Información general sobre el sarcoma uterino
Sumarios relacionados
Factores de riesgo
Pronóstico
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Entre otros sumarios del PDQ que contienen información relacionada con el cáncer de la vejiga tenemos:
Los sarcomas uterinos comprenden menos del 1% de los cánceres ginecológicos
y del 2% a 5% de todos los cánceres uterinos.[1] Los siguientes tumores surgen principalmente de tres tejidos principales:
- Carcinosarcomas que surgen principalmente del endometrio, en otros órganos de origen mulleriano y que comprenden de 40% a 50% de todos los sarcomas uterinos.
- Leiomiosarcomas que surgen del músculo miometrial, con una incidencia máxima que se presenta a los 50 años de edad y que comprende el 30% de todos los sarcomas uterinos.
- Los sarcomas que surgen en el estroma del endometrio, con una incidencia pico que se presenta antes de la menopausia con tumores de grado bajo y después de la menopausia con tumores de grado alto y que comprende el 15% de todos los sarcomas uterinos.
Estas tres diferentes entidades con frecuencia se ven agrupadas bajo los sarcomas uterinos; sin embargo, cada tipo de tumor está siendo actualmente estudiado en ensayos clínicos separados.
Los carcinosarcomas (la designación preferida de la Organización Mundial de la Salud [OMS]) también se les conoce como sarcomas mesodérmicos mixtos o tumores de Muller. Los siguientes puntos resultan polémicos:
- Si en realidad son verdaderos sarcomas.
- Si en realidad los elementos sarcomatosos se derivan actualmente de un precursor de célula epitelial común que también hace que surjan los generalmente más abundantes elementos adenocarcinomatosos.
Los componentes estromales de los carcinosarcomas se caracterizan más aún por el hecho de si contienen elementos homólogos (como tejido mesenquimal maligno que se considera como posiblemente nativo del útero) o elementos heterogeneos (como los músculos estriados, cartílago, o hueso que son extraños al útero). Los carcinosarcomas resultan paralelos al cáncer del endometrio en lo que respecta a su predominio posmenopáusico y en otras de sus características epidemiológicas; con mayor frecuencia, el tratamiento de los carcinosarcomas se está tornando similar al enfoque de modalidad combinada para los adenocarcinomas del endometrio.
Otras formas poco comunes de sarcomas uterinos también caen bajo la clasificación de la OMS de tumores mesenquimales y mixtos del útero. Estos incluyen los estromales del endometrio mixtos y los tumores del músculo liso, los adenosarcomas (donde los elementos epiteliales parecen benignos con un fondo mesenquimal maligno), los botroides embrionarios o rabdomiosarcomas (que se encuentran casi exclusivamente en niños menores de dos años), y el más reciente, PEComa, un tumor de células epiteliales perivascular que podría comportarse como maligno.[2,3] (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre el Rabdomiosarcoma infantil.)
Factores de riesgo
El único factor etiológico documentado en 10% a 25% de estos cánceres es previo a la radioterapia pélvica, la cual se administra con frecuencia en los casos de sangrado uterino benigno que comenzaron entre 5 y 25 años de anterioridad. El aumento de los sarcomas uterinos ha estado relacionado con el uso de tamoxifeno en el tratamiento del cáncer de mama. Posteriormente, los aumentos también se han notado cuando se administró tamoxifeno para prevenir el cáncer de mama en mujeres con un aumento en el riesgo de este tipo de cáncer, lo cual posiblemente sea un resultado de los efectos estrogénicos del tamoxifeno en el útero. Debido a este aumento, las pacientes bajo tamoxifeno deben hacerse exámenes de seguimiento pélvicos y deben someterse a una biopsia del endometrio si se presenta cualquier sangrado uterino anormal.[4-6]
Pronóstico
El pronóstico para mujeres con sarcoma uterino depende principalmente del grado de la
enfermedad al momento del diagnóstico.[7] En las mujeres con carcinosarcomas, existen predictores importantes de enfermedad metastásica al momento de la cirugía inicial, como son la ubicación ístmica o cervical, invasión del
espacio vascular linfático, histología de células serosas y claras y carcinomas
de grados 2 o 3.[7] Estos factores, junto con la
propagación anexal, metástasis a los ganglios linfáticos, tamaño del tumor,
hallazgos citológicos peritoneales y la profundidad de invasión miometrial se
correlacionan con intervalos libres de progresión.[7] La presencia o ausencia
de elementos heterólogos estromáticos, los tipos de tales elementos, el grado
de los componentes estromáticos y la actividad mitótica de los componentes
estromáticos no tienen ninguna relación con la presencia o ausencia de
metástasis en la exploración quirúrgica. Sin embargo, en un estudio realizado,
las mujeres con un componente sarcomatoso bien diferenciado o carcinosarcomas
tuvieron intervalos sin evolución significativamente más prolongados que
aquéllas con sarcomas que oscilaban entre moderados y precariamente
diferenciados tanto para los tipos homólogos como para los tipos heterólogos.
La tasa de recidiva fue de 44% para los tumores homólogos y de 63% para los
tumores heterólogos. El tipo de sarcoma heterólogo no tuvo ningún efecto en el
intervalo sin evolución.
En las mujeres con leiomiosarcomas, algunos investigadores consideran el tamaño del tumor, como el factor pronóstico más importante; las mujeres con tumores mayores de 5,0 cm en su mayor diámetro, cuentan con un diagnóstico precario.[8] Sin embargo, en un estudio del Gynecologic Oncology Group el índice mitótico fue el único factor que estuvo significativamente relacionado con un intervalo sin evolución.[7] Los leiomiosarcomas apareados con cualquier otro factor pronóstico conocido podrían crecer más rápidamente que sus contrapartes los carcinosarcomas.[9] La tasa de supervivencia a 5 años en las mujeres con enfermedad en estadio I, la cual está confinada al corpus, es de aproximadamente 50% versus 0% a 20% para los estadios restantes.
La cirugía sola puede ser curativa si la malignidad está contenida dentro del
útero. El valor de la radioterapia pelviana no ha sido establecido. Los estudios
actuales constan principalmente de pruebas quimioterapéuticas en fase II para
las pacientes con enfermedad avanzada. En un ensayo aleatorio, no se estableció la eficacia de la quimioterapia adyuvante
después de resección completa en pacientes con enfermedad en estadio I o II.[10] No
obstante, otros ensayos no aleatorios han notificado mejoría en la supervivencia
después de quimioterapia adyuvante con radioterapia o sin esta.[11-13]
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