Instituto Nacional del Cáncer
Institutos Nacionales de la Salud | cancer.gov/espanol

Página principal
El cáncer
Tipos de cáncer
Apoyo y recursos
Noticias
Nuestro Instituto
Linfoma de Hodgkin infantil: Tratamiento (PDQ®)
Versión Paciente   Versión Profesional De Salud   In English   Actualizado: 11/07/2008



Propósito de este sumario del PDQ






Información general






Clasificación celular y correlaciones biológicas






Factores pronósticos en el linfoma de Hodgkin en la infancia y la adolescencia






Estadificación y evaluación diagnóstica






Enfoque del tratamiento para niños y adolescentes con linfoma de Hodgkin






Tratamiento del linfoma de Hodgkin evolutivo, primario y recidivante en niños y adolescentes






Efectos tardíos del tratamiento del linfoma de Hodgkin en la infancia y la adolescencia






Obtenga más información del NCI






Modificaciones a este sumario (11/07/2008)






Información adicional



Opciones
Imprimir página
Imprimir documento
Ver documento
Enviar este documento
¿Preguntas sobre el cáncer?

1-800-422-6237
(1-800-4-CANCER)


Llame de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 4:30 p.m., hora local en Estados Unidos y sus territorios.
Deje de fumar hoy.
Enlaces directos
Diccionario de cáncer

Cánceres de la A a la Z

Índice de hojas informativas

Banco de datos de información de cáncer (PDQ)®

Lo que usted necesita saber sobre™ el cáncer

Pedido de folletos y publicaciones
Efectos tardíos del tratamiento del linfoma de Hodgkin en la infancia y la adolescencia

Toxicidad gonadal masculina
Infertilidad femenina
Anomalías de la tiroidea
Toxicidad cardiaca
Neoplasias malignas secundarias

Los niños y los adolescentes que sobreviven al linfoma de Hodgkin se enfrentan al riesgo de numerosas complicaciones tardías a causa del tratamiento. Los fármacos alquilantes y el etopósido están relacionados con la leucemia mieloide aguda (LMA) y síndromes mielodisplásicos. La doxorrubicina puede producir cardiomiopatías y la bleomicina puede producir fibrosis pulmonar. El consumo de esteroides produce necrosis avascular. La radioterapia puede llevar a la disfunción tiroidea, con mayor frecuencia al hipotiroidismo compensado, al riesgo creciente de cardiopatía aterosclerótica miocardial y se relaciona con el desarrollo de tumor sólido en los campos irradiados. El tratamiento del linfoma de Hodgkin pediátrico se ha modificado drásticamente en el transcurso de los últimos 20 años. La radioterapia de dosis alta ya no se utiliza y los tratamientos actuales con quimioterapia utilizan dosis más bajas de fármacos alquilantes. Los tratamientos híbridos permiten dosis más bajas de antraciclina y bleomicina también. De este modo, gran parte de la bibliografía actual sobre los efectos tardíos no corresponda necesariamente a los pacientes que reciben terapia moderna. (Consultar el sumario del PDQ sobre los Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez para un detalle pormenorizado de los efectos tardíos del tratamiento del cáncer en niños y adolescentes.)

Toxicidad gonadal masculina

La toxicidad gonadal masculina es un tema complejo en el linfoma de Hodgkin. La toxicidad gonadal puede manifestarse como infertilidad; ausencia de desarrollo sexual; testículos pequeños atrofiados y disfunción sexual. La infertilidad debido a azoospermia es la manifestación más común de toxicidad gonadal. Algunos pacientes varones puberales padecerán un deterioro de la gametogénesis antes de iniciar la terapia.[1,2] El testículo prepuberal es igualmente sensible o levemente menos sensible a la quimioterapia en comparación con el testículo puberal. Los tratamientos con quimioterapia que incluyen fármacos no alquilantes como ABVD (doxorrubicina [Adriamicina], bleomicina, vinblastina, dacarbazina), DBVE (doxorrubicina, bleomicina, vincristina, etopósido), OEPA (vincristina [Oncovin], etopósido, prednisona, doxorrubicina [Adriamicina]) o VAMP (vincristina, doxorrubicina [Adriamicina], metotrexato, prednisona) no se relacionan con infertilidad en los varones. Hasta hace poco tiempo, la mayoría de los pacientes varones eran tratados con quimioterapia que incluía fármacos alquilantes. Muchas terapias incluían más de un fármaco alquilante, generalmente procarbazina conjuntamente con ciclofosfamida (es decir, COPP [ciclofosfamida, vincristina (Oncovin), prednisona, procarbazina]), clorambucilo o mostaza de nitrógeno (MOPP, por sus siglas en inglés).

