Preguntas más frecuentes
Preguntas que más hacen nuestros visitantes.
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¿Cuánta lluvia cae en el bosque pluvial?
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¿De dónde proviene tanta agua?
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¿Hay culebras en el Bosque Nacional El Yunque?
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¿Aún se puede encontrar oro en los ríos del Bosque Nacional El Yunque?
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¿Por qué no hay animales grandes en el Bosque Nacional El Yunque?
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He oído que "llueven ranas" en el Bosque Nacional El Yunque. ¿Es cierto?
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¿Por qué la Cotorra Puertorriqueña está prácticamente extinta?
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¿Se han visto "extraterrestres" en el bosque?
¿Cuánta lluvia cae en el bosque pluvial?
Esto depende de la parte del bosque donde se encuentre. Por lo general, mientras
más alto esté en el bosque, más lluvia caerá. La cantidad máxima de lluvia que ha caído en las partes más elevadas del bosque es de más de 250 pulgadas (635 centímetros) al año, mientras que en las elevaciones más bajas sólo cae entre 50 y 60 pulgadas (120-150 centímetros). Para ver las lecturas de lluvia actuales para áreas específicas del bosque, refiérase a nuestro Mapa de Precipitación.
¿De dónde proviene tanta agua?
El agua proviene de la lluvia, llega al bosque traída por los vientos
alisios. Los Vientos Alisios, con su aire húmedo, soplan desde África
hacia el oeste, por encima del Océano Atlántico y del Mar Caribe.
Estas corrientes de aire constantes eran las que llenaban las velas de las barcos
que llevaban carga entre Europa y África y el Nuevo Mundo. Cuando las
nubes de los vientos alisios alcanzan las montañas, como las del Bosque Nacional El Yunque, se ven obligadas a subir por la pendiente. Mientras el aire
húmedo sube, se enfría y se condensa formando gotas de lluvia que
caen sobre el bosque. Este fenómeno se conoce como lluvia "orográfica" y
produce gran parte de la lluvia que recibe el bosque cada año. Se estima
que el índice de precipitación promedio (120 pulgadas-304 centímetros
al año) produciría 160,000 millones de galones (605,000 millones
de litros) al año, lo suficiente para proveer de agua por dos años
al municipio de San Juan, cuya población es de medio millón de
personas.
¿Hay culebras en el Bosque Nacional El Yunque?
Sí, existen 5 ó 6 especies de culebras que viven en el bosque.
Por lo general, no se ven, no son venenosas, ni resultan peligrosas para los
humanos. La más grande de éstas es la Boa de Puerto Rico que puede
alcanzar hasta 6 pies (casi dos metros) de largo. Es un depredador que trepa árboles
y que caza por las noches animales pequeños y huevos de aves. A veces,
se le puede ver durante el día en las elevaciones más bajas, enrollado
y dormido. Las otras especies de culebras que se encuentran en el bosque son
mucho más pequeñas y no trepan árboles, por lo que son más
difíciles de encontrar. Para leer más sobre la Boa de Puerto Rico
vea Vida Silvestre en el BNEY-Noviembre 2002.
¿Aún se puede encontrar oro en los ríos del Bosque Nacional El Yunque?
Si, pero no espere hacerse rico buscándolo. Los estimados varían, pero a lo sumo, no espere recoger más de US$2.00 por todo un día de trabajo arduo. En otra época, se extraía el oro de las arenas de ríos como el Mameyes que cursa paralelo a la carretera PR 191 camino hacia el Bosque Nacional El Yunque, pero nunca se pudo descubrir la fuente del oro por lo que, con el tiempo, se descontinuaron los trabajos.
¿Por qué no hay animales grandes en el Bosque Nacional El Yunque?
La isla de Puerto Rico se formó por actividad volcánica durante
el periodo Triásico. Emergiendo del Mar Caribe, no tenía un puente
de tierra con ningún continente. Por consiguiente, los animales de Puerto
Rico (y los del Bosque Nacional El Yunque) originalmente llegaron a la isla
nadando, flotando o volando, por cual eran de tamaños más pequeños
que los que se encuentran en los grandes continentes. Los mamíferos más
grandes del bosque son las ratas, los murciélagos y las mangostas (véase
Vida Silvestre del BNEY). Hay un reptil, la Boa de Puerto Rico, que puede alcanzar
hasta 6 pies (casi 2 metros) de largo, pero no presenta ningún peligro
para los humanos. Ninguno de los animales del bosque, grandes o pequeños
(incluyendo los insectos) son venenosos. Las picada de las tarántulas,
los escorpiones y los ciempiés que se encuentran el bosque pueden ser
venenosas (similares a una picada de abeja) pero tan sólo son peligrosas
para las personas alérgicas a éstas.
