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Trastorno por ansiedad (PDQ®)
Versión Paciente   Versión Profesional De Salud   In English   Actualizado: 04/23/2009



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Descripción y etiología

Trastornos de adaptación
Trastornos relacionados con el pánico
Fobias
Trastornos obsesivo-compulsivos
Trastorno por tensión postraumática
Trastornos por ansiedad generalizada
Trastornos por ansiedad causados por otras afecciones médicas generales

Los pacientes que presentan los siguientes síntomas pueden estar padeciendo un trastorno específico por ansiedad que ya estaba presente antes de que enfermaran con cáncer y que reaparece debido al estrés del diagnóstico y el tratamiento: temor intenso, incapacidad para captar información o incapacidad para cooperar durante los procedimientos médicos. Los síntomas somáticos incluyen disnea, transpiración, mareos y palpitaciones. Los pacientes con cáncer pueden padecer de los siguientes trastornos por ansiedad: trastornos de adaptación, pánico, fobias, trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos por estrés postraumático, trastornos por ansiedad generalizada o trastornos por ansiedad causados por otras afecciones médicas generales. Estos pacientes están preocupados por sus síntomas y generalmente no rechazan las intervenciones conductuales y psicofarmacológicas.[1]

Trastornos de adaptación

Los trastornos de adaptación se diagnostican en pacientes que manifiestan comportamientos de inadaptación o cambios en el estado de ánimo en respuesta a un estresante identificado. Los comportamientos de mala adaptación o cambios en el estado de ánimo incluyen nerviosismo intenso, preocupación, miedo y deficiencia en el funcionamiento normal, como la incapacidad para trabajar, asistir a la escuela, o relacionarse con otros. Estos síntomas son adicionales a las reacciones normales al cáncer y se presentan en un plazo de 6 meses después del incidente estresante; sin embargo, esto puede ser difícil de determinar en los pacientes con cáncer, donde el estresante es un factor constante. Los pacientes diagnosticados con un trastorno de adaptación en general no tienen antecedentes de otros trastornos psiquiátricos. Sin embargo, los pacientes con otros trastornos crónicos, posiblemente hayan tenido problemas anteriores de adaptación en sus vidas, que reaparecerán en el entorno del cáncer. Los trastornos de adaptación son comunes entre los pacientes con cáncer, en particular en momentos críticos como en un examen de diagnóstico, un diagnóstico o una recaída. La mayoría de los pacientes con trastornos de adaptación responden al lenguaje tranquilizador, las técnicas de relajación, dosis bajas de benzodiacepinas de acción corta y programas de apoyo y educación.[2,3] (Para mayor información consultar el sumario del PDQ sobre la Adaptación normal y sus trastornos.)

Trastornos relacionados con el pánico

La ansiedad intensa es el síntoma predominante en los trastornos relacionados con el pánico, aunque también pueden darse síntomas somáticos graves. Estos síntomas incluyen disnea, mareos, palpitaciones, temblores, diaforesis, náusea, sensaciones de cosquilleo, o temor a volverse loco. Los ataques o períodos discretos de malestar intenso pueden durar varios minutos u horas. Los pacientes con ataques de pánico a menudo comienzan con síntomas que pueden ser difíciles de diferenciar de otros trastornos médicos, aunque si se sabe que el paciente ha tenido antecedentes de trastorno de pánico, esto puede ayudar a clarificar el diagnóstico. El pánico en pacientes con cáncer se controla generalmente con benzodiacepinas y medicamentos antidepresivos.[1]

Fobias

Las fobias son temores persistentes a objetos o situaciones circunscritas que hacen que la persona los evite. Las personas con fobias experimentan generalmente ansiedad intensa y evitan situaciones que potencialmente les puedan provocar miedo. Las fobias se presentan en los pacientes con cáncer de varias maneras, por ejemplo en forma de temor a ver sangre o lesiones en los tejidos (también conocido como fobia a las agujas) o claustrofobia (por ejemplo, durante una exploración de imaginología por resonancia magnética). Las fobias pueden complicar los procedimientos médicos y dar lugar al rechazo de una intervención médica o a las pruebas necesarias.[1]