El estudio sobre Hodgkin del Grupo Alemán de Oncología y Hematología Pediátrica (GPOH-95) utilizó dos ciclos de OEPA en todos los varones.[3] Los varones con enfermedad en estadio avanzado recibieron dos o cuatro ciclos adicionales de COPP (cada ciclo; 1.500 mg/m2 de procarbazina y 1.000 mg/m2 de ciclofosfamida). Los varones que recibieron solo dos ciclos de OEPA presentaron índices basales normales de la hormona folículo estimulante (HFE) y la hormona luteinizante (HL), y solo en casos excepcionales manifestaron índices elevados al cabo de la estimulación de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH, por sus siglas en inglés). No obstante, los índices basales de la HFE fueron elevados en 27,5% y 36,4% de los pacientes que recibían dos y cuatro ciclos de COPP, respectivamente. Los índices de la HFE estimulada fueron anormales en 83,3% y 66,7% de los pacientes que recibían dos y cuatro ciclos de COPP, respectivamente. En este estudio no se analizó el semen. Cuatro ciclos de COPP/ABV, según se administraron en el estudio del Grupo de Cáncer Infantil (GCI) completado recientemente contienen una dosis de fármacos alquilantes más alta en comparación con dos ciclos de COPP según se administró en el ensayo alemán (GCI: ciclofosfamida 2.400 mg/m2 y procarbazina 4.200 mg/m2 en comparación con GOHP: ciclofosfamida 2.000 mg/m2 y procarbazina 3.000 mg/m2). En un estudio pequeño con 11 pacientes masculinos con linfoma de Hodgkin que recibieron quimioterapia con COPP/ABV (4 a 6 ciclos), nueve de estos pacientes resultaron azoospérmicos. Uno de los pacientes que resultó ser normopermático recibió solo una dosis cumulativa de procarbazina de 400 mg/m2 debido a una reacción alérgica.[4] También se está tomando en cuenta la preocupación sobre la fertilidad masculina en el ensayo GPOH alemán 2003, mediante el reemplazo de procarbazina con dacarbazina (COPDIC).[5]

Un régimen utilizado por el antiguo Grupo de Oncología Pediátrica (GOP) incluyó ciclofosfamida pero no procarbazina (ABVE-PC). Se administró ciclofosfamida 800 mg/m2/curso durante 3 a 5 ciclos. Unos cuantos estudios han evaluado la fertilidad masculina al cabo del tratamiento con ciclofosfamida administrado a niños y adultos jóvenes con sarcomas y otros tipos de cáncer.[6-8] Los estudios han indicado que la incidencia de la esterilidad será baja si la dosis de ciclofosfamida es inferior a 4,0 g/m2. El índice de inhibina B en la sangre parece correlacionarse inversamente con índices de HFE.[9] Algunos pacientes con índices normales de HFE pueden presentar azoospermia en el análisis del semen.

Infertilidad femenina

Se han publicado escasos datos sobre la incidencia del fallo ovárico después de la quimioterapia en niñas y mujeres adultas jóvenes con linfoma de Hodgkin. Parece que los ovarios de las niñas y adolescentes son menos sensibles a los efectos de fármacos alquilantes que los ovarios de mujeres de edad más avanzada. La mayoría de las mujeres lograrán menstruaciones (prepuberales al momento del tratamiento) o recuperarán menstruaciones normales (puberales al momento del tratamiento) a menos que se administre radioterapia pélvica sin ooforopexia. Actualmente se está estudiando la incidencia de la menopausia precoz en las mujeres jóvenes y puede llegar a 37%.[10,11] Un pequeño estudio con pacientes tratados con ABVD, indica que no hubo efecto sobre la fertilidad.[12] Otro estudio con 12 mujeres sobrevivientes del linfoma de Hodgkin infantil, mostró que la quimioterapia VAMP y la radiación de dosis baja con implicación de campo pareció tener una incidencia mínima en la fertilidad femenina ya que de ellas nacieron 14 niños sanos.[13]

