Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR)
Resumen de Salud Pública
Aluminio (Aluminum)
CAS#: 7429-90-5
julio de 2006
Esta publicación es un resumen de la Reseña Toxicológica del aluminio y forma parte de una serie de resúmenes
de salud pública sobre sustancias peligrosas y sus efectos sobre la salud. También hay una versión abreviada, ToxFAQs™,
disponible. Esta información es importante porque se trata de una sustancia que podría ser nociva para la salud. Los efectos
sobre la salud de la exposición a cualquier sustancia peligrosa van a depender de la dosis, la duración y el tipo de exposición,
la presencia de otras sustancias químicas, así como de las características y los hábitos de la persona. Si desea
información adicional, comuníquese con el Centro de Información de la ATSDR al 1-800-232- 4636.
Este resumen de salud pública le informa acerca del aluminio y de los efectos de la exposición a esta sustancia.
La Agencia
de Protección del Medio Ambiente de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés) identifica
los sitios de desechos peligrosos más serios en la nación. La EPA luego coloca estos sitios en la Lista
de Prioridades Nacionales (NPL, por sus siglas en inglés) y los designa para limpieza a largo
plazo por parte del gobierno federal. El aluminio (combinado con otros elementos tales como oxígeno, azufre o fósforo) se ha
encontrado en por lo menos 606 de los 1,678 sitios actualmente en la NPL o que formaron parte de la NPL en el pasado. Aunque el número
total de sitios de la NPL en los que se ha buscado esta sustancia no se conoce, el número de sitios en que se encuentre aluminio puede
aumentar a medida que se evalúan más sitios. Esta información es importante porque estos sitios pueden constituir fuentes
de exposición, y la exposición a esta sustancia puede perjudicarlo.
Cuando una sustancia se libera desde un área extensa, por ejemplo desde una planta industrial, o desde un recipiente como un barril o
una botella, la sustancia entra al ambiente. Esta liberación no siempre conduce a exposición. Usted puede exponerse a una sustancia
solamente cuando entra en contacto con ésta−al inhalar, comer o beber la sustancia, o por contacto con la piel.
Hay muchos factores que determinan si la exposición al aluminio lo perjudicará. Estos factores incluyen la dosis (la cantidad),
la duración (por cuánto tiempo) y la manera como entró en contacto con esta sustancia. También debe considerar las
otras sustancias químicas a las que usted está expuesto, su edad, sexo, dieta, características personales, estilo de vida
y condición de salud.
El aluminio es el metal más abundante, y el tercer elemento más abundante en la corteza terrestre después de oxígeno
y sílice. Se encuentra ampliamente distribuido y constituye aproximadamente 8.8% de la corteza terrestre u 88,000 partes de aluminio en
1 millón de partes de corteza terrestre (88,000 ppm).
Sin embargo, el aluminio es un elemento muy reactivo y nunca se encuentra en forma de metal en la naturaleza. Generalmente se encuentra combinado
con otros elementos como por ejemplo oxígeno, sílice y flúor. Estos compuestos químicos se encuentran comúnmente
en el suelo, en minerales (por ejemplo zafiros, rubíes, turquesas), rocas (especialmente rocas ígneas) y arcillas. Éstas
constituyen formas naturales de aluminio.
El aluminio metálico se obtiene de minerales que contienen aluminio, principalmente la bauxita. Pequeñas cantidades de aluminio
se pueden encontrar disueltas en agua en forma de iones (los iones son átomos, grupos de
átomos o moléculas que contienen una carga eléctrica positiva o negativa). Las formas iónicas de aluminio más
comunes consisten en complejos formados con iones de hidróxido (hidrógeno ligado a oxígeno).
El aluminio metálico es liviano y de color blancoplateado. El aluminio es usado comúnmente en envases de bebidas, ollas y sartenes,
aviones, techos y cubiertas de murallas exteriores de viviendas y láminas de metal. El aluminio metálico es muy durable debido
a que los átomos ubicados en la superficie del metal se combinan rápidamente con oxígeno del aire y forman una capa protectora
delgada y dura de óxido de aluminio (alúmina). Debido a que el aluminio puro es muy blando, el aluminio se mezcla a menudo con
cantidades pequeñas de otros metales para formar aleaciones de aluminio, las que son más duras y resistentes.
Los compuestos de aluminio tienen diversos e importantes usos industriales, por ejemplo, el alumbre (sulfato de aluminio) en el tratamiento
de aguas y la alúmina en abrasivos y revestimiento de hornos. También se encuentran compuestos de aluminio en productos de consumo
tales como antiácidos, astringentes, aspirina con cubierta entérica, aditivos para alimentos y desodorantes. El aluminio metálico
en polvo se usa a menudo en explosivos y fuegos artificiales.
