Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR)
Resumen de Salud Pública
Heptacloro y epóxido de heptacloro (Heptachlor and Heptachlor Epoxide)
CAS#: 76-44-8 y 1024-57-3
agosto de 2007
Esta publicación es un resumen de la Reseña Toxicológica del heptacloro y epóxido de heptacloro
y forma parte de una serie de resúmenes de salud pública sobre sustancias peligrosas y sus efectos sobre la salud. También
hay una versión abreviada, ToxFAQs™, disponible. Esta información es
importante porque se trata de sustancias que podrían ser nocivas para la salud. Los efectos sobre la salud de la exposición a
cualquier sustancia peligrosa van a depender de la dosis, la duración y el tipo de exposición, la presencia de otras sustancias
químicas, así como de las características y los hábitos de la persona. Si desea información adicional, comuníquese
con el Centro de Información de la ATSDRal 1-800-232-4636.
Este resumen de salud pública le informa acerca del heptacloro y epóxido de heptacloro y de los efectos de la exposición
a estas sustancias.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés) identifica los sitios de desechos
peligrosos más serios en la nación. La EPA luego coloca estos sitios en la Lista de Prioridades Nacionales (c) y los designa
para limpieza a largo plazo por parte del gobierno federal. El heptacloro se ha encontrado en por lo menos 210 de los 1,684 sitios actualmente
en la NPL o que formaron parte de la NPL en el pasado. El epóxido de heptacloro se ha encontrado en por lo menos 200
de los sitios de la NPL. Aunque el número total de sitios de la NPL en los que se han buscado estas sustancias no se
conoce, el número de sitios en que se encuentre heptacloro y epóxido de heptacloro puede aumentar a medida que se evalúan
más sitios. Esta información es importante porque estos sitios pueden constituir fuentes de exposición, y la exposición
a estas sustancias puede perjudicarlo.
Cuando una sustancia se libera desde un área extensa, por ejemplo desde una planta industrial, o desde un recipiente como un barril o
una botella, la sustancia entra al ambiente. Esta liberación no siempre conduce a exposición. Usted puede exponerse a una sustancia
solamente cuando entra en contacto con ésta-al inhalar, comer o beber la sustancia, o por contacto con la piel.
Hay muchos factores que determinan si la exposición al heptacloro o al epóxido de heptacloro lo perjudicará. Estos factores
incluyen la dosis (la cantidad), la duración (por cuanto tiempo) y la manera como entró en contacto con estas sustancias. También
debe considerar las otras sustancias químicas a las que usted está expuesto, su edad, sexo, dieta, características personales,
estilo de vida y condición de salud.
El heptacloro es una sustancia química manufacturada usada en el pasado para matar insectos en el hogar, en edificios y en cosechas de
alimentos. Desde el año 1988 no se usa para estos propósitos. No existen fuentes naturales de heptacloro o de epóxido de
heptacloro. Algunas marcas registradas del heptacloro son: Heptagran®, Heptamul®, Heptagranox®, Hepatmak®, Basaklor®, Drinox®,
Soleptax®, Gold Crest H-60®, Termide® y Velsicol 104®. El heptacloro es un producto de degradación y también un
componente del plaguicida clordano (aproximadamente 10% en peso). El heptacloro puro es un polvo blanco. El heptacloro de calidad técnica
es un polvo de color canela y es de menor pureza que el heptacloro puro. El heptacloro de calidad técnica fue la forma de heptacloro que
se usó como plaguicida con más frecuencia. El heptacloro tiene un olor similar al alcanfor. El heptacloro no se incendia fácilmente
y no es explosivo. No se disuelve en agua fácilmente.
El epóxido de heptacloro también es un polvo blanco que no se inflama fácilmente. No es una sustancia manufacturada y,
a diferencia del heptacloro, no se usó como plaguicida. Las bacterias y los animales degradan al heptacloro a epóxido de heptacloro.
Este resumen describe a los dos compuestos simultáneamente ya que aproximadamente un 20% del heptacloro es transformado a epóxido
de heptacloro en el ambiente y en el cuerpo en unas horas.