Trastornos obsesivo-compulsivos

Los trastornos obsesivo-compulsivos se caracterizan por pensamientos, ideas o imágenes persistentes (obsesiones) y por acciones repetitivas, que tienen un propósito o intención (compulsiones) que realiza una persona para controlar la intensidad de su aflicción. Para satisfacer los requisitos de diagnóstico de un trastorno obsesivo-compulsivo, los pensamientos obsesivos y los comportamientos compulsivos deben ocupar mucho tiempo en la mente del paciente y crear tal distracción que dificulten la capacidad de la persona para desempeñarse en situaciones laborales, académicas o sociales. Los pacientes de cáncer con antecedentes de trastornos obsesivo-compulsivos pueden comenzar a presentar comportamientos compulsivos como lavarse las manos, revisar todo varias veces o contar, hasta tal punto que no pueden cumplir con el tratamiento. En tales pacientes, la preocupación normal acerca del diagnóstico de cáncer y su pronóstico puede convertirse en síntomas totalmente obsesivo-compulsivos y provocar una grave incapacidad. Los trastornos obsesivo-compulsivos por lo general, se controlan con medicamentos antidepresivos serotonérgicos (inhibidores selectivos de reabsorción de la serotonina y clomipramina) y sicoterapia cognoscitiva-conductual. Este trastorno es poco común en pacientes con cáncer que no tienen antecedentes premórbidos.

Trastorno por tensión postraumática

El trastorno por estrés o tensión postraumática se diagnostica cuando una persona vuelve a experimentar un suceso traumático con evocaciones, sueños, escenas retrospectivas, o alucinaciones perturbadoras e indeseadas. Aunque la definición de un suceso traumático se centra en las experiencias humanas fuera de la gama de lo normal (por ejemplo, combates militares, torturas y desastres naturales), el diagnóstico de una enfermedad potencialmente mortal cumple ahora los requisitos para ser considerada un factor estresante traumático.[4] Además, la experiencia de una hospitalización o un tratamiento doloroso también puede reactivar recuerdos traumáticos. Los pacientes con cáncer que presentan trastornos por estrés postraumático pueden tornarse muy ansiosos antes de la cirugía, la quimioterapia, los procedimientos médicos dolorosos o los cambios de vendajes. Los medicamentos ansiolíticos administrados en preparación para el tratamiento pueden fomentar la adaptación y reducir la angustia. Sin embargo, no existen medicamentos que hayan mostrado de forma sistemática, ser los más eficaces, ni que se hayan estudiado en otras poblaciones de pacientes con trastornos por estrés postraumático. La psicoterapia sigue siendo el tratamiento preferido. (Para mayor información, consultar la sección sobre las Consideraciones postratamiento y el sumario del PDQ sobre el Trastorno por tensión postraumática.)

Trastornos por ansiedad generalizada

Los trastornos por ansiedad generalizada se caracterizan por una ansiedad continua, poco realista y excesiva, y preocupación acerca de dos o más aspectos de la vida. Algunos ejemplos son los temores del paciente de que nadie los cuidará, a pesar de contar con apoyo social adecuado, y el temor de agotar sus ahorros, aunque tienen seguro y cobertura financiera adecuada. Con frecuencia, un trastorno por ansiedad generalizada viene precedido de un episodio de depresión grave. Los trastornos por ansiedad generalizada se caracterizan por tensión motriz (excitación, tensión muscular y fatiga), hiperactividad autonómica (disnea, palpitaciones del corazón, transpiración y mareos) o vigilancia durante las exploraciones (sentimientos de nerviosismo e irritabilidad, y sobresaltos exagerados).

Trastornos por ansiedad causados por otras afecciones médicas generales

Posibles causas de ansiedad*
Problema médico   Ejemplos 
*Adaptado de Massie.[5]
Dolor mal controlado Medicamentos para el dolor que no resultan suficientes o no se administran cuando se necesitan.
Estados metabólicos anormales Hipoxia, embolia pulmonar, sepsis, delirio, hipoglucemia, hemorragia, oclusión coronaria, o insuficiencia cardiaca.
Tumores secretores de hormonas Feocromocitoma, adenoma o carcinoma tiroideo, adenoma paratiroideo, tumores que producen corticotropina e insulinoma.
Medicamentos generadores de ansiedad Corticosteroides, neurolépticos usados como antieméticos, tiroxina, broncodilatadores, estimulantes beta-adrenérgicos, antihistamínicos y benzodiacepinas (a menudo se ven reacciones paradójicas en personas mayores de edad).
Enfermedades generadoras de ansiedad Síndrome de abstinencia de sustancias (por ejemplo, alcohol, opioides o sedantes-hipnóticos).