Anomalías de la tiroidea

La base de datos más grande sobre anomalías de la tiroidea es la del Estudio de sobrevivientes del cáncer infantil. La cohorte de 13.674 pacientes incluyó 1.791 sobrevivientes del linfoma de Hodgkin infantil.[14] Para los pacientes con datos completos, 92 pacientes recibieron quimioterapia solamente, y 1.210 pacientes recibieron radioterapia (con quimioterapia o sin ella). Solo 15% de los pacientes sometidos a radiación recibieron dosis menores de 20 Gy. Mediante la autonotificación, el hipotiroidismo se presentó dentro de los 20 años del diagnóstico en 7,6% de pacientes no irradiados, 30% de aquellos que recibían menos de 35 Gy y 50% de aquellos que recibían más de 35 Gy. Si bien no se observaron cánceres tiroideos en pacientes que recibían menos de 25 Gy, en general, el riesgo de este tipo de cáncer fue 18 veces más alto en sobrevivientes del linfoma de Hodgkin infantil. El riesgo de hipotiroidismo en pacientes blancos es 2,5 veces más que en los pacientes negros.[15] En un estudio con 47 sobrevivientes del linfoma de Hodgkin infantil que recibieron irradiación en el cuello (22,5–40 Gy), la ecografía reveló atrofia en 45 pacientes y bocios en dos pacientes. Veinte pacientes presentaron una anomalía focal (15 múltiples, 5 solitarias). Cinco pacientes presentaron una lesión mayor de 1 cm. Diez pacientes se sometieron a cirugía y en cinco pacientes se diagnosticó carcinoma tiroideo.[16]

Toxicidad cardiaca

Los sobrevivientes del linfoma de Hodgkin que fueron expuestos a la doxorrubicina o radioterapia torácica están en riesgo de sufrir de toxicidad cardiaca a largo plazo. Los riesgos al corazón están relacionados con la dosis cumulativa de antraciclinas, método de administración, cantidad de radiación administrada a diferentes profundidades del corazón, volumen y áreas específicas irradiadas del corazón, dosis de irradiación total o fraccionada, edad al momento de la exposición, período de latencia y género.

Los efectos de la radioterapia dirigida al tórax son difíciles de separar de los de la antraciclinas debido a que muy pocos niños se someten a radioterapia del tórax sin el uso de antraciclinas. Sin embargo, la patogénesis de la lesión difiere, ya que la radiación afecta primariamente la fina vasculatura del corazón y las antraciclinas dañan directamente los miocitos.[17] Entre los efectos tardíos de la radiación al corazón tenemos:[18-20]

  • Pericarditis diferida.
  • Pancarditis, que incluye fibrosis pericárdica y miocárdica con fibroelastosis endocárdica o sin esta.
  • Miopatía.
  • Enfermedad de la arteria coronaria (EAC).
  • Lesión a la válvula funcional.
  • Defectos de conducción.

En un estudio con 635 pacientes tratados por linfoma de Hodgkin infantil, el riesgo actual de pericarditis que requería de pericardiectomía era de 4% a los 17 años de haberse tratado (lo cual ocurría solamente en niños tratados con dosis de radiación más alta). Solo 12 pacientes murieron de enfermedad cardiaca, incluso siete muertes por infarto agudo al miocardio; sin embargo, estas muertes solo ocurrieron en niños tratados con dosis de 42 Gy a 45 Gy. Entre los niños tratados con dosis entre 15 Gy y 26 Gy, ninguno presentó problemas cardíacos relacionados con la radiación.[21] La radiación al corazón que utiliza una planificación sofisticada de tratamiento y un bloqueo cuidadoso a dosis de 25 Gy o menos, es por lo general segura, y que 40 Gy se pueden administrar a regiones cardiacas pequeñas. Sin embargo, el riesgo de EAC diferido después de dosis bajas de radiación, requiere de estudios adicionales en pacientes seguidos por períodos mayores para poder determinar el riesgo de por vida. Los factores de riesgo no terapéutico de EAC, como anamnesis familiar, obesidad, hipertensión, fumar, diabetes e hipercolesterolemia probablemente inciden en la frecuencia de la enfermedad.[19] Un aumento en el riesgo de cardiomiopatía relacionada con la doxorrubicina, está relacionado con el género femenino, las dosis cumulativas mayores de 200 mg/m2 a 300 mg/m2, una edad más joven al momento de la exposición y un aumento en el tiempo de exposición.[22-37]

