La transcripción completa:
Obtener una visa de inmigración estadounidense es algo bastante difícil porque necesitas demostrar que puedes mantenerte por ti mismo y que no dependerás de la seguridad social y que no serás un estorbo para nadie en ese país, y que estás en buenas condiciones de salud y demás. Después de todo esto, te dicen que tienes 90 días para llegar a las costas estadounidenses. Mi padre se dio cuenta de que el tiempo pasaba y de que de ninguna manera podría llevar a su familia a los Estados Unidos antes de ese tiempo. Treinta días antes de que caducara la visa, mi padre solicitó una extensión a Washington. En ese entonces no había vuelos comerciales que cruzaran el océano Atlántico. Esto fue en 1941. El océano estaba patrullado por submarinos. De todos modos, esperábamos una respuesta desde Washington. Y por fin llegó, y la respuesta fue "No". Nos negaron una extensión. Creo que puedo decir que no es gracias al Tío Sam que estoy hoy aquí. Mi padre hizo todos los intentos posibles. Fue a una serie de consulados latinoamericanos en Francia y Niza, y por fin llegó al consulado cubano donde lo escucharon, aceptaron algo de dinero y le dieron las visas para Cuba. |