La transcripción completa:
Estaba tan feliz de estar allí. Por fin el sueño se había convertido en realidad, porque como ustedes saben nuestro sueño era tener una tierra propia. Y por fin llegué. Recuerdo cuando caminaba por las calles de Tel Aviv y veía las inscripciones en hebreo. ¡Cielos! Era como un sueño. Cuando llegué a Jerusalén era la época de Hanukkah, en las vidrieras de las tiendas había Hanukkiot, los candelabros que se utilizan para el Hanukkah con velas, y de repente volvieron a mí los recuerdos de mi infancia, de mi abuela, porque durante los cinco años de la guerra no celebré ninguna festividad judía. De repente estaba de vuelta y tenía que volver a cambiar mi imagen. Primero tuve que pasar de ser una muchacha judía a ser una muchacha polaca. Ahora, tenía que deshacerme de la piel polaca y volver a meterme en mi piel judía. Estos procesos psicológicos no son sencillos. |