Usted puede encontrar heptacloro o epóxido de heptacloro en el suelo o en el aire de viviendas tratadas para controlar termitas, disuelto
en agua de superficie o subterránea o en el aire cerca de sitios de desechos peligrosos. También se puede encontrar heptacloro
o epóxido de heptacloro en plantas y animales cerca de sitios de desechos peligrosos. El heptacloro ya no puede ser usado para matar insectos
en cosechas o en viviendas y edificios. Sin embargo, la EPA aun permite el uso del heptacloro para matar hormigas en transformadores
bajo tierra, aunque no está claro si aun se usa con este propósito en Estados Unidos.
Entre los años 1953 y 1974, el heptacloro entró al suelo y al agua de superficie cuando los agricultores lo usaron para matar
insectos en semillas de granos y en cosechas. También entró al aire y al suelo cuando los dueños de viviendas y exterminadores
profesionales de insectos lo usaron para matar termitas. Hoy en día, el uso doméstico del heptacloro está prohibido, pero
los exterminadores aun pueden usar el inventario de heptacloro existente para matar hormigas en transformadores enterrados bajo tierra.
El heptacloro y el epóxido de heptacloro pueden entrar al aire, al suelo, al agua subterránea y al agua de superficie como consecuencia
de escapes en sitios de desechos peligrosos o vertederos. El heptacloro se adhiere fuertemente al suelo y se evapora lentamente al aire. El heptacloro
no se disuelve fácilmente en agua. El epóxido de heptacloro se disuelve más fácilmente en agua que el heptacloro.
El epóxido de heptacloro también se adhiere al suelo y se evapora lentamente desde el agua.
Tanto el heptacloro como el epóxido de heptacloro pueden movilizarse con el viento largas distancias desde el lugar donde fueron liberados,
por ejemplo en terrenos tratados o en sitios de manufactura. En el suelo y el agua, el heptacloro es transformado por bacterias a una sustancia
más dañina, el epóxido de heptacloro, o a sustancias menos dañinas. Las plantas pueden absorber heptacloro en el
suelo a través de las raíces. El heptacloro en el aire puede depositarse sobre las hojas de la planta y entrar a la planta desde
el suelo contaminado.
Los animales que comen plantas que contienen heptacloro pueden absorberlo. Los animales también pueden transformar al heptacloro a epóxido
de heptacloro en sus cuerpos. El epóxido de heptacloro se degrada muy lentamente en el ambiente. Puede permanecer muchos años en
el suelo y en el agua. Tanto el heptacloro como el epóxido de heptacloro se acumulan en peces y en el ganado. La gente puede almacenar
epóxido de heptacloro en la grasa corporal. Hay estudios que han demostrado que el epóxido de heptacloro aun puede detectarse en
la grasa corporal de una persona 3 años después de que ésta se expuso a esta sustancia.
La mayoría de los productos de degradación del heptacloro parecen ser menos tóxicos que el mismo heptacloro. Sin embargo,
el epóxido de heptacloro es más tóxico que el heptacloro en animales de laboratorio.
La manera más común de exponerse al heptacloro y al epóxido de heptacloro es consumiendo alimentos contaminados con estas
sustancias químicas. Entre los alimentos contaminados pueden estar el pescado, mariscos (por ejemplo almejas), productos lácteos,
carne y aves de corral. Los niños beben grandes cantidades de leche y pueden sufrir mayor exposición si la leche está contaminada
con heptacloro o epóxido de heptacloro. Los bebés pueden exponerse a estos compuestos a través de la leche materna o leche
de vaca.
También puede ocurrir exposición al tomar agua, respirar aire o tocar tierra contaminada en sitios de desechos peligrosos que
contienen heptacloro o epóxido de heptacloro. Las personas cuyos hogares fueron tratados con heptacloro para matar termitas pueden exponerse
al respirar heptacloro en el aire. Después que el heptacloro es transformado a epóxido de heptacloro en el suelo, el epóxido
de heptacloro puede pasar al aire. Las personas que respiran este aire se expondrán a epóxido de heptacloro. Los trabajadores que
usan heptacloro para matar hormigas pueden exponerse si respiran heptacloro en el aire o si el heptacloro entra en contacto con la piel.
No hay ninguna información acerca de los niveles de heptacloro y epóxido de heptacloro que ocurren comúnmente en el aire.
