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Department of Health and Human Services
Centers for Disease Control and Prevention


Meningitis (Meningococcal Disease)

Enfermedad meningocócica

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¿Qué es la meningitis?

La meningitis es una infección del líquido que envuelve la médula espinal y el cerebro de una persona. Algunas veces se le da el nombre de meningitis espinal. Por lo general, la meningitis es causada por una infección vírica o bacteriana. Es importante saber si la causa de la meningitis es un virus o una bacteria, pues la gravedad de la enfermedad y el tratamiento dependerán de ello. La meningitis vírica suele ser menos grave y curarse sin ningún tratamiento específico, mientras que la meningitis bacteriana puede ser muy grave y provocar daño cerebral, pérdida auditiva y discapacidad del aprendizaje. En el caso de la meningitis bacteriana, también es importante saber qué tipo de bacteria la está causando ya que los antibióticos pueden evitar que algunos tipos de bacterias se propaguen e infecten a otras personas. Antes de 1990, la Haemophilus influenzae tipo b (Hib) era la primera causa de meningitis bacteriana, pero con las nuevas vacunas que habitualmente se dan a todos los niños, ha disminuido la incidencia de esta enfermedad invasiva producida por la H. influenzae. Hoy día, las causas principales de meningitis bacteriana son Streptococcus pneumoniae y Neisseria meningitidis.

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¿Cuáles son los signos y síntomas de la meningitis? 

Los síntomas comunes de la meningitis en cualquier persona de más de 2 años de edad son fiebre alta, dolor de cabeza y rigidez del cuello. Estos síntomas pueden aparecer a lo largo de unas cuantas horas o tomar de 1 a 2 días. Otros síntomas podrían ser náuseas, vómito, sensibilidad a la luz brillante, confusión y somnolencia. En los recién nacidos y lactantes de poca edad, es posible que no estén presentes los síntomas clásicos de fiebre, dolor de cabeza y rigidez del cuello o que sean difíciles de detectar. En estos casos, el niño puede que se muestre lento o desganado, o más bien irritable, puede que tenga vómitos o no coma bien. Conforme progresa la enfermedad, es posible que los pacientes de cualquier edad experimenten convulsiones.

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¿Cómo se diagnostica la meningitis? 

Es muy importante que la enfermedad sea diagnosticada y tratada a tiempo. Si un paciente presenta los síntomas de la enfermedad, debe ver a un médico de inmediato. Para diagnosticar la enfermedad, por lo general, se cultivan bacterias tomadas de una muestra de líquido cerebroespinal. Este líquido se obtiene a través de una punción lumbar, mediante la cual se inserta una aguja en la parte baja de la espalda, donde es más fácil alcanzar el conducto vertebral para tomar la muestra del líquido. La identificación del tipo de bacteria que está causando la enfermedad es importante para la selección de los antibióticos adecuados..

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¿Puede tratarse la meningitis?

La meningitis bacteriana puede tratarse con una serie de eficaces antibióticos. Sin embargo, es importante que el tratamiento comience al principio de la enfermedad. El tratamiento de los tipos más comunes de meningitis bacteriana con antibióticos adecuados en principio reduce a menos del 15% el riesgo de morir a causa de esta enfermedad, aun cuando el riesgo es mayor entre las personas en edad avanzada.

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¿Es la meningitis una enfermedad contagiosa?

Efectivamente algunas formas de meningitis bacteriana son contagiosas. Las bacterias se propagan a través del intercambio de secreciones respiratorias faríngeas (p. ej., a través de la tos, el beso). Afortunadamente, ninguna de las bacterias que causan la meningitis es tan contagiosa como el catarro común o la gripe; además estas bacterias no se propagan a través de contactos casuales o por sencillamente respirar el mismo aire que ha respirado una persona con meningitis.

