FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 17  Enero-Abril  1985

  FONAIAP   DIVULGA  No.  17                                                                                                       Enero-Abril    1985


Enfermedades Infecciosas en el Ganado Bovino
Prevención y Control

Med.  Vet.  Gonzalo Flores
 



Aproximadamente el 40% de la producción de leche y de los bovinos sacrificados para consumo en el Estado Zulia procede de los rebaños del Distrito Perijá, el cual ocupa una cuarta parte de la superficie total del Estado. Esto revela su importancia productiva y económica en estos renglones, conociéndose la Región Zuliana tradicionalmente como ganadera y de relevancia nacional. No obstante, son cuantiosas las pérdidas económicas ocasionadas a la ganadería por diversas enfermedades. A nivel nacional se estiman anualmente dichas pérdidas en centenares de millones de bolívares. 

Se sabe que la mejor forma de evitar las enfermedades, y por cierto la más económica, es prevenirlas. Afortunadamente para muchas de ellas se cuenta con vacunas, bacterinas y otros productos de uso veterinario, que con un buen programa además de normas sanitarias y de manejo, rinden resultados satisfactorios. La asesoría y la asistencia técnica veterinaria constante contribuyen al diagnóstico, prevención y tratamientos adecuado de las enfermedades y problemas que por una u otra causa pudieran presentarse y en combinación con otros aspectos como el manejo de pastizales, la alimentación, el manejo animal y la reproducción, sin el descuido de la administración, aseguran la rentabilidad de la actividad pecuaria. Debe recordarse que registros adecuados, historias médicas y la inscripción del rebaño en el ROPL garantizan la recolección de información necesaria. Una práctica sanitaria recomendable es la eliminación sistemática en los rebaños, de animales viejos o enfermos y los de poca vitalidad y producción; éstos deberán ser sometidos a tratamiento, siempre y cuando sea económico, de lo contrario su destino será el matadero, donde rendirán una utilidad económica, evitándose así la pérdida total. 

La prevención y control de las enfermedades deben llevarse a cabo en forma programada, más aún si se tiene en cuenta las múltiples formas de los efectos negativos que ellas producen en los animales, tales como: retardo del crecimiento, trastornos de desarrollo y conformación, disminución de la producción de leche, reducción de las ganancias de peso que conlleva a la disminución de la producción de carne, desmejoramiento de la calidad de los animales, lo cual disminuye el valor comercial de los mismos, abortos y esterilidad que frenan el aumento natural de los rebaños, y finalmente la muerte. Todo esto sin dejar de mencionar el peligro de contagio al humano de algunas enfermedades.

Enfermedades reportadas en el distrito Perijá

Durante el transcurso de los años, mediante diagnósticos clínicos y de laboratorio, han sido reportadas diversas enfermedades infecciosas y parasitarias. Entre las infecciosas se encuentran, las diarreas en los becerros, neumoenteritis (bobita), fiebre aftosa, estomatitis vesicular (chinela), rabia paralítica, brucelosis, leptospirosis, septicemia hemorrágica, tuberculosis, mastitis y otras. Entre las parasitarias han sido reportadas parasitosis internas (gastrointestinales, pulmonares, coccidiosis, tripanosomiasis, anaplasmosis, piroplasmosis) y parasitosis externas (gusaneras, garrapatas, sarna). 

A continuación se mencionan medidas de prevención y control de algunas enfermedades infecciosas de importancia en la ganadería bovina del Distrito Perijá.

Enfermedades Infecciosas

1. Inflamación del ombligo: se refiere a la inflamación o infección del cordón umbilical, como también a las gusaneras que se presentan en el ombligo, a consecuencia de una mala práctica de manejo. El origen infeccioso de la enfermedad es muy variado, y puede resultar la puerta de entrada de diversas enfermedades en los becerros, como diarreas, neumonías, enteritis, etc. 

Prevención y control: lo más importante en todo caso, es adoptar la medida higiénica de curación y desinfección del ombligo después del nacimiento, aplicando alguna sustancia antiséptica cicatrizante, como la solución de yodo, y un repelente de moscas o cualquier otro producto comercial destinado a este fin. 

2. Diarreas. Diarrea blanca (curso de leche): se presentan principalmente en los becerros durante las primeras semanas de vida y con mayor frecuencia en las épocas de lluvia, teniendo como origen una inmensa variedad de gérmenes y como causas predisponentes errores de manejo alimenticio (becerros a toda leche) y deficiencias sanitarias (corrales sucios o inadecuados con exceso de becerros), lo que puede ocasionar la muerte en los casos graves. 

