Aspectos generales de las opciones de tratamiento
El tratamiento de los linfomas relacionados con el síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (SIDA) presenta el reto de integrar la terapia apropiada para el estadio y el subconjunto histológico de linfoma maligno con las limitaciones impuestas
por la infección del VIH, la cual hasta la fecha se considera una enfermedad crónica incurable.[1] Además de la
terapia antitumoral, los elementos esenciales de una estrategia terapéutica
óptima contra el linfoma no Hodgkin incluye terapia antirretroviral superactiva, profilaxis
para infecciones oportunistas y reconocimiento y tratamiento rápidos de las
infecciones concurrentes.[2] Los pacientes con reacción positiva al VIH e
inmunodeficiencia subyacente tienen poca reserva de médula ósea, lo cual compromete
de ese modo el potencial para la intensidad de la dosis de fármacos. Hay un
riesgo de infección oportunista intercurrente, que también puede conducir a una
disminución en la entrega de los fármacos. Además, la quimioterapia misma
compromete el sistema inmune y aumenta así la probabilidad de infección
oportunista.
Bibliografía
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Levine AM: Acquired immunodeficiency syndrome-related lymphoma: clinical aspects. Semin Oncol 27 (4): 442-53, 2000.
[PUBMED Abstract]
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Tirelli U, Bernardi D: Impact of HAART on the clinical management of AIDS-related cancers. Eur J Cancer 37 (10): 1320-4, 2001.
[PUBMED Abstract]
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