Decisiones en la etapa final de la vida
El cuidado de la persona con cáncer comienza a partir del diagnóstico y aparición de los síntomas y continua hasta que el paciente entra en remisión, se cura o fallece. (Para mayor información, consultar los sumarios del PDQ sobre la Etapa final de la vida y Pérdida, pena y duelo.) Esta preparación para la etapa final debe comenzar tan pronto se recibe el diagnóstico y antes de que surja la necesidad de tomar medidas apresuradas. Estos asuntos no son placenteros ni fáciles de pensar, pero planificarlos ayuda a aliviar la carga que tienen los familiares al verse obligados a tomar decisiones por el paciente en momentos en que probablemente estén muy afligidos emocionalmente.
El punto de vista del paciente puede reflejar sus valores filosóficos, morales, religiosos o espirituales. Si la persona tiene determinadas ideas sobre la muerte, debe darlas a conocer para que se tomen las decisiones de lugar. Debido a que estos asuntos son delicados, generalmente no son tocados por el paciente, familiares o médicos. Generalmente las personas piensan que más luego habrá tiempo para hablar sobre esto. Muchas veces, sin embargo, cuando se presenta la necesidad de tomar decisiones, estas deberán ser tomadas por personas que desconocen los deseos del paciente. El paciente deberá hablar con su médico y las personas a cargo de su cuidado sobre sus decisiones sobre la resucitación tan pronto como le sea posible (por ejemplo, en el momento de ingresar al hospital); ya que el paciente puede no estar capacitado para tomar estas decisiones más tarde. Las instrucciones por adelantado aseguran que los deseos del paciente sean conocidos a tiempo. (Ver la sección sobre Evaluación legal para mayor información sobre estos formularios.)
Es importante discutir estos asuntos, sea que el paciente esté siendo atendido en su casa, en el hospital, residencia de ancianos, centro de cuidados paliativos o algún otro lugar.
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