Prevención y control: el becerro debe ingerir el calostro durante las primeras horas de nacido y en caso de encontrarse en becerreras, éstas deben ser higiénicas, cómodas y ventiladas. Debe evitarse la sobrealimentación, así como apartar de inmediato a cualquier becerro enfermo. Se debe revisar a las vacas para verificar casos de mastitis y proceder al tratamiento adecuado en la madre y el becerro. Una buena práctica sanitaria es la aplicación de 1 cc intramuscular (i.m.) de Vitaminas AD3E; de 3 a 5 cc i.m. de algún producto comercial que contenga hierro y Vitamina B12; y una dosis de 2 a 4 cc i.m. de antibiótico durante tres o cuatro días. De esta forma se mantiene al becerro mejor preparado ante cualquier infección que pueda presentarse durante sus primeras semanas de vida.

3. Neumoenteritis (Peste boba o bobita): esta enfermedad de gran importancia económica puede ocasionar numerosas muertes en los primeros dos meses de vida de los becerros, sobre todo en épocas lluviosas. En los que sobreviven a la enfermedad ocurre una detención del desarrollo, que puede repercutir a lo largo de su vida. La causa de la enfermedad es muy variada, siendo responsable de la misma diferentes tipos de virus y complicándose por la acción de varios gérmenes secundarios. Además existen también causas predisponentes como ocurre en la diarrea blanca, que provocan un estado de debilidad en los becerros; tales como una higiene inadecuada, la poca ventilación en las becerreras, hacinamiento, mala alimentación, parasitosis y otras. 

Prevención y control: para prevenirla se emplea la vacunación, utilizando bacterinas mixtas comerciales en los primeros tres a cinco días del nacimiento. Debe complementarse con las medidas higiénicas sanitarias preventivas citadas para la diarrea, así como la curación del ombligo después del nacimiento. Los becerros enfermos se tratarán de acuerdo al cuadro que presenten mediante el empleo de antibióticos, sulfas, reconstituyentes, etc. 

4. Septicemia hemorrágica: conocida también como fiebre de transporte, es una enfermedad frecuente en el ganado vacuno, que se presenta en animales de cualquier edad y cuya causa predisponente son las situaciones de tensión (traslados, cambios climatológicos y de disponibilidad alimenticia de verano a invierno}, las cuales provocan una disminución de la resistencia del organismo y se desarrolla la enfermedad originada por bacterias en combinación con un virus, pudiendo provocar la muerte en pocos días, sobre todo en los becerros y animales jóvenes. En vacas puede provocar además abortos. 

En casos crónicos, el animal presenta diarrea sanguinolenta persistente, no come bien, pierde peso, tose constantemente y finalmente, muere al cabo de dos semanas, sino recibe tratamiento. 

La enfermedad suele presentarse de varias formas y en combinación de ellas, así presenta una forma respiratoria neumónica con diarrea sanguinolenta, una forma cutánea edema tosa y otra forma septicémica aguda de evolución mortal muy rápida. 

Prevención y control: es necesario la aplicación de una bacterina comercial a los becerros a partir de la segunda semana de vida, y revacunación cada seis meses según la presentación de la enfermedad en la zona. En los casos de brotes, el reconocimiento temprano de la enfermedad y la separación o aislamiento de los animales enfermos, para la administración de antibióticos y otros medicamentos, son esenciales para un tratamiento adecuado. 

5. Fiebre Aftosa y Estomatitis Vesicula (Chinela): este par de enfermedades vesiculares caracterizadas principalmente por lesiones pódales, en la cavidad bucal preferentemente en la lengua, y también en los pezones, representan grandes pérdidas económicas para la ganadería. Prácticamente la sintomatología de ambas es la misma por lo que normalmente se confunden, siendo necesario para una segura identificación, el diagnóstico de laboratorio. La Aftosa no ataca a los equinos, lo que si ocurre en los casos de Estomatitis, pero esto no es una prueba contundente, por cuanto puede darse el caso de estar presente las dos enfermedades. Ambas enfermedades son producidas por virus que se encuentran en abundancia en la saliva de los animales enfermos, facilitándose así el rápido contagio entre el rebaño. 

