Los graneros, silos, cobertizos y otras edificaciones de la granja pueden ser motivo de preocupación cuando se usan para guardar alimentos para animales, estiércol, materiales para camas de animales y sustancias químicas peligrosas. Cuando se guarda heno húmedo en un granero caliente, puede haber formación de moho ahí. Ese moho puede causar afecciones respiratorias, alergias y asma. La exposición repetida al moho puede causar “enfermedad pulmonar del granjero”, una inflamación alérgica de los pulmones potencialmente mortal.

Los graneros mal ventilados pueden agravar los problemas de la mala calidad del aire y del polvo creados con el movimiento, el manejo o la alimentación de los animales. La exposición a altas concentraciones de polvo orgánico puede causar el síndrome de toxicidad del polvo orgánico, caracterizado por síntomas de tos, fiebre, escalofrío y dolores musculares.

En algunos graneros se almacena el estiércol animal en un foso cavado directamente debajo del terreno donde se mantienen los animales. Esta es la forma más peligrosa de guardar el estiércol y esos fosos pueden emitir gases potencialmente mortales como amoníaco, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y metano. A medida que el estiércol se descompone y se fermenta, produce estos gases que pueden causar la muerte, agotamiento de oxígeno, asfixia y reacciones tóxicas en las personas o los animales. Los gases también pueden causar explosiones cuando se mantienen en una zona cerrada.

Se pueden formar gases peligrosos en los silos con la fermentación natural del heno o de otros cultivos poco después de colocarlos allá. Esos gases pueden incluir dióxido de nitrógeno y dióxido de carbono, ambos inodoros e incoloros. Un agricultor puede estar expuesto al gas de los silos sin saberlo. La exposición a altas concentraciones de gas de dióxido de nitrógeno puede causar acumulación de líquido en los pulmones y aun la muerte.

Las edificaciones de la granja a menudo se usan como lugares de almacenamiento general de productos empleados en la agricultura, como fertilizante, pesticidas, disolventes, productos de limpieza, herbicidas, pinturas y diluyentes de pintura, además de lubricantes. Muchos de estos productos se fabrican con ingredientes peligrosos y exigen manipulación y almacenamiento cuidadosos. Las edificaciones de la granja están expuestas a un mayor riesgo de incendio por causa del almacenamiento de sustancias químicas empleadas en la agricultura, junto con heno, paja y otros materiales para camas de animales, que pueden incendiarse con facilidad. Algunos productos almacenados, como gasolina, keroseno, aceite y latas de productos en aerosol pueden aumentar la velocidad de la propagación del fuego.

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Última actualización: 30 noviembre 2007