El año en que le toca a su hijo ingresar en la escuela secundaria media (middle o junior high school) es una época estimulante y a la vez difícil. Su hijo es sólo uno de tantos otros estudiantes y desea con gran urgencia integrarse o formar parte de la gran comunidad de estudiantes. Debido a que sus hijos ya pueden estar observando a los estudiantes mayores usar el alcohol, el tabaco y otras drogas y les puede parecer muy "de onda" o de moda y que eso demuestra gran seguridad en sí mismos, existe la posibilidad de que caigan en la tentación de probar la droga también. El índice de consumo de drogas sube en forma radical durante el primer año de la escuela secundaria media.
Para ayudar a sus hijos a tomar buenas decisiones durante esta etapa tan crucial, usted debe:
- Procurar que conozcan a fondo las razones por las que se debe evitar el alcohol, el tabaco y la droga;
- Tratar de conocer a sus amigos llevándolos y trayéndolos de sus actividades, los partidos de deportes, la biblioteca y el cine después de las horas de clase (y al mismo tiempo ser sensible a su necesidad de sentirse independiente);
- Ofrecerse como voluntario para las actividades en las que usted puede observar a su hijo en la escuela; y
- Tratar de conocer a los padres de los amigos de sus hijos y conocer los intereses y los hábitos de sus propios hijos. Si le parece que le atraen a su hijo amigos que tienen malos hábitos, reitere por qué el consumo de drogas no es aceptable.
Para asegurarse de que la vida de su hijo cuente con una estructura de manera que la droga no quepa en ella, usted debe:
De ser posible, hacer lo necesario para que alguien cuide a sus hijos, y lograr que estén ocupados, después de salir de las clases, si usted no puede estar con ellos. Aliéntelos a participar en grupos de jóvenes de buena fama, en las artes, la música, los deportes, el servicio a la comunidad y en los clubes académicos.
Encargarse de que sientan su presencia los niños que se quedan sólos por períodos de tiempo durante el día. Establezca un horario para ellos y ponga límites a su conducta. Asígneles quehaceres domésticos para cumplir. Haga cumplir una estricta regla de comunicación con usted por teléfono. Deje notas para ellos en diferentes partes de la casa. Ponga a su disposición comida y bocados fáciles de encontrar.
Tratar de conocer a los padres de los amigos de su hijo. Intercambie números de teléfono y direcciones. Pónganse de acuerdo para prohibirles a los hijos de ambos padres consumir en ambas casas el alcohol, el tabaco y otras drogas, y comprométanse a que los dos se informen en caso de que se entere uno de ustedes de que uno de los hijos o hijas no ha cumplido con este pacto.
Llamar a los padres cuya casa se está utilizando para una fiesta. Pídales que le aseguren que no se ofrecerán bebidas alcohólicas ni sustancia ilícitas. No tenga pena de echar personalmente un vistazo a la fiesta para ver si hay adultos que supervisen.
Ayudar a que sea más fácil para su hijo dejar un lugar donde se están usando sustancias. Hable de antemano con su hijo sobre cómo él puede ponerse en contacto con usted o con otro adulto designado para conseguir quién lo lleve a casa en este caso. Si le corresponde a otro adulto darle el transporte, póngase usted a disposición de su hijo para hablarle sobre la situación en cuanto él llegue a la casa.
Establecer y hacer cumplir una hora límite para el regreso a casa. Para un estudiante del quinto grado de primaria, este límite puede ser hasta las 9 horas de la noche en fines de semana, mientras que para un estudiante del doceavo grado de high school, puede ser hasta las 12:30 de la noche.
Promover el diálogo abierto con sus hijos acerca de sus experiencias. Dígale a su hijo, "Te amo y confío en ti, pero no confío en el mundo a tu alrededor, y necesito saber lo que está sucediendo en tu vida para que yo pueda ser un buen padre para ti."
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