Tratamiento de pacientes de edad avanzada
Como otros adultos, los pacientes de edad avanzada requieren una evaluación completa
y un control intensivo del dolor. Sin embargo, estos pacientes corren el
riesgo de no recibir suficiente tratamiento para el dolor debido a que se
subestima su sensibilidad al dolor, se espera que ellos toleren bien el dolor y
debido a conceptos erróneos acerca de su capacidad de beneficiarse del uso de los
opioides. Los puntos para evaluar y tratar el dolor de cáncer en pacientes de
más edad incluyen:
- Enfermedades crónicas y múltiples fuentes del dolor.
La edad y los complejos regímenes de medicación los pone en mayor riesgo de sufrir
de la acción recíproca de un fármaco con otro y de un fármaco con una enfermedad.
- Impedimentos visuales, auditivos, motores y cognitivos.
Es posible que esté impedido el uso de instrumentos análogos sencillos
descriptivos, numéricos y visuales de evaluación del dolor. Los pacientes
impedidos cognitivamente pueden requerir escalas más simples y evaluaciones
más frecuentes del dolor.
- Efectos secundarios de los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE).
Aunque sean eficaces solos o como adjuntos a los opioides, es más probable que
los AINE causen toxicidad renal y gástrica y otras reacciones de fármacos como
son el impedimento cognitivo, el estreñimiento y los dolores de cabeza en
pacientes de edad avanzada. Se debe tener en cuenta los otros AINE (por ejemplo, el
trisalicilato de colina y magnesio) o la administración conjunta de los AINE con
misoprostol para reducir la toxicidad gástrica.
- Eficacia de los opioides.
Las personas de edad avanzada tienden a ser más sensitivas a los efectos analgésicos y
depresivos del sistema nervioso central característicos de los opioides. Por lo general, el efecto
máximo de los opioides es más elevado y el alivio del dolor puede durar más
tiempo.
- Analgesia controlada por el paciente.
La eliminación más lenta del fármaco y una mayor sensibilidad a los efectos
indeseables del fármaco (por ejemplo, deterioro cognitivo) indican la
necesidad de una dosificación inicial cautelosa y de valoración y vigilancia
subsiguientes de infusiones parenterales continuas.
- Otras vías alternas de administración.
Aunque es útil para los pacientes que tienen náuseas y vómito, la vía rectal
puede ser inapropiada para pacientes de edad avanzada o débiles que son físicamente
incapaces de ponerse el supositorio en el recto.
- Control posoperatorio del dolor.
Después de la cirugía, los cirujanos y otros miembros del equipo médico deberán
mantener un contacto directo frecuente con el paciente anciano para revaluar la
calidad del control del dolor.
- Cambio de situación.
Cada vez que se mueva al paciente de edad avanzada (por ejemplo, del hospital a la casa o
al asilo de ancianos) se debe revaluar las estrategias para el control del dolor
y hacer los ajustes apropiados.
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