Derechos humanos | La defensa de la dignidad humana

19 noviembre 2008

John Humphrey: Reseña biográfica

 
Humphrey (dcha.) y Roosevelt conversan. (Foto cedida por la Biblioteca Presidencial Franklin D. Roosevelt)
Humphrey (dcha.) y Roosevelt conversan. (Foto cedida por la Biblioteca Presidencial Franklin D. Roosevelt).

Este artículo pertenece al periódico electrónico de noviembre de 2008 “60 años de la Declaración de Derechos Humanos, 1948-2008”. Para consultar los demás artículos de este periódico haga clic a la derecha.

El abogado, diplomático y académico canadiense John Humphrey superó las difíciles circunstancias de su niñez para surgir como un reconocido experto en Derecho Internacional, dirigió la División de Derechos Humanos de la Secretaría de las Naciones Unidas y fue el el arquitecto principal de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Humphrey nació en New Brunswick, Canadá, en 1905. Cuando tenía seis años perdió el brazo izquierdo en un incendio. Sus padres murieron cuando era aún niño. Se educó en la Universidad Mount Allison en New Brunswick y en la Universidad McGill en Montreal, estudiando comercio y derecho. Tras su graduación, ejerció la abogacía hasta 1936, cuando se incorporó al cuerpo de profesores de derecho de la Universidad McGill, donde se convirtió en un reconocido experto en derecho internacional.

Un día, cuando salía de su oficina para iniciar unas vacaciones que venía planificando desde hacía mucho tiempo con su esposa Jeanne, Humphrey recibió una llamada telefónica de su antiguo amigo Henri Laugier. Se habían conocido cuando Laugier era un refugiado en Montreal. Ahora Laugier era el secretario general adjunto de las Naciones Unidas a cargo de asuntos sociales. En vez de hablar de los viejos tiempos, Laugier le planteó una pregunta: ¿Querría Humphrey ser director de la División de Derechos Humanos de la Secretaría de las Naciones Unidas? El puesto había sido creado recientemente para proteger y promover los derechos humanos. Una de sus misiones principales era trabajar conjuntamente con la Comisión de Derechos Humanos. Humphrey respondió que sí, y en agosto de 1946 se incorporó a las Naciones Unidas.

El desempeño de sus tareas era difícil.“Había que arar nuevas tierras, pero todavía eran terra incognita”, escribió Humphrey en sus memorias Human Rights and the United Nations: A Grand Adventure. (Los derechos humanos y las Naciones Unidas – Una gran aventura). Una Comisión de Derechos Humanos preliminar había sentado las bases para la creación de la comisión permanente, pero no había instrucciones sobre cómo cumplir con el propósito de la comisión: redactar una declaración internacional de derechos.

Humphrey pasó la primera mitad de 1946 reclutando personal y adaptándose a la vida en la ciudad de Nueva York, donde las nuevas Naciones Unidas habían establecido su sede. La Comisión de Derechos Humanos comenzó el 27 de enero de 1947 con lo que Humphrey describió como “un entusiasmo optimista”. La comisión constaba de 18 miembros, estaba dirigida por Eleanor Roosevelt, abarcaba una amplia gama de perspectivas ideológicas; en esto la comisión reflejaba la realidad política, pero la diversidad de opiniones complicaba grandemente la tarea de elaborar un documento que fuese aceptable para todos. Roosevelt redujo el comité de redacción a ocho miembros. Pero las diferencias todavía amenazaban con bloquear todo progreso con el texto. Roosevelt decidió, con la concurrencia de los miembros de la comisión Zhang Pengjun y Charles Malik, que fuese Humphrey quien escribiera el borrador.

Humphrey se apartó de la actividad de su oficina y se retiró a su hogar temporal en el hotel Lido Beach en Long Beach, Nueva York. Utilizando una variedad de borradores de diferentes entidades privadas y no gubernamentales como base de su labor, Humphrey delineó 48 artículos en 400 páginas. El documento se conoció como el Borrador de la Secretaría. El papel de Humphrey como autor principal del primer borrador permaneció desconocido hasta 1988. Humphrey no quiso reclamar el crédito. “Decir que yo solo elaboré el borrador sería insensato… La Declaración final fue la labor de cientos” de personas, declaró una vez en una entrevista.

Y centenares de personas modificaron el documento original. En efecto, los prolongados debates casi impidieron que la Asamblea General de la ONU llegara a votar la Declaración Universal. La votación final se efectuó en la noche del 10 de diciembre de 1948, apenas dos días antes de que terminara el período de sesiones. Fue aprobada con sólo ocho abstenciones y sin votos en contra de ningún gobierno.

La adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos fue algo totalmente radical. “En la teoría y en la práctica del derecho internacional y la organización nunca hubo un hecho más revolucionario que el reconocimiento de que los derechos humanos son un asunto de interés internacional”, escribió Humphrey.

La actuación de Humphrey en las Naciones Unidas duró hasta que regresó a McGill en 1966. Pero siguió comprometido con la protección de los derechos humanos. Humphrey fue cofundador de la Fundación Canadiense de los Derechos Humanos y de la filial canadiense de Amnistía Internacional. Investigó violaciones de los derechos humanos en las Filipinas, representó a las coreanas usadas como “mujeres de consuelo” por los japoneses durante la segunda guerra mundial, e hizo campaña a favor del pago de reparaciones a los prisioneros de guerra canadienses que habían sido maltratados durante ese conflicto. Sus esfuerzos incansables le ganaron el título de Oficial de la Orden del Canadá, el más alto galardón civil del país.

Al cumplirse el 40º aniversario de la Declaración Universal se le otorgó a Humphrey el Premio Derechos Humanos de la ONU, que reconoce a “individuos que han hecho contribuciones destacadas a la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales”. Humphrey murió seis años más tarde a los 89 años.

                                                                                                      — Meghan Loftus

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