En un estudio, los niveles de heptacloro en el agua potable y el agua subterránea en Estados Unidos oscilaron entre 20 y 800 partes de
heptacloro en un trillón de partes de agua (ppt). El heptacloro se encontró en menos del 2% de las muestras de agua subterránea
en Estados Unidos que se sabe están contaminadas con plaguicidas. La concentración media de heptacloro en las muestras de agua
subterránea fue de 800 ppt. No hay ninguna información acerca de los niveles de epóxido de heptacloro en agua subterránea
o en agua potable. El epóxido de heptacloro se ha encontrado en aguas de superficie (ríos, lagos) en niveles que fluctúan
entre 0.1 y 10 partes de epóxido de heptacloro por billón de partes de agua (ppb, 1 ppb equivale a 1,000 ppt).
El heptacloro y el epóxido de heptacloro se adhieren al sedimento y al suelo. El sedimento en el lecho de arroyos generalmente contiene
una porción considerable del heptacloro que entra al agua. El heptacloro y epóxido de heptacloro se detectaron en menos de 0.7%
y 1.8%, respectivamente, de las muestras de sedimentos de ríos analizadas entre los años 2003 y 2005. En pescado y mariscos contaminados
se han detectado 2 a 750 ppb de heptacloro y 0.1 a 480 ppb de epóxido de heptacloro. El epóxido de heptacloro se ha detectado en
muestras de leche materna en niveles que fluctúan entre 0.13 y 128 ppb.
Cuando usted respira aire que contiene heptacloro o epóxido de heptacloro, ambas sustancias pueden pasar a la sangre a través
de los pulmones, pero no se sabe con que rapidez ni cuanto tiempo permanecen en la sangre. El heptacloro y el epóxido de heptacloro también
pueden entrar al cuerpo a través del estómago si usted come alimentos o toma agua o leche que los contienen. La mayor parte del
heptacloro que usted traga pasa a la sangre a través del estómago. También puede entrar a su cuerpo a través de la
piel. El heptacloro y el epóxido de heptacloro pueden pasar directamente desde la sangre de la madre al feto a través de la placenta.
También pueden pasar de la madre al bebé a través de la leche materna.
Una vez dentro del cuerpo, el heptacloro es transformado a epóxido de heptacloro y a otras sustancia químicas relacionadas. La
mayoría del heptacloro, epóxido de heptacloro y otros productos de degradación abandonan el cuerpo en las heces unos días
después de la exposición. Algunos productos de degradación también pueden abandonar el cuerpo en la orina. Cierta
porción de heptacloro y epóxido de heptacloro se almacena en la grasa corporal y permanece ahí durante mucho tiempo después
de ocurrida la exposición. El heptacloro y epóxido de heptacloro que se han almacenado en el tejido graso abandonan el cuerpo mucho
más lentamente.
Los científicos usan una variedad de pruebas para proteger al público de los efectos perjudiciales de sustancias químicas
tóxicas y para encontrar maneras para tratar a personas que han sido afectadas.
Una manera para determinar si una sustancia química perjudicará a una persona es averiguar como el cuerpo absorbe, usa y libera
la sustancia. En el caso de algunas sustancias químicas puede ser necesario experimentar en animales. La experimentación en animales
puede ayudar a identificar problemas de salud tales como cáncer o defectos de nacimiento. Sin el uso de animales de laboratorio, los científicos
perderían un método importante para tomar decisiones apropiadas para proteger la salud pública. Los científicos tienen
la responsabilidad de tratar a los animales de investigación con cuidado y compasión. Los científicos deben adherirse a
estrictos reglamentos para el cuidado de los animales porque actualmente hay leyes que protegen el bienestar de los animales de investigación.
La gente puede empezar a detectar el olor del heptacloro o del epóxido de heptacloro cuando la concentración en el aire es de
aproximadamente 0.3 miligramos por metro cúbico de aire (0.3 mg/m³). No se sabe si respirar heptacloro o epóxido
de heptacloro produce efectos perjudiciales sobre la salud debido a que no hay estudios adecuados. Tampoco hay estudios adecuados en animales
para establecer si inhalar aire con heptacloro o epóxido de heptacloro produce efectos adversos.