Prevención y control: la vacunación es la forma más efectiva para su prevención, a partir de los 31/2 meses de edad, sobre todo en las épocas de lluvia, cuando más se presentan, por estar asociadas en su transmisión con insectos (moscas, mosquitos, zancudos) que ayudan en la propagación de ambas. Debe realizarse cada seis meses para garantizar su efectividad, y podrá acortarse o alargarse este período según la frecuencia en la zona. 

El FONAIAP a través del Instituto de Investigaciones Veterinarias, en Maracay, produce las vacunas utilizadas para la prevención de la Aftosa y de la Estomatitis Vesicular, elaboradas con los tipos de virus presentes en el país y con tecnología propia. 

Como medidas de higiene al presentarse la enfermedad, deben protegerse los animales sanos de inmediato, y el personal y los útiles empleados en el tratamiento o manejo de los animales enfermos deben ser desinfectados (agua de cal o productos comerciales).

En caso de ser posible deberán aislarse los animales enfermos y sospechosos, de los sanos. Como es lógico deberán combatirse los insectos. 

Complementando estas medidas, deberá evitarse la movilización de animales enfermos, o provenientes de lugares afectados. Así mismo, para ayudar a la recuperación de los animales afectados es conveniente la aplicación de reconstituyentes, estimulantes y/o Vitamina A. En caso de complicaciones bacterianas secundarias, están indicados los antibióticos. 

6. Rabia Paralítica: enfermedad ésta de alta peligrosidad por su alto porcentaje de mortalidad, y por su transmisión al humano, por lo cual es de mucho cuidado y debe controlarse sistemáticamente mediante la vacunación de todo el efectivo animal, cada ocho meses. En ocasiones se presentan brotes de rabia debido al abandono de las vacunaciones, bien por olvido en el tiempo o por deficiencias de la vacuna en el mercado. A partir de 1981 se introdujo una nueva vacuna comercial que confiere una inmunidad mayor que las existentes hasta el momento, sin embargo, la revacunación anual es muy importante. 

Prevención y control: como se sabe la rabia no tiene tratamiento efectivo, por lo que se depende exclusivamente de la vacunación, la cual debe iniciarse a partir de los cuatro meses de edad.

Está comprobado el papel transmisor del virus rábico que tienen los murciélagos hematófagos o vampiros, por lo que las campañas permanentes de eliminación de murciélagos deberían aportar una mayor contribución en la lucha contra esta peligrosa enfermedad. 

7. Brucelosis: debido al riesgo de infección de los seres humanos, por su importancia económica y su repercusión en la reproducción, deben realizarse los diagnósticos de esta enfermedad. 

La enfermedad es producida por gérmenes del género Brucella, que se introducen en el animal, generalmente por la vía digestiva mediante el consumo de alimentos contaminados. Igual ocurre en el hombre con la leche cruda y sus derivados sin pasteurizar . 

Prevención y control: la mejor forma de prevenirla es la vacunación, ésta debe realizarse con CEPA 19 en terneras con edades entre los tres y ocho meses de edad, considerándose ésta la mejor época para el desarrollo de una completa inmunidad que permanece relativamente constante a través de su vida, por lo cual no se hace necesaria la revacunación . 

Un buen control sistemático se realiza mediante pruebas diagnósticas anuales, de todos los animales adultos de ambos sexos del rebaño, lo cual ayuda a detectar y eliminar los animales enfermos. En el caso de novillas y toretes preferiblemente antes de entrar a servicio. Con las muestras de sangre tomadas se realizan pruebas serológicas, de seroaglutinación, método éste bastante práctico para el diagnóstico de esta enfermedad. Esta prueba deberá repetirse a las hembras que no quedaron preñadas, a las que abortaron o que tuvieron problemas después del parto. Deben atenderse las indicaciones del profesional que realice dichas pruebas, enviando a sacrificio los reactores positivos. 

Con la implementación de programas de inseminación artificial es posible disminuir y controlar la brucelosis, que como se sabe, es una enfermedad que se transmite por contacto sexual, entre otras formas. 

Una buena medida preventiva, es asegurarse que los animales que se introduzcan a las fincas estén libres de la enfermedad, evitándose así el contagio de los rebaños; esto se logra mediante el diagnóstico serológico. 

Se deben utilizar toros sanos y evitar su uso en otras fincas. Deberán quemarse, o enterrarse profundamente las crías muertas y las placentas, cubriéndolas con cal viva, para no contaminar los pastos. 

La brucelosis no tiene tratamiento específico efectivo hasta ahora, que resulte económico.