La prevención o mejora de la cardiomiopatía inducida por las antraciclinas es de suma importancia, debido al continuo uso de antraciclinas que se requiere en la terapia del cáncer. La dexrazoxana (DZR) es un compuesto de bisdioxopiperazina que rápidamente penetra la célula y luego es hidrolizado para formar un fármaco de quelación. Los estudios llevados acabo hasta la fecha con sobrevivientes de cáncer tratados con antraciclinas, no han mostrado los beneficios del enalapril en la prevención de efectos tóxicos cardíacos evolutivos.[38,39] La dexrazoxana ha mostrado prevenir la toxicidad cardiaca tanto en niños como adultos tratados con antraciclinas,[40-44] sin embargo, permanece siendo polémico el uso del dexrazoxano combinado con etopósido en el tratamiento de niños con linfoma de Hodgkin.[45,46] Los estudios indican que el dexrazoxano es inocuo y no interfiere con la eficacia quimioteapéutica. Hay un solo estudio que indica que puede haber un aumento de malignidades cuando se administran múltiples inhibidores de la topoisomerasa muy seguidos el uno del otro; sin embargo, en este momento, esto no debe excluir el tratamiento con dexrazoxano.[45,46]

En dos ensayos cerrados del GOP con linfoma de Hodgkin en fase terapéutica III,[47,48] se está midiendo la toxicidad miocárdica de forma clínica y secuencial mediante la ecocardiografía y electrocardiografía, al igual que mediante la determinación de los índices de cardiotroponina, una proteína que tiende a elevarse luego de un daño al miocardio.[40,49-53]

Neoplasias malignas secundarias

Se han publicado diferentes series que evalúan la incidencia de las neoplasias malignas en sobrevivientes del linfoma de Hodgkin en la infancia y la adolescencia.[54-60] La mayoría cubre un período de aproximadamente 30 años (1960–1990). Muchos de los pacientes incluidos en estas series recibieron alta dosis de radioterapia y tratamientos con dosis altas de quimioterapia con fármacos alquilantes, los cuales ya no se utilizan. En un estudio numeroso con 1.380 sobrevivientes de linfoma de Hodgkin infantil, hubo un incremento de 18,5 en el riesgo de desarrollar un segundo cáncer en comparación con la población general. La incidencia cumulativa de desarrollar un segundo cáncer fue de 10,6% en 20 años y 26,3% en 30 años.[60] El riesgo de cáncer de mama en las sobrevivientes femeninas del linfoma de Hodgkin se relaciona directamente con la dosis de la radioterapia recibida en la gama de 4 Gy a 40 Gy. Hubo un aumento de 3,2 en el riesgo de desarrollar cáncer de mama en las mujeres que recibieron 4 Gy y un aumento de 8 en el riesgo para las mujeres que recibieron 40 Gy. Las pacientes femeninas tratadas con radioterapia y quimioterapia con fármacos alquilantes tienen un riesgo relativo inferior de desarrollar cáncer de mama en comparación con las mujeres tratadas con radioterapia solamente.[61] La neoplasia hematológica secundaria (por lo general LMA y mielodisplasia ) se relacionó con el uso de fármacos alquilantes, antraciclina y etopósido,[62] y todavía continúa la polémica sobre el riesgo del tratamiento con LMA (tLMA) en los pacientes con linfoma de Hodgkin que reciben dexrazoxano conjuntamente con etopósido.[45,46] Los tumores secundarios sólidos se observan de forma persistente, en pacientes que reciben radioterapia. En un estudio, la tasa de segundas neoplasias malignas en las mujeres fue significativamente más alta, la cual se mantuvo cuando se hizo un relevamiento de los casos de cáncer de mama. En un estudio de los Países Bajos, el riesgo relativo de una segunda neoplasia maligna fue de 4,9, 6,7 y 12,8 en pacientes diagnosticados a las edades de 31 a 40 años, 21 a 30 años y menores de 20 años respectivamente.[55] Los pacientes tratados por reincidencia del linfoma de Hodgkin tuvieron una tasa más alta de segunda neoplasia maligna que los pacientes en primera remisión continua. El período de latencia para una neoplasia maligna hematológica (mediana de 3,2 años) fue significativamente más breve que para un segundo tumor sólido (mediana de 14,3 años).[56] En un estudio, 40 de 43 (83%) segundos tumores sólidos surgieron en áreas que habían recibido al menos 35 Gy de radiación.[58]