Más aun, tampoco hay estudios en seres humanos que puedan usarse para evaluar si la ingestión de alimentos o líquidos contaminados
con heptacloro o epóxido de heptacloro produce efectos adversos. Sin embargo, hay numerosos estudios en animales que han demostrado que
la administración oral de heptacloro o epóxido de heptacloro produce efectos perjudiciales. Mientras mayor el nivel de exposición
y la duración de la exposición, mayor fue la gravedad de los efectos observados. Los animales expuestos sufrieron daño del
hígado, excitabilidad y disminución de la fertilidad.
Los animales a los que se administró heptacloro de por vida desarrollaron un número mayor de tumores del hígado que animales
no expuestos a heptacloro. La EPA y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) han clasificado
al heptacloro como posiblemente carcinogénico en seres humanos. La EPA también considera al epóxido de heptacloro
como posiblemente carcinogénico en seres humanos.
Esta sección discute los posibles efectos sobre la salud en seres humanos causados por exposiciones desde la concepción a la madurez
(18 años de edad).
Algunos estudios en animales sugieren que los animales jóvenes expuestos durante la gestación y la infancia pueden ser muy sensibles
a los efectos del heptacloro y epóxido de heptacloro. En estos animales se observaron alteraciones del sistema nervioso y de la función
inmunitaria. Hay evidencia de que efectos similares pueden ocurrir en seres humanos, sin embargo los resultados de un estudio que encontró algunas
alteraciones en el resultado de ciertas pruebas que evalúan funciones del sistema nervioso no fueron definitivos, y además pudo
haber ocurrido exposición simultánea a otras sustancias químicas. La exposición de animales a dosis más altas
de heptacloro también puede producir una reducción de peso corporal y la muerte en las crías recién nacidas.
Si su doctor encuentra que usted (o un miembro de la familia) ha estado expuesto a cantidades significativas de heptacloro o de epóxido
de heptacloro, pregunte si sus niños también podrían haber estado expuestos. Puede que su doctor necesite pedir que su departamento
estatal de salud investigue.
El heptacloro ya no se usa en Estados Unidos excepto para controlar hormigas; por lo tanto, la exposición actual debería ser mínima.
Antes de que se prohibiera el uso del heptacloro en el año 1988, se usó en varias cosechas agrícolas, para tratar termitas
en hogares, y para controlar hormigas en postes de electricidad. Sin embargo, debido a la persistencia del heptacloro y del epóxido de
heptacloro en el ambiente, la población general puede sufrir exposición a través de agua, tierra, o aire contaminado. La
gente que vive en viviendas donde el heptacloro se usó para controlar termitas o en fincas donde el heptacloro se usó en cosechas
puede correr un riesgo de exposición mayor a través de las cosechas contaminadas, el suelo, el agua y el aire. Para evitar la exposición
a tierra contaminada, evite que sus niños coman o jueguen con tierra cerca de los cimientos de casas o graneros. Asegúrese de que
se laven las manos a menudo, especialmente antes de comer. Enséñeles a sus niños a no llevarse las manos a la boca.
El heptacloro y el epóxido de heptacloro también persisten en los alimentos y la leche. El consumo de pescado cogido en agua contaminada
puede aumentar la exposición al heptacloro. No pesque ni consuma pescado cogido en agua contaminada. Los avisos de pesca locales pueden
advertirle si el agua está contaminada.
Hay pruebas de laboratorio que pueden detectar heptacloro y epóxido de heptacloro en la sangre, la grasa, la leche materna y en otros
tejidos después de exposición a niveles altos de estas sustancias químicas. Estas pruebas generalmente no están disponibles
en el consultorio de su doctor. La prueba para epóxido de heptacloro se usa con más frecuencia debido a que el heptacloro es transformado
rápidamente en el cuerpo a epóxido de heptacloro. Generalmente se prefiere hacer el análisis en muestras de sangre porque
son más fáciles de obtener. Estas pruebas son específicas para el heptacloro y epóxido de heptacloro. Sin embargo,
el heptacloro también es un producto de degradación y componente del clordano, otro plaguicida. Por consiguiente, si se detecta
heptacloro y epóxido de heptacloro en la sangre, puede que haya ocurrido exposición al clordano. Los métodos para medir
heptacloro y epóxido de heptacloro en la grasa corporal son más precisos y pueden detectar niveles más bajos que las pruebas
para medir niveles en la sangre. Si se encuentra heptacloro o epóxido de heptacloro en la sangre o en la grasa, es imposible determinar
si usted se expuso a estas sustancias químicas o si ocurrirán efectos perjudiciales.