El aluminio se encuentra naturalmente en el suelo, el agua y el aire. Es distribuido o desplazado tanto por actividades humanas como naturales.
Los niveles altos en el ambiente pueden deberse al procesamiento o minado de minerales de aluminio y a la producción de aluminio metálico,
aleaciones y de otros compuestos. Las plantas de energía e incineradores que utilizan carbón liberan pequeñas cantidades
de aluminio al ambiente. Casi todos los alimentos, el agua y el aire contienen pequeñas cantidades de aluminio.
El aluminio no puede ser destruido en el ambiente; solamente puede cambiar de forma o ligarse o separarse de partículas. Las partículas
de aluminio liberadas por plantas de energía y por otros procesos de combustión generalmente están adheridas a partículas
muy pequeñas. El aluminio que se encuentra en polvo que levanta el viento generalmente se encuentra en partículas de mayor tamaño.
Estas partículas se depositan en el suelo o son removidas del aire por la lluvia. El aluminio adherido a partículas muy pequeñas
puede permanecer en el aire muchos días. La mayor parte del aluminio termina finalmente en el suelo o en el sedimento.
La mayoría de las plantas o animales no acumulan cantidades significativas de aluminio. Sin embargo, hay algunas excepciones tales como
las plantas de té, que pueden ser consumidas por seres humanos, o también algunos musgos, helechos y arbustos y
árboles subtropicales. El aluminio no parece acumularse en la leche de vaca o en tejidos de res. Tampoco aumenta su concentración
en los tejidos de organismos a medida que éstos pasan del fondo al tope de la cadena alimentaria. Debido a la toxicidad del aluminio disuelto
en el agua para muchos organismos acuáticos, incluso peces, estos animales probablemente morirían antes de que la cantidad de aluminio
en el animal alcanzara un nivel muy alto. Por lo tanto, las hortalizas, frutas, pescado y carne que usted consume generalmente no contienen niveles
muy altos de aluminio.
La mayoría de los compuestos que contienen aluminio no son muy solubles en agua, a menos que el agua sea ácida o muy alcalina.
Sin embargo, cuando cae lluvia ácida, los compuestos de aluminio en el suelo pueden disolverse y pasar a arroyos y lagos. Como los cuerpos
de agua afectados a menudo son ácidos, el aluminio que se disuelve se comporta tal como lo haría bajo condiciones normales (no
acídicas). En esta situación, la concentración de aluminio en el agua puede aumentar a niveles anormalmente altos.
El aluminio ocurre naturalmente en el ambiente. El aluminio nunca se encuentra como elemento puro en la naturaleza, sino que forma compuestos
con otros elementos tales como oxígeno, cloro o azufre. Usted siempre está expuesto a algunos compuestos de aluminio al ingerir
alimentos, al tomar agua, al ingerir algunos medicamentos que contienen aluminio tales como antiácidos y aspirina con cubierta entérica
y al respirar aire. También puede estar expuesto a través de contacto de la piel con tierra, agua, aluminio metálico, desodorantes
u otras sustancias que contienen aluminio o compuestos de aluminio. Muchos de los métodos de análisis que los científicos
usan para determinar los niveles de aluminio en el ambiente generalmente no indican la forma específica de aluminio y solamente indican
la cantidad total de aluminio presente en la muestra. Por lo tanto, no siempre se puede saber a que forma de aluminio está expuesta una
persona en base a un análisis ambiental. Si hubiera un método que pudiera determinar la forma específica de aluminio presente,
tal forma sería especificada en el resultado. Asimismo, tampoco sabemos que formas de aluminio están presentes en sitios de desechos
peligrosos. Algunas formas de aluminio pueden ser insolubles en agua o pueden estar ligadas tan fuertemente a partículas o minerales que
no son incorporadas por plantas y animales. En cambio, otras formas, como las que se encuentran en lagos con agua ácida, pueden ser incorporadas
fácilmente por plantas y animales.
Los niveles de aluminio en el aire oscilan generalmente entre 0.005 y 0.18 microgramos (1 microgramo, μg, equivale a la millonésima
parte de 1 gramo, 1 gramo equivale a 0.0022 libras) de aluminio por metro cúbico de aire (0.005–0.18
μg/m³), dependiendo de la localidad, las condiciones climáticas y el nivel de actividad industrial en el área. La mayor
parte del aluminio en el aire se encuentra en la forma de pequeñas partículas de polvo suspendidas en el aire. Los niveles de aluminio
en áreas urbanas e industriales pueden ser más altos y pueden oscilar entre 0.4 y 8.0 μg/m³. La cantidad de aluminio que
usted respira en 1 día es mucho menor que la que consume en los alimentos. Usted puede respirar niveles de aluminio más altos si
vive en áreas donde hay mucho polvo en el aire, donde se mina mineral de aluminio o donde se procesa a aluminio metálico o cerca
de algunos sitios de desechos peligrosos.