Bibliografía

  1. Fitoussi, Eghbali H, Tchen N, et al.: Semen analysis and cryoconservation before treatment in Hodgkin's disease. Ann Oncol 11 (6): 679-84, 2000.  [PUBMED Abstract]

  2. Viviani S, Ragni G, Santoro A, et al.: Testicular dysfunction in Hodgkin's disease before and after treatment. Eur J Cancer 27 (11): 1389-92, 1991.  [PUBMED Abstract]

  3. Gerres L, Brämswig JH, Schlegel W, et al.: The effects of etoposide on testicular function in boys treated for Hodgkin's disease. Cancer 83 (10): 2217-22, 1998.  [PUBMED Abstract]

  4. Hobbie WL, Ginsberg JP, Ogle SK, et al.: Fertility in males treated for Hodgkins disease with COPP/ABV hybrid. Pediatr Blood Cancer 44 (2): 193-6, 2005.  [PUBMED Abstract]

  5. Körholz D, Claviez A, Hasenclever D, et al.: The concept of the GPOH-HD 2003 therapy study for pediatric Hodgkin's disease: evolution in the tradition of the DAL/GPOH studies. Klin Padiatr 216 (3): 150-6, 2004 May-Jun.  [PUBMED Abstract]

  6. Kenney LB, Laufer MR, Grant FD, et al.: High risk of infertility and long term gonadal damage in males treated with high dose cyclophosphamide for sarcoma during childhood. Cancer 91 (3): 613-21, 2001.  [PUBMED Abstract]

  7. Meistrich ML, Wilson G, Brown BW, et al.: Impact of cyclophosphamide on long-term reduction in sperm count in men treated with combination chemotherapy for Ewing and soft tissue sarcomas. Cancer 70 (11): 2703-12, 1992.  [PUBMED Abstract]

  8. Aubier F, Patte C, de Vathaire F, et al.: [Male fertility after chemotherapy during childhood] Ann Endocrinol (Paris) 56 (2): 141-2, 1995.  [PUBMED Abstract]

  9. Cicognani A, Cacciari E, Pasini A, et al.: Low serum inhibin B levels as a marker of testicular damage after treatment for a childhood malignancy. Eur J Pediatr 159 (1-2): 103-7, 2000 Jan-Feb.  [PUBMED Abstract]

  10. Haukvik UK, Dieset I, Bjøro T, et al.: Treatment-related premature ovarian failure as a long-term complication after Hodgkin's lymphoma. Ann Oncol 17 (9): 1428-33, 2006.  [PUBMED Abstract]

  11. Byrne J: Infertility and premature menopause in childhood cancer survivors. Med Pediatr Oncol 33 (1): 24-8, 1999.  [PUBMED Abstract]

  12. Hodgson DC, Pintilie M, Gitterman L, et al.: Fertility among female hodgkin lymphoma survivors attempting pregnancy following ABVD chemotherapy. Hematol Oncol 25 (1): 11-5, 2007.  [PUBMED Abstract]

  13. Donaldson SS, Link MP, Weinstein HJ, et al.: Final results of a prospective clinical trial with VAMP and low-dose involved-field radiation for children with low-risk Hodgkin's disease. J Clin Oncol 25 (3): 332-7, 2007.  [PUBMED Abstract]

  14. Sklar C, Whitton J, Mertens A, et al.: Abnormalities of the thyroid in survivors of Hodgkin's disease: data from the Childhood Cancer Survivor Study. J Clin Endocrinol Metab 85 (9): 3227-32, 2000.  [PUBMED Abstract]

  15. Metzger ML, Hudson MM, Somes GW, et al.: White race as a risk factor for hypothyroidism after treatment for pediatric Hodgkin's lymphoma. J Clin Oncol 24 (10): 1516-21, 2006.  [PUBMED Abstract]