El gobierno federal desarrolla reglamentos y recomendaciones para proteger la salud pública. Los reglamentos pueden ser impuestos
por ley. La EPA, la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) y la Administración de Drogas y Alimentos
(FDA) son algunas agencias federales que desarrollan reglamentos para sustancias tóxicas. Las recomendaciones proveen instrucciones
valiosas para proteger la salud pública, pero no pueden imponerse por ley. La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro
de Enfermedades (ATSDR) y el Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (NIOSH) del CDC son
dos agencias federales que desarrollan recomendaciones para sustancias tóxicas.
Los reglamentos y recomendaciones pueden ser expresados como «niveles-que-no-deben-excederse» -en otras palabras, niveles de la
sustancia tóxica en el aire, agua, suelo o alimentos que no sobrepasen los niveles críticos que se basan generalmente en niveles
que afectan a los animales. Estos niveles luego se ajustan para la protección de seres humanos. En algunas ocasiones estos «niveles-que-no-deben-excederse» difieren
entre organizaciones federales debido a las diferentes duraciones de exposición (una jornada de 8 horas al día o de 24 horas al
día), el uso de diferentes estudios en animales u otros factores.
Las recomendaciones y los reglamentos son actualizados periódicamente a medida que se dispone de información adicional. Para obtener
la información más reciente, consulte a la organización o agencia federal que la otorga. Los siguientes son algunos reglamentos
y recomendaciones para el heptacloro y el epóxido de heptacloro:
La EPA recomienda que un niño que pesa 22 libras o menos no beba agua que contiene niveles de heptacloro o epóxido de
heptacloro mayores de 0.01 mg por litro de agua (0.01 mg/L ó 0.01 ppm) durante más de 10 días. La EPA requiere
que el agua potable no contenga más de 0.0004 mg/L (0.0004 ppm) de heptacloro y 0.0002 mg/L (0.0002 ppm) de epóxido de heptacloro.
La FDA controla la cantidad de heptacloro y epóxido de heptacloro en cosechas de hortalizas crudas y en mariscos comestibles.
El límite para la mayoría de las cosechas es 0.01 partes de heptacloro por millón de partes de alimento (0.01 ppm). La cantidad
límite en la leche es de 0.1 partes de heptacloro por millón de partes de grasa en la leche. El límite en mariscos comestibles
es de 0.3 ppm.
La OSHA ha establecido un límite de 0.5 mg/m³ para heptacloro en el aire del lugar de trabajo durante una jornada diaria
de 8 horas, 40 horas a la semana.
Si usted tiene preguntas o preocupaciones, por favor comuníquese con el departamento de salud y calidad ambiental de su comunidad o estado o con la ATSDR a la dirección y número de teléfono que aparecen más abajo.
La ATSDR también puede indicarle la ubicación de clínicas de salud ocupacional y ambiental. Estas clínicas se especializan en la identificación, evaluación y el tratamiento de enfermedades causadas por la exposición a sustancias peligrosas.
Las Reseñas Toxicológicas también están disponibles (en inglés) en Internet en www.atsdr.cdc.gov y en CD-ROM. Usted puede solicitar una copia del CD-ROM que contiene las Reseñas Toxicológicas de la ATSDR llamando
libre de cargos al número de información y asistencia técnica al 1-800-CDCINFO (1-800-232-4636), a través
de correo electrónico al cdcinfo@cdc.gov o escribiendo a:
Agency for Toxic Substances and Disease Registry
Division of Toxicology and Environmental Medicine
1600 Clifton Road NE
Mail Stop F-32
Atlanta, GA 30333
Fax: 1-770-488-4178
Las organizaciones con fines de lucro pueden solicitar copias de las Reseñas Toxicológicas finalizadas a:
National Technical Information Service (NTIS)
5285 Port Royal Road
Springfield, VA 22161
Phone: 1-800-553-6847 or 1-703-605-6000
Website: http://www.ntis.gov/
|