La concentración de aluminio en aguas naturales (por ejemplo, lagunas, lagos, arroyos) generalmente es menor de 0.1 miligramos/litro
(mg/L) (1 miligramo, mg, equivale a la milésima parte de 1 gramo), a menos que el agua sea muy ácida. La gente generalmente consume
muy poco aluminio a través del agua potable. A veces el agua es tratada con sales de aluminio durante el proceso de transformación
a agua potable, pero aun así, los niveles de aluminio generalmente no exceden 0.1 mg/L. Sin embargo, hay varias ciudades cuya agua potable
tiene concentraciones de aluminio entre 0.4 y 1 mg/L.
Alimentos frescos tales como frutas, hortalizas y carne contienen muy poco aluminio. Sin embargo, a algunos alimentos (por ejemplo, polvo para
hornear, colorantes y agentes para prevenir aglutinamiento) se les añaden compuestos de aluminio durante su procesamiento. Esto significa
que alimentos tales como queso procesado y tortas pueden contener cantidades moderadas de aluminio. Un adulto promedio en Estados Unidos ingeriría
aproximadamente 7 a 9 mg de aluminio al día en los alimentos.
La gente también se expone al aluminio en algunos cosméticos, por ejemplo desodorantes, y en medicamentos tales como antiácidos
y aspirina con cubierta entérica y fluidos intravenosos. Los antiácidos contienen entre 300 y 600 mg de hidróxido de aluminio
(aproximadamente 104 a 208 mg de aluminio) en cada tableta o cápsula, o en cada 5 mililitros, en el caso de líquidos. La aspirina
con cubierta entérica puede contener 10 a 20 mg de aluminio por tableta. Las vacunas pueden contener pequeñas cantidades de compuestos
de aluminio tales como hidróxido de aluminio, fosfato de aluminio o sulfato de aluminio (alumbre).
La Administración
de Drogas y Alimentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos limita la
cantidad de aluminio en vacunas a no más de 0.85 mg/dosis. Tanto niños como adultos pueden exponerse al aluminio a través
de vacunas.
Las fórmulas infantiles a base de soya contienen niveles de aluminio más altos que las fórmulas a base de leche de vaca
o que la leche materna. En fórmulas a base de soya se han detectado concentraciones medias de aluminio entre 0.46 y 0.93 mg/L, mientras
que en fórmulas a base de leche de vaca la concentración media oscilan entre 0.058 y 0.15 mg/L. En la leche materna, las concentraciones
típicas de aluminio varían entre 0.0092 y 0.049 mg/L.
Cuando usted ingiere aluminio en los alimentos o en bebidas, muy poco pasa desde el estómago a la corriente sanguínea. La mayor
parte del aluminio abandona el cuerpo rápidamente en las heces. La pequeña cantidad que entra a la corriente sanguínea abandona
el cuerpo en la orina. Muy poco aluminio entra al cuerpo en el aire que usted inhala, y muy poco entra al cuerpo a través de la piel.
Los científicos usan una variedad de pruebas para proteger al público de los efectos perjudiciales de sustancias químicas
tóxicas y para encontrar maneras para tratar a personas que han sido afectadas.
Una manera para determinar si una sustancia química perjudicará a una persona es averiguar como el cuerpo absorbe, usa y libera
la sustancia. En el caso de algunas sustancias químicas puede ser necesario experimentar en animales. La experimentación en animales
puede ayudar a identificar problemas de salud tales como cáncer o defectos de nacimiento. Sin el uso de animales de laboratorio, los científicos
perderían un método importante para tomar decisiones apropiadas para proteger la salud pública. Los científicos tienen
la responsabilidad de tratar a los animales de investigación con cuidado y compasión. Los científicos deben adherirse a
estrictos reglamentos para el cuidado de los animales porque actualmente hay leyes que protegen el bienestar de los animales de investigación.
La exposición al aluminio generalmente no causa daño. El aluminio ocurre naturalmente en muchos alimentos. Las personas que respiran
cantidades altas de aluminio en polvo en el trabajo pueden desarrollar problemas respiratorios tales como tos frecuente o alteraciones pulmonares
que se visualizan en radiografías del pecho. Estos problemas se han eliminado en gran parte mediante el uso de máscaras y el control
de los niveles de polvo en las fábricas. Algunos trabajadores que respiran polvos de aluminio o vapores de aluminio no se desempeñan
bien en algunas pruebas que evalúan funciones del sistema nervioso.