  16. Shafford EA, Kingston JE, Healy JC, et al.: Thyroid nodular disease after radiotherapy to the neck for childhood Hodgkin's disease. Br J Cancer 80 (5-6): 808-14, 1999.  [PUBMED Abstract]

  17. Fajardo LF, Eltringham JR, Steward JR: Combined cardiotoxicity of adriamycin and x-radiation. Lab Invest 34 (1): 86-96, 1976.  [PUBMED Abstract]

  18. Hancock SL, Tucker MA, Hoppe RT: Factors affecting late mortality from heart disease after treatment of Hodgkin's disease. JAMA 270 (16): 1949-55, 1993.  [PUBMED Abstract]

  19. King V, Constine LS, Clark D, et al.: Symptomatic coronary artery disease after mantle irradiation for Hodgkin's disease. Int J Radiat Oncol Biol Phys 36 (4): 881-9, 1996.  [PUBMED Abstract]

  20. Adams MJ, Lipshultz SE, Schwartz C, et al.: Radiation-associated cardiovascular disease: manifestations and management. Semin Radiat Oncol 13 (3): 346-56, 2003.  [PUBMED Abstract]

  21. Hancock SL, Donaldson SS, Hoppe RT: Cardiac disease following treatment of Hodgkin's disease in children and adolescents. J Clin Oncol 11 (7): 1208-15, 1993.  [PUBMED Abstract]

  22. Ewer MS, Jaffe N, Ried H, et al.: Doxorubicin cardiotoxicity in children: comparison of a consecutive divided daily dose administration schedule with single dose (rapid) infusion administration. Med Pediatr Oncol 31 (6): 512-5, 1998.  [PUBMED Abstract]

  23. Giantris A, Abdurrahman L, Hinkle A, et al.: Anthracycline-induced cardiotoxicity in children and young adults. Crit Rev Oncol Hematol 27 (1): 53-68, 1998.  [PUBMED Abstract]

  24. Green DM, Grigoriev YA, Nan B, et al.: Congestive heart failure after treatment for Wilms' tumor: a report from the National Wilms' Tumor Study group. J Clin Oncol 19 (7): 1926-34, 2001.  [PUBMED Abstract]

  25. Krischer JP, Epstein S, Cuthbertson DD, et al.: Clinical cardiotoxicity following anthracycline treatment for childhood cancer: the Pediatric Oncology Group experience. J Clin Oncol 15 (4): 1544-52, 1997.  [PUBMED Abstract]

  26. Lipshultz SE, Sanders SP, Goorin AM, et al.: Monitoring for anthracycline cardiotoxicity. Pediatrics 93 (3): 433-7, 1994.  [PUBMED Abstract]

  27. Lipshultz SE, Lipsitz SR, Mone SM, et al.: Female sex and drug dose as risk factors for late cardiotoxic effects of doxorubicin therapy for childhood cancer. N Engl J Med 332 (26): 1738-43, 1995.  [PUBMED Abstract]

  28. Lipshultz S, Lipsitz S, Sallan S, et al.: Chronic progressive left ventricular systolic dysfunction and afterload excess years after doxorubicin therapy for childhood acute lymphoblastic leukemia. [Abstract] Proceedings of the American Society of Clinical Oncology 19: A-2281, 580a, 2000. 

  29. Lipshultz SE, Giantris AL, Lipsitz SR, et al.: Doxorubicin administration by continuous infusion is not cardioprotective: the Dana-Farber 91-01 Acute Lymphoblastic Leukemia protocol. J Clin Oncol 20 (6): 1677-82, 2002.  [PUBMED Abstract]

  30. Nysom K, Holm K, Lipsitz SR, et al.: Relationship between cumulative anthracycline dose and late cardiotoxicity in childhood acute lymphoblastic leukemia. J Clin Oncol 16 (2): 545-50, 1998.  [PUBMED Abstract]

  31. Silber JH, Jakacki RI, Larsen RL, et al.: Increased risk of cardiac dysfunction after anthracyclines in girls. Med Pediatr Oncol 21 (7): 477-9, 1993.  [PUBMED Abstract]

  32. Steinherz LJ, Graham T, Hurwitz R, et al.: Guidelines for cardiac monitoring of children during and after anthracycline therapy: report of the Cardiology Committee of the Childrens Cancer Study Group. Pediatrics 89 (5 Pt 1): 942-9, 1992.  [PUBMED Abstract]

