Debido a que muchos pacientes no pueden resistir la mieloablación, los investigadores clínicos están estudiando la viabilidad de regímenes no mieloablativos de intensidad reducida. Antes de infundir las células madre (troncales) formadoras de sangre donadas, el paciente recibe quimioterapia y/o radioterapia de dosis baja o de dosis estándar. Después de ello, se le administra al (a la) paciente fármacos (medicamentos) esteroides inmunosupresores para ayudar a prevenir que el cuerpo rechace el trasplante. Algunas veces el paciente también recibe una infusión de células inmunes donadas (glóbulos blancos del mismo donador que proporcionó las células madre) para aumentar el ataque del injerto sobre el cáncer del paciente (beneficio de injerto vs. tumor).
Este enfoque es nuevo, por lo que los investigadores clínicos no tienen datos extensos sobre su efectividad. La enfermedad de injerto contra el huésped ocurre algunas veces. Hasta el momento, las tasas de enfermedad de injerto vs. huésped utilizando este enfoque son similares a aquéllas después de los regímenes de acondicionamiento con dosis altas, pero el inicio frecuentemente se retrasa por semanas y meses. Las compañías de seguros y los administradores de Medicare, que consideran a los trasplantes con intensidad reducida como experimentales, frecuentemente no los cubren.
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