Algunas personas que sufren enfermedades de los riñones almacenan en el cuerpo una cantidad de aluminio mucho más alta que personas
sanas. Esto se debe a que la enfermedad del riñón hace que el cuerpo elimine menos aluminio en la orina. En algunas ocasiones,
estas personas desarrollan enfermedades de los huesos o del cerebro que los doctores creen son causadas por el exceso de aluminio.
Algunos estudios han demostrado que personas expuestas a cantidades altas de aluminio pueden desarrollar la enfermedad de Alzheimer, mientras
que otros estudios sugieren que eso no ocurre. No se sabe con certeza si el aluminio produce enfermedad de Alzheimer. Los compuestos de aluminio
presentes en algunos desodorantes pueden producir salpullidos en la axila en algunas personas.
La inhalación de grandes cantidades de aluminio en forma de clorhidrato o de metal en polvo produjo daño del pulmón en
ratas y hámsters. Los estudios en ratas y ratones han demostrado que el sistema nervioso es muy sensible a la toxicidad del aluminio.
No hubo señales obvias de daño en animales que ingirieron pequeñas cantidades de aluminio. Sin embargo, pruebas que miden
la fuerza de las extremidades o la movilidad produjeron resultaron anormales.
No sabemos si el aluminio afecta la reproducción en seres humanos; en animales, no afecta la fertilidad. No se ha demostrado que el aluminio
produce cáncer en animales.
Esta sección discute los posibles efectos sobre la salud en seres humanos causados por exposiciones desde la concepción a la madurez
(18 años de edad).
En niños que sufren de enfermedades del riñón se han observado enfermedades de los huesos y del cerebro a causa de los
altos niveles de aluminio. También se ha observado enfermedad de los huesos en niños que toman algunos medicamentos que contienen
aluminio. En estos niños, el daño de los huesos es causado por el aluminio que previene la absorción de fosfato en el estómago;
el fosfato es necesario para la manutención de huesos saludables.
No sabemos si el aluminio causa defectos de nacimiento. En animales no se han observado defectos de nacimiento. Sin embargo, en animales, la
exposición de hembras durante la preñez y la lactancia ha producido crías que parecen más débiles y menos
activas en sus jaulas y con menor coordinación en ciertos movimientos. Además, el aluminio afectó la memoria de los animales.
Estos efectos son similares a los observados en adultos. No parece que los niños son más sensibles al aluminio que los adultos.
No parece haber mayores diferencias entre niños y adultos en cuanto a la cantidad de aluminio que entra al cuerpo, el lugar donde se
almacena el aluminio en el cuerpo, y la rapidez con la que el aluminio es eliminado del cuerpo. El aluminio puede pasar de la madre al feto a
través de la placenta. Se ha encontrado aluminio en la leche materna, pero solamente una pequeña cantidad pasará al bebé que
mama.
Si su doctor encuentra que usted (o un miembro de la familia) ha estado expuesto a cantidades significativas de aluminio, pregunte si sus niños
también podrían haber estado expuestos. Puede que su doctor necesite pedir que su departamento estatal de salud investigue.
La manera más importante a través de la cual las familias pueden reducir las exposiciones al aluminio es estar al tanto de las
fuentes de aluminio que pueden afectar la salud y evitar la exposición a esas fuentes. Es importante notar que debido a que el aluminio
es tan común y se encuentra ampliamente distribuido en el ambiente, no se puede evitar la exposición a esta sustancia. Además,
la exposición a los niveles presentes naturalmente en los alimentos y el agua y a las formas de aluminio que se encuentran en el suelo
y en ollas y sartenes generalmente no es perjudicial.
La ingestión diaria de cantidades altas de aluminio en alimentos procesados que contienen aditivos de aluminio o cocinar con frecuencia
alimentos ácidos en ollas de aluminio puede exponer a una persona a niveles de aluminio más altos que una persona que no consume
alimentos procesados o que cocina con ollas de acero inoxidable, vidrio u otros materiales. Sin embargo, los niveles de aluminio que se encuentran
en alimentos procesados y los alimentos preparados en ollas de aluminio generalmente no constituyen riesgo. Las personas expuestas a las cantidades
de aluminio más altas son las que consumen diariamente o varias veces a la semana medicamentos que contienen aluminio, por ejemplo antiácidos.