He oído que "llueven ranas" en el Bosque Nacional El Yunque. ¿Es cierto?
De hecho, esta leyenda interesante sobre el bosque que involucra al coquí puertorriqueño
(Eleutherodactylus coqui) está basada en hechos científicos. En
las temporadas del año que la humedad es alta, el pequeño coquí se
trepa al dosel del bosque, a veces subiendo hasta 100 pies de altura (30 metros).
Los depredadores, como la tarántula, prevén esta conducta y se
quedan quietos esperando a las ranas. Los depredadores capturan muchas de las
ranas cuando éstas están subiendo. En vez de regresar a la superficie
por el mimo camino peligroso, los coquíes sobrevivientes prefieren tirarse
al aire. De esta manera evitan a sus depredadores en la caída. Las pequeñas
ranas son muy livianas, así que llegan intactos hasta el piso del bosque.
Si tiene la suerte de sentarse bajo un árbol en el que esto esté pasando,
en efecto, "caerá una lluvia" de pequeñas ranas sobre
su cabeza. Para leer más sobre el coquí, ojee la sección
Vida Silvestre del BNEY.
¿Por qué la Cotorra Puertorriqueña está prácticamente extinta?
La Cotorra Puertorriqueña (Amazona vittata) es nativa de la isla. Cuando
Cristóbal Colón llegó a la isla en su segundo viaje de exploración
en 1493, estas aves eran muy comunes a través de toda la isla. Esta cotorra
es un ave de bosque que requiere de grandes troncos de árboles huecos
para anidar. Como los conquistadores originales cortaron muchos árboles
para hacer espacio para fincas, las cotorras se retiraron gradualmente a los
bosques que restaban. Durante los siglos siguientes, se cree que el 85% de la
isla se ha deforestado. Las cotorras solo encontraban los grandes árboles
que necesitaban para anidar en el protegido Bosque Nacional El Yunque. La población
de cotorras disminuyó considerablemente hasta que se pasaron leyes que
prohibían la caza de éstas en el bosque. En 1968, la Cotorra Puertorriqueña
se incluyó en la Lista Federal de Especies en Peligro de Extinción,
comenzando un esfuerzo colaborativo para recuperar esta importante especie entre
el Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el Servicio
Federal de Pesca y Vida Silvestre, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales
del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
La continua disminución de la población de cotorras se debe a varios
factores: la competencia por nidos con el Zorzal Pardo, un ave agresiva que ha
invadido el hábitat principal de las cotorras, una aumento de abejas de
miel que se han establecido en muchos de los árboles de Palo Colorado
que son idóneos para que las cotorras aniden y por varias otras razones.
En el Bosque Nacional El Yunque se ha creado un aviario de cotorras administrada
por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre federal. En ésta, se incuban
huevos de cotorra, se preparan los pichones que se crían en cautiverio
para que puedan vivir en el bosque y, posteriormente se liberan. La población
actual en el bosque es de menos de 50 aves, pero, cada año, se liberan
individuos y parejas criados en cautiverio y su índice de supervivencia
es alentador. Para más información sobre la cotorra de Puerto Rico,
refiérase a Vida Silvestre en el BNEY-Agosto 2004.
¿Se han visto "extraterrestres" en el bosque?
No existe prueba científica de que "extraterrestres" hayan "visitado" el
Bosque Nacional El Yunque. Sin embargo, el folclor local ha mantenido esta historia
viva durante años. Los "extraterrestres" que visitan el bosque
se pueden explicar de una forma muy razonable. Desde comienzos de la década
de 1960 hasta no hace mucho tiempo atrás, la Marina de Estados Unidos
mantuvo una Estación de Seguimiento Electrónico en el Pico del
Este, una parte del Bosque Nacional El Yunque con vista a mucho de las carreteras
y los pueblos del noreste de Puerto Rico. Durante la noche, las luces de la estación
que se ven desde abajo durante los ejercicios militares, arrojan un resplandor
misterioso sobre la cima de la montaña, lo que, probablemente, alimentó la
leyenda. Sin embargo, sólo los animales del bosque saben toda la historia
detrás de estos supuestas visitas nocturnas de extraterrestres y, hasta
el momento, lo han guardado en secreto.
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