8. Mastitis: es un problema grave en nuestro medio por estar muy difundida en los rebaños, lo cual representa un freno económico debido a que disminuye la producción total de leche. Puede presentarse en cualquier momento, aumentando en las épocas de lluvias, y con mayor frecuencia en vacas de varios partos, o en las de mejor producción. Es causada por gran cantidad de gérmenes y predispuesta por ordeños incompletos, golpes, heridas, etc. 

Prevención y control: la prevención y control de la mastitis es un punto esencial en la planificación de un programa sanitario para rebaños lecheros. Básicamente la prevención de esta enfermedad se efectúa mediante las siguientes medidas de higiene y manejo: 

a) Recomendaciones para los ordeñadores: 

  • Desinfección de manos, ubres y pezones antes del ordeño de cada vaca.

  • Ordeñar a fondo ya intervalos regulares, y sumergir los pezones en una solución desinfectante 
    después de cada ordeño.

  • Ordeñar si fuera posible en el siguiente orden: 1) vacas jóvenes; 2) vacas viejas y 3) vacas con mastitis.

  • Evitar derrames de leche de vacas con mastitis en la vaquera, y tampoco usarla para mojar las ubres
    de otras vacas.

  • Informar los casos de vacas enfermas o con signos de mastitis (ubres duras, adoloridas, leche grumosa)
    para su debido tratamiento. Lavar, desinfectar y curar inmediatamente cualquier herida de las ubres.

 b) Otras recomendaciones: 

  • Combatir las moscas y otros insectos.

  • Prestar atención especial a las vacas de primer parto para detectar cualquier infección y tratarlas a tiempo.

  • Eliminar los animales que no responsan al tratamiento y aislar los casos sobreagudos para su control.

  • Es recomendable determinar el tipo de mastitis más común, lo cual podrá realizar el veterinario mediante cultivo de leche y de esta manera conocer cuál es el antibiótico más efectivo para el tratamiento.

  • La práctica de aplicar un antibiótico de amplio espectro por vía intramamaria a las vacas que se sequen es aconsejable, como también la utilización de bacterinas mixtas como preventivo antes del parto.

  • Debe recordarse que la leche de una vaca tratada con antibióticos no debe ser utilizada para consumo humano, por lo menos durante los cuatro días siguientes al último día de tratamiento.

  • Lavar y desinfectar todos los implementos y equipos que hayan estado en contacto con leche de vacas con mastitis.

  • Evitar el uso de ordeño mecánico, en vacas con mastitis.

La implementación de un Programa Sanitario presentado en el cuadro 1, el cual abarca las principales enfermedades y la forma de prevenirlas, debe mejorar las condiciones en cualquier explotación bovina, mas aún si se complementa con medidas de manejo integral.

CUADRO 1. PROGRAMA SANITARIO.

Enfermedad a prevenir

Edad del animal

Prevención

Diarreas

Primeras semanas de vida

Ingestión de calostro

Neumoenteritis (Bobita)

Segundo - tercer día de nacido.
Revacunación en casos necesarios

Bacterina Mixta Comercial

Septicemia hemorrágica

Décimo día de nacido.
Revacunación cada seis meses según incidencia.

Bacterina Comercial

Parasitosis internas (gastrointestinales y pulmonares)

Segundo mes; séptimo mes o al deste. Luego dos veces al año como mínimo.

Antiparasitario Comercial

Septicemia hemorrágica
Carbón sintomático
Edema maligno

Tercer mes.
No requiere de revacunación, excepto para Septicemia.

Bacterina Triple Comercial

Fiebre Aftosa y/o
Estomatitis Vesicular

Tres y medio meses
Revacunar cada cuatro o seis meses según incidencia y periodo de lluvias.

Vacunas MAC - FONAIAP

Brucelosis

Cuarto mes
(becerras entre los tres y ocho meses)
No requiere de revacunación

Vacuna CEPA 19 Comercial y MAC - FONAIAP

Rabia paralítica

Cuatro y medio meses
Revacunar cada 8 - 10 meses

Vacuna comercial

Parasitosis externas
(garrapatas, moscas, etc)

Jóvenes y adultos
Control mensual según frecuencia

Garrapaticidas y otros insecticidas

Tripanosomiasis

Jóvenes y adultos

Prolifáctico comercial
Garrapaticida

Anaplasmosis y Piroplasmosis

Jóvenes y adultos

Premunición
Vacuna - Garrapaticidas

Mastitis

Vacas

Normas de higiene y manejo
Antibióticos preventivos
Bacterinas Mixtas