La mejor manera de reducir la exposición al aluminio es restringir el consumo de grandes cantidades de antiácidos que contienen
aluminio y de aspirinas con cubierta entérica y usar estos medicamentos de acuerdo a las instrucciones. Como precaución, estos
productos deben tener tapas a prueba de niños y deben guardarse fuera del alcance de los niños de manera que éstos no los
consuman accidentalmente. Las familias también deben saber que fórmulas infantiles a base de soya pueden contener niveles de aluminio
altos en comparación con fórmulas a base de leche de vaca o leche materna, y pueden consultar con su pediatra para elegir la fórmula
apropiada. Sin embargo, se debe hacer notar que los niveles de aluminio que se encuentran en fórmulas infantiles, cualquiera que sea la
base, generalmente no son perjudiciales para bebés sanos.
Todo el mundo tiene cantidades pequeñas de aluminio en el cuerpo. El aluminio puede medirse en la sangre, los huesos, las heces o la
orina. La medición de aluminio en la orina y la sangre puede indicar si usted ha estado expuesto a cantidades de aluminio más altas
que lo normal. La determinación de aluminio en los huesos también puede indicar que ha ocurrido exposición a niveles altos
de aluminio, pero esto requiere una biopsia de los huesos. Las pruebas para medir aluminio en el cuerpo generalmente no están disponibles
en el consultorio de un doctor porque requieren equipo especial.
El gobierno federal desarrolla reglamentos y recomendaciones para proteger la salud pública. Los reglamentos pueden ser impuestos
por ley. La EPA, la Administración
de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), y la FDA son algunas agencias federales que desarrollan reglamentos
para sustancias tóxicas. Las recomendaciones proveen instrucciones valiosas para proteger la salud pública, pero no pueden imponerse
por ley. La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) y el Instituto
Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (NIOSH, por sus siglas en inglés) del CDC son dos agencias
federales que desarrollan recomendaciones para sustancias tóxicas.
Los reglamentos y recomendaciones pueden ser expresados como «niveles que no deben excederse»
−en otras palabras, niveles de la sustancia tóxica en el aire, agua, suelo o alimentos que no sobrepasen los niveles críticos
que se basan generalmente en niveles que afectan a los animales. Estos niveles luego se ajustan para la protección de seres humanos. En
algunas ocasiones estos «niveles que no deben excederse» difieren entre organizaciones federales debido a las diferentes duraciones
de exposición (una jornada de 8 horas al día o de 24 horas al día), el uso de diferentes estudios en animales u otros factores.
Las recomendaciones y los reglamentos son actualizados periódicamente a medida que se dispone de información adicional. Para obtener
la información más reciente, consulte a la organización o agencia federal que la otorga. Los siguientes son algunos reglamentos
y recomendaciones para el aluminio:
La EPA recomienda un límite de 0.05 a 0.2 miligramos por litro (mg/L) para aluminio en el agua potable. Este límite no está basado
en niveles que pueden afectar a seres humanos o animales, sino que está basado en sabor, olor o color. La OSHA ha determinado que la cantidad
de aluminio en el polvo que respiran los trabajadores no debe exceder 15 miligramos por metro cúbico (mg/m³) de aire. La FDA ha determinado
que el uso de utensilios de cocina de aluminio, láminas de aluminio, desodorantes, antiácidos y otros productos de aluminio generalmente
no constituye riesgo.
Si usted tiene preguntas o preocupaciones, por favor comuníquese con el departamento de salud y calidad ambiental de su comunidad o estado o con la ATSDR a la dirección y número de teléfono que aparecen más abajo.
La ATSDR también puede indicarle la ubicación de clínicas de salud ocupacional y ambiental. Estas clínicas se especializan en la identificación, evaluación y el tratamiento de enfermedades causadas por la exposición a sustancias peligrosas.
Las Reseñas Toxicológicas también están disponibles (en inglés) en Internet en www.atsdr.cdc.gov y en CD-ROM. Usted puede solicitar una copia del CD-ROM que contiene las Reseñas Toxicológicas de la ATSDR llamando
libre de cargos al número de información y asistencia técnica al 1-800-CDCINFO (1-800-232-4636), a través
de correo electrónico al cdcinfo@cdc.gov o escribiendo a:
Agency for Toxic Substances and Disease Registry
Division of Toxicology and Environmental Medicine
1600 Clifton Road NE
Mail Stop F-32
Atlanta, GA 30333
Fax: 1-770-488-4178
Las organizaciones con fines de lucro pueden solicitar copias de las Reseñas Toxicológicas finalizadas a:
National Technical Information Service (NTIS)
5285 Port Royal Road
Springfield, VA 22161
Phone: 1-800-553-6847 or 1-703-605-6000
Website: http://www.ntis.gov/
|