Reduciendo las disparidades por Cáncer

Se calcula que más de 1,3 millones de personas en los Estados Unidos serán diagnosticadas con cáncer este año y que 564,000 morirán a causa de la enfermedad. Trágicamente, todos nosotros podemos nombrar por lo menos a una persona en nuestras vidas que ha perdido su batalla con el cáncer, tales como madres y padres, hermanas y hermanos, amigos, vecinos y colegas.

La investigación demuestra que los hispanos o latinos experimentan tasas más altas de ciertos tipos de cáncer que otros grupos. Por ejemplo, se sabe que las mujeres hispanas tienen una de las incidencias más altas de casos nuevos de cáncer cervical en el mundo. Esto representa un claro ejemplo de una disparidad en la salud, la cual se define como un estado de salud negativo debido a desigualdades en acceso a la atención médica, prevención y tratamiento, entre otros factores.

El Instituto Nacional del Cáncer (NCI), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, dio a conocer recientemente estadísticas nuevas sobre casos y muertes por cáncer. Los números son reveladores. De acuerdo al programa Surveillance, Epidemiology and End Results (SEER) de NCI, hay buenas y malas noticias para los hispanos.

Las buenas noticias son:

Las malas noticias son:

NCI está atacando las disparidades en la salud desde diferentes ángulos:

Hoy en día, tenemos un mejor entendimiento de los aspectos fundamentales del cáncer. Nuestro nivel de conocimiento sobre esta enfermedad es el resultado de una excelente investigación a lo largo de varios años junto con una explosión en el campo de la tecnología. Estos acontecimientos marcan un progreso alentador contra el cáncer para todos los estadounidenses, sin importar su raza, nivel socioeconómico o lugar de residencia. Éste es un buen momento para que las familias hispanas obtengan la mayor información posible sobre el cáncer, especialmente sobre prevención y estrategias de detección tales como la prueba Pap o de Papanicolaou; es decir, la prueba para detectar células anormales en el cuello uterino o cérvix.

Las familias hispanas también deben conocer el papel que juegan en el cáncer la dieta y el ejercicio, las opciones de tratamiento que existen y cómo reconocer las señales de alerta. Además, es un buen momento para comprometernos individualmente a involucrarnos en la toma de conciencia acerca de esta enfermedad—a través de la iglesia, un grupo comunitario o el trabajo.

Por Jorge Gomez, M.D., Ph.D.,
Instituto Nacional del Cáncer

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