Las causas de ansiedad en los pacientes de cáncer pueden incluir otros factores médicos como dolor incontrolado, estados metabólicos anormales (por ejemplo, hipercalcemia o hipoglucemia) y tumores productores de hormonas. Los pacientes con dolor fuerte están ansiosos e inquietos, y la ansiedad puede potenciar el dolor. Para controlar adecuadamente el dolor, se debe tratar la ansiedad del paciente.[6,7]

Un ataque agudo por ansiedad puede ser precursor de un cambio en el estado metabólico o de otro imprevisto médico inminente como un infarto miocárdico, una infección o una neumonía. La sepsis y las anomalías de los electrólitos también pueden causar síntomas de ansiedad. La ansiedad súbita con dolor en el tórax o dificultad respiratoria puede ser un indicador de embolismo pulmonar. Los pacientes hipóxicos pueden presentar ansiedad, al tener miedo de que se estén asfixiando.

Muchos medicamentos pueden precipitar la ansiedad en las personas enfermas. Por ejemplo, los corticosteroides pueden producir excitación motriz, nerviosismo y manía, así como depresión e ideas de suicidio. Los broncodilatadores y estimulantes de los receptores B-adrenérgicos empleados para tratar enfermedades respiratorias crónicas pueden causar ansiedad, irritabilidad y temblores. La acatisia, excitación motriz acompañada de sentimientos subjetivos de angustia, es un efecto secundario de los medicamentos neurolépticos, que se emplean generalmente para controlar la emesis. El síndrome de abstinencia de opioides, benzodiacepinas, barbitúricos, nicotina y alcohol puede dar lugar a ansiedad, nerviosismo y comportamientos que pueden ser problemáticos para el paciente que está en tratamiento activo.

Los tumores localizados en ciertos sitios pueden producir síntomas que se asemejan a los trastornos por ansiedad. Los feocromocitomas y los microadenomas pituitarios pueden manifestarse como episodios de pánico y ansiedad.[8] Los cánceres pancreáticos que no secretan hormonas pueden causar síntomas de ansiedad. Los tumores primarios del pulmón y las metástasis al pulmón a menudo podrían causar disnea, que puede provocar ansiedad.

Bibliografía

  1. Razavi D, Stiefel F: Common psychiatric disorders in cancer patients. I. Adjustment disorders and depressive disorders. Support Care Cancer 2 (4): 223-32, 1994.  [PUBMED Abstract]

  2. Forester B, Kornfeld DS, Fleiss JL, et al.: Group psychotherapy during radiotherapy: effects on emotional and physical distress. Am J Psychiatry 150 (11): 1700-6, 1993.  [PUBMED Abstract]

  3. Jevne RF: Looking back to look ahead: a retrospective study of referrals to a cancer counseling service. Int J Adv Couns 13 (1): 61-72, 1990. 

  4. American Psychiatric Association.: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders: DSM-IV. 4th ed. Washington, DC: American Psychiatric Association, 1994. 

  5. Massie MJ: Anxiety, panic, and phobias. In: Holland JC, Rowland JH, eds.: Handbook of Psychooncology: Psychological Care of the Patient With Cancer. New York, NY: Oxford University Press, 1989, pp 300-9. 

  6. Velikova G, Selby PJ, Snaith PR, et al.: The relationship of cancer pain to anxiety. Psychother Psychosom 63 (3-4): 181-4, 1995.  [PUBMED Abstract]

  7. Glover J, Dibble SL, Dodd MJ, et al.: Mood states of oncology outpatients: does pain make a difference? J Pain Symptom Manage 10 (2): 120-8, 1995.  [PUBMED Abstract]

  8. Wilcox JA: Pituitary microadenoma presenting as panic attacks. Br J Psychiatry 158: 426-7, 1991.  [PUBMED Abstract]

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