  33. Steinherz LJ, Steinherz PG, Tan C: Cardiac failure and dysrhythmias 6-19 years after anthracycline therapy: a series of 15 patients. Med Pediatr Oncol 24 (6): 352-61, 1995.  [PUBMED Abstract]

  34. Grenier MA, Lipshultz SE: Epidemiology of anthracycline cardiotoxicity in children and adults. Semin Oncol 25 (4 Suppl 10): 72-85, 1998.  [PUBMED Abstract]

  35. Zinzani PL, Gherlinzoni F, Piovaccari G, et al.: Cardiac injury as late toxicity of mediastinal radiation therapy for Hodgkin's disease patients. Haematologica 81 (2): 132-7, 1996 Mar-Apr.  [PUBMED Abstract]

  36. Pein F, Sakiroglu O, Dahan M, et al.: Cardiac abnormalities 15 years and more after adriamycin therapy in 229 childhood survivors of a solid tumour at the Institut Gustave Roussy. Br J Cancer 91 (1): 37-44, 2004.  [PUBMED Abstract]

  37. Adams MJ, Lipsitz SR, Colan SD, et al.: Cardiovascular status in long-term survivors of Hodgkin's disease treated with chest radiotherapy. J Clin Oncol 22 (15): 3139-48, 2004.  [PUBMED Abstract]

  38. Silber JH, Cnaan A, Clark BJ, et al.: Enalapril to prevent cardiac function decline in long-term survivors of pediatric cancer exposed to anthracyclines. J Clin Oncol 22 (5): 820-8, 2004.  [PUBMED Abstract]

  39. Lipshultz SE, Lipsitz SR, Sallan SE, et al.: Long-term enalapril therapy for left ventricular dysfunction in doxorubicin-treated survivors of childhood cancer. J Clin Oncol 20 (23): 4517-22, 2002.  [PUBMED Abstract]

  40. Herman EH, Zhang J, Rifai N, et al.: The use of serum levels of cardiac troponin T to compare the protective activity of dexrazoxane against doxorubicin- and mitoxantrone-induced cardiotoxicity. Cancer Chemother Pharmacol 48 (4): 297-304, 2001.  [PUBMED Abstract]

  41. Lipshultz SE, Rifai N, Dalton VM, et al.: The effect of dexrazoxane on myocardial injury in doxorubicin-treated children with acute lymphoblastic leukemia. N Engl J Med 351 (2): 145-53, 2004.  [PUBMED Abstract]

  42. Swain SM, Whaley FS, Gerber MC, et al.: Cardioprotection with dexrazoxane for doxorubicin-containing therapy in advanced breast cancer. J Clin Oncol 15 (4): 1318-32, 1997.  [PUBMED Abstract]

  43. Venturini M, Michelotti A, Del Mastro L, et al.: Multicenter randomized controlled clinical trial to evaluate cardioprotection of dexrazoxane versus no cardioprotection in women receiving epirubicin chemotherapy for advanced breast cancer. J Clin Oncol 14 (12): 3112-20, 1996.  [PUBMED Abstract]

  44. Wexler LH: Ameliorating anthracycline cardiotoxicity in children with cancer: clinical trials with dexrazoxane. Semin Oncol 25 (4 Suppl 10): 86-92, 1998.  [PUBMED Abstract]

  45. Tebbi CK, London WB, Friedman D, et al.: Dexrazoxane-associated risk for acute myeloid leukemia/myelodysplastic syndrome and other secondary malignancies in pediatric Hodgkin's disease. J Clin Oncol 25 (5): 493-500, 2007.  [PUBMED Abstract]

  46. Cvetković RS, Scott LJ: Dexrazoxane : a review of its use for cardioprotection during anthracycline chemotherapy. Drugs 65 (7): 1005-24, 2005.  [PUBMED Abstract]

  47. Schwartz CL, Constine LS, London W, et al.: POG 9425: response-based, intensively timed therapy for intermediate/high stage (IS/HS) pediatric Hodgkin's disease. [Abstract] Proceedings of the American Society of Clinical Oncology 21: A-1555, 2002. 

