muestras y sometan a pruebas tanto el agua en sus fuentes de obtención como el producto final, para detectar contaminantes.
La FDA vigila e inspecciona las plantas de procesamiento de agua envasada y los productos finales, siguiendo su programa de seguridad alimentaria. Cuando la FDA hace una inspección a las plantas, la agencia verifica que el agua producida en la planta y también el abastecimiento de agua para operaciones se obtengan de una fuente aprobada; controla los procedimientos de limpieza y desinfección; vigila las operaciones de envase; y determina si las empresas analizan el agua en sus fuentes de obtención y el agua como producto final para detectar agentes contaminantes.