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Los CDC responden a preguntas sobre las vacunas

Publicado el 30 de abril de 2008

Foto: una familia reunida alrededor de una computadora portátil.

Una reciente columna de opinión Give Us Answers on Vaccines escrita por David Kirby y publicada en el Atlanta Journal-Constitution, en la que se malinterpreta la información existente sobre un caso presentado ante el Programa Nacional de Compensaciones por Lesiones provocadas por Vacunas, puede estar generando dudas entre los padres de familia sobre qué es lo que más les conviene a sus hijos con relación a las vacunas. Esto es algo lamentable, dado que las vacunaciones infantiles en nuestro país son muy seguras y se ha comprobado que protegen y salvan vidas.

Es importante que los padres sepan que los CDC, junto con otras agencias del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos y una amplia diversidad de científicos y profesionales de la salud involucrados en los programas nacionales de vacunación, toman muy en serio las preguntas y preocupaciones relacionadas con la seguridad de las vacunas. Además, nuestros esfuerzos en el área de vacunación, las discapacidades del desarrollo y la salud de los niños van mucho más allá de un solo interés profesional pues muchos de los dedicados profesionales involucrados en este trabajo también son padres y abuelos.

La columna del Sr. Kirby incluía muchas inexactitudes relacionadas con las vacunas infantiles. Esto pone de manifiesto que la mejor fuente de guía en relación con la vacunación, el desarrollo del niño y las afecciones médicas específicas, es el proveedor de atención médica del niño. Los padres no deben ser reacios a hacerles preguntas a los médicos o al personal de enfermería sobre cualquier cosa que les preocupe, entre ellas las vacunas. Las vacunas se administran generalmente en los primeros años de vida para que protejan contra enfermedades que pueden tener graves repercusiones en bebés y niños pequeños. Las recomendaciones conjuntas de vacunación de los CDC, la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) y la Academia Americana de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians) reconocen que en ocasiones hay circunstancias en las cuales un niño no debe recibir una vacuna recomendada o en las que se debe retrasar la administración de la vacuna. Sin embargo, lo ideal es tomar estas decisiones en consulta con el médico del niño.

Como se indica correctamente en la columna, los casos de lesiones causadas por vacunas se tramitan generalmente a través del Programa Nacional de Compensaciones por Lesiones provocadas por Vacunas, el cual es gerenciado por la Administración de Servicios y Recursos de Salud (HRSA, por sus siglas en inglés) del HHS. Este programa está encargado de determinar si un reclamo por lesión cumple con criterios preestablecidos o si la vacuna pudo haber contribuido al grave estado médico o de salud del niño. Si se toma una determinación de este tipo, el programa se encarga de proporcionar una compensación compasiva y oportuna.

Desde 1988, el programa de la HRSA de lesiones causadas por vacunas ha otorgado compensaciones en unos 2,100 casos, incluidos algunos relacionados con las vacunas y la encefalopatía (lesión del cerebro). Aunque la columna del Sr. Kirby sugiere lo contrario, hasta la fecha, este programa nunca ha establecido ningún caso en el cual el autismo fuera causado por una vacuna. En comparación, durante este mismo período cerca de 100 millones de niños estadounidenses recibieron las vacunas infantiles recomendadas, y los casos de enfermedades prevenibles a través de las vacunas en los Estados Unidos han disminuido a niveles bajos sin precedentes o bastante cercanos.

Recientemente, los trastornos mitocondriales han sido el centro de atención de los medios de comunicación en torno a la compensación por lesiones causadas por las vacunas. Se cree que los trastornos mitocondriales, que ocurren con muy poca frecuencia en los niños, son de origen genético. Los niños nacidos con estos trastornos se ven a menudo normales durante los primeros años de vida. Cuando se enfrentan a situaciones de estrés intenso debido a factores como infecciones, fiebre, deshidratación, desnutrición o falta de sueño, los niños con estos trastornos experimentan a menudo pérdida de ciertas funciones del cerebro y el sistema nervioso.

Algunas personas han sugerido que se les haga a los niños pruebas de detección de trastornos mitocondriales antes de que reciban las vacunas recomendadas. Desafortunadamente, los trastornos mitocondriales son muy difíciles de diagnosticar y por lo general no es posible identificar a niños que tengan esos trastornos sino hasta que haya signos de deterioro del desarrollo. Un diagnóstico definitivo requiere a menudo de la realización de múltiples análisis de sangre y también puede necesitar de una biopsia del cerebro o de músculo (extracción de una muestra para análisis, generalmente con anestesia). Por esta razón, la realización de pruebas de detección habituales en niños que no tienen síntomas conllevaría otros riesgos médicos y plantearía muchas consideraciones éticas.

En la actualidad, no sabemos con certeza si las vacunas desencadenan deterioros neurológicos o del desarrollo en niños con trastornos mitocondriales. Sin embargo, lo que sí sabemos es que las infecciones pueden causar deterioros neurológicos y del desarrollo en estos niños, y también sabemos que las vacunas infantiles protegen a los niños contra algunas de las mismas infecciones que se sabe causan un deterioro del desarrollo en niños con trastornos mitocondriales. Estas infecciones incluyen enfermedades prevenibles a través de las vacunas como sarampión, varicela y gripe (influenza).

En el caso de los niños con trastornos mitocondriales, todavía no tenemos pruebas suficientes para hacer recomendaciones generales de vacunación. Los médicos que atienden a niños con estos trastornos generalmente recomiendan que reciban sus vacunas infantiles, pero los tiempos de administración de estas vacunas pueden cambiar dependiendo del estado de salud o la afección médica del niño.

Nosotros reconocemos que los trastornos del desarrollo, sean estos relacionados con la enfermedad mitocondrial, el austimo u otras afecciones, son un serio desafio para muchas familias. En el caso del autismo, los CDC han apoyado en forma activa las investigaciones que buscan determinar la seguridad de las vacunas. Hasta la fecha, la mejor evidencia científica indica que no hay una asociación entre las vacunas y el autismo. Como parte de nuestros esfuerzos para fomentar la comprensión del autismo, los CDC están realizando actualmente el estudio más grande hecho hasta la fecha con el objetivo de identificar las causas potenciales del autismo y sus factores de riesgo.

Reconocemos que gran parte del éxito de los esfuerzos de vacunación en nuestro país se debe a la confianza de los padres. Nosotros no tomamos esa confianza a la ligera. Por el contrario, los CDC, la FDA y otras agencias del HHS están trabajando en forma continua para ampliar sus esfuerzos científicos y de investigación sobre la seguridad de las vacunas, así como para lograr una mayor participación de médicos y padres de familia. Al igual que a los padres, a nosotros nos interesa contar con la mejor información posible en lo que respecta a la protección y salvaguardia de la salud de los niños.

Las altas tasas de vacunación que tiene nuestro país son la razón por la cual muy pocos niño sufren de enfermedades prevenibles a través de las vacunas, enfermedades que en el pasado afectaban a grandes cantidades de ellos. Estas altas tasas demuestran que los padres entienden la importancia de la vacunación infantil. Los CDC están comprometidos a mantener un alto nivel de apoyo y a asegurarse de que todos nuestros esfuerzos se encaminen a fomentar la salud de los niños.

Anne Schuchat, M.D.
Director, National Center for Immunization and Respiratory Diseases, Centers for Disease Control and Prevention and
Assistant Surgeon General, U.S. Public Health Service

 

Información adicional


Esta página fue modificada el 30 de abril de 2008

Versión en español aprobada por CDC Multilingual Services - Order #5266
Fuente del contenido: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

Gente, Segura, Saludable
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