  48. Tebbi CK, Mendenhall N, Schwartz C, et al.: Response dependent treatment of stages IA, IIA, and IIIA1micro Hodgkin's disease with DBVE and low dose involved field irradiation with or without dexrazoxane. [Abstract] Leuk Lymphoma 42 (Suppl 1): P-100, 56, 2001. 

  49. Hamm CW: Cardiac biomarkers for rapid evaluation of chest pain. Circulation 104 (13): 1454-6, 2001.  [PUBMED Abstract]

  50. Heeschen C, Goldmann BU, Terres W, et al.: Cardiovascular risk and therapeutic benefit of coronary interventions for patients with unstable angina according to the troponin T status. Eur Heart J 21 (14): 1159-66, 2000.  [PUBMED Abstract]

  51. Herman EH, Zhang J, Lipshultz SE, et al.: Correlation between serum levels of cardiac troponin-T and the severity of the chronic cardiomyopathy induced by doxorubicin. J Clin Oncol 17 (7): 2237-43, 1999.  [PUBMED Abstract]

  52. Lipshultz SE, Rifai N, Sallan SE, et al.: Predictive value of cardiac troponin T in pediatric patients at risk for myocardial injury. Circulation 96 (8): 2641-8, 1997.  [PUBMED Abstract]

  53. Mathew P, Suarez W, Kip K, et al.: Is there a potential role for serum cardiac troponin I as a marker for myocardial dysfunction in pediatric patients receiving anthracycline-based therapy? A pilot study. Cancer Invest 19 (4): 352-9, 2001.  [PUBMED Abstract]

  54. Beaty O 3rd, Hudson MM, Greenwald C, et al.: Subsequent malignancies in children and adolescents after treatment for Hodgkin's disease. J Clin Oncol 13 (3): 603-9, 1995.  [PUBMED Abstract]

  55. van Leeuwen FE, Klokman WJ, Veer MB, et al.: Long-term risk of second malignancy in survivors of Hodgkin's disease treated during adolescence or young adulthood. J Clin Oncol 18 (3): 487-97, 2000.  [PUBMED Abstract]

  56. Green DM, Hyland A, Barcos MP, et al.: Second malignant neoplasms after treatment for Hodgkin's disease in childhood or adolescence. J Clin Oncol 18 (7): 1492-9, 2000.  [PUBMED Abstract]

  57. Metayer C, Lynch CF, Clarke EA, et al.: Second cancers among long-term survivors of Hodgkin's disease diagnosed in childhood and adolescence. J Clin Oncol 18 (12): 2435-43, 2000.  [PUBMED Abstract]

  58. Wolden SL, Lamborn KR, Cleary SF, et al.: Second cancers following pediatric Hodgkin's disease. J Clin Oncol 16 (2): 536-44, 1998.  [PUBMED Abstract]

  59. Sankila R, Garwicz S, Olsen JH, et al.: Risk of subsequent malignant neoplasms among 1,641 Hodgkin's disease patients diagnosed in childhood and adolescence: a population-based cohort study in the five Nordic countries. Association of the Nordic Cancer Registries and the Nordic Society of Pediatric Hematology and Oncology. J Clin Oncol 14 (5): 1442-6, 1996.  [PUBMED Abstract]

  60. Bhatia S, Yasui Y, Robison LL, et al.: High risk of subsequent neoplasms continues with extended follow-up of childhood Hodgkin's disease: report from the Late Effects Study Group. J Clin Oncol 21 (23): 4386-94, 2003.  [PUBMED Abstract]

  61. Travis LB, Hill DA, Dores GM, et al.: Breast cancer following radiotherapy and chemotherapy among young women with Hodgkin disease. JAMA 290 (4): 465-75, 2003.  [PUBMED Abstract]

  62. Le Deley MC, Leblanc T, Shamsaldin A, et al.: Risk of secondary leukemia after a solid tumor in childhood according to the dose of epipodophyllotoxins and anthracyclines: a case-control study by the Société Française d'Oncologie Pédiatrique. J Clin Oncol 21 (6): 1074-81, 2003.  [PUBMED Abstract]

Volver Arriba

< Sección Anterior  |  Siguiente Sección >


Un servicio del Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute, en inglés)
Departamento de Salud y Servicios Humanos Los Institutos Nacionales de la Salud GobiernoUSA.gov