Sin embargo, en ocasiones las bacterias que causan la meningitis se han propagado a otras personas que han tenido contacto cercano o prolongado con un paciente con meningitis causada por Neisseria meningitidis (también conocida como meningitis meningocócica) o Hib. Se considera que todos aquellos que comparten un mismo techo o están en una guardería o cualquiera que tenga contacto directo con las secreciones orales de un paciente (por ejemplo, un novio o una novia) están expuestos a un mayor riesgo de contraer la infección. Las personas consideradas contactos cercanos de una persona con una meningitis causada por N. meningitidis deben recibir antibióticos para evitar contagiarse. Ya no se recomienda dar antibióticos a una persona con meningitis causada por Hib si todos los contactos de hasta 4 años de edad han recibido todas las vacunas contra Hib (ver abajo).

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¿Existen vacunas contra la meningitis? 

Sí, de hecho existen vacunas contra Hib, algunos serogrupos de N. meningitidis y muchos tipos de Streptococcus pneumoniae. Las vacunas contra Hib son muy seguras y altamente eficaces.

En Estados Unidos existen dos vacunas contra N. meningitidis. La vacuna antimeningocócica polisacárida (MPSV4 or Menomune®) ha sido aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) y ha estado disponible en el mercado desde 1981. La vacuna antimeningocócica conjugada (MCV4 or MenactraT) fue autorizada en 2005. Ambas vacunas pueden prevenir 4 tipos de la enfermedad meningocócica, incluidos 2 de los 3 tipos más comunes en Estados Unidos (serogrupos C, Y, y W-135) y un tipo que causa epidemias en África (serogrupo A). Las vacunas antimeningocócicas no pueden prevenir todos los tipos de la enfermedad, pero sí protegen a muchas personas que podrían enfermarse si no se vacunaran. Los casos de meningitis deben reportarse a los departamentos de salud locales o estatales a fin de asegurar que se haga seguimiento a los contactos cercanos y se reconozcan los brotes.

Se recomienda la administración de la vacuna MCV4 a todos los niños en su visita médica de preadolescencia de rutina (entre 11 y 12 años de edad). Se recomienda la administración de 1 dosis de MCV4 a aquellos adolescentes que están por entrar a la escuela media superior (high school) y que nunca han recibido esta vacuna. También puede vacunarse a otros adolescentes que quieran disminuir el riesgo de contraer la enfermedad meningocócica. Otro grupo de personas a quienes se recomienda la vacunación de rutina son los alumnos de primer año de universidad que viven en residencias estudiantiles, los microbiólogos (habitualmente expuestos a las bacterias meningocócicas), los reclutas militares y cualquier otra persona que tenga problemas de bazo o a quien se le haya extirpado el bazo, todo aquel que tenga deficiencias de los componentes terminales del complemento (un trastorno del sistema inmunitario), cualquiera que viaje a países donde haya un brote de enfermedad meningocócica y aquellos que han estado expuestos a la meningitis en un brote de la enfermedad. La MCV4 es la vacuna de preferencia para las personas de 11 a 55 años de edad pertenecientes a este grupo de riesgo, pero se puede usar la MPSV4 cuando la MCV4 no está disponible. La MPSV4 debe usarse en niños de 2 a 10 años de edad y en adultos de más de 55 años, expuestos al riesgo de contraer la enfermedad.

Aun cuando en Estados Unidos no se dan grandes epidemias de meningitis meningocócica, existen otros países donde sí se experimentan grandes epidemias periódicas. Aquellas personas que viajan al exterior deben indagar si se recomienda que se pongan la vacuna antimeningocócica antes de viajar a su lugar de destino. Los viajeros deben ponerse la vacuna por lo menos 1 semana antes de la salida, si es posible. Para obtener información sobre las áreas afectadas por la enfermedad meningocócica, para las cuales se recomienda ponerse la vacuna antimeningocócica antes de viajar, sírvase llamar a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades al (404)-332-4565.

Hay vacunas que previenen la meningitis por S. pneumoniae (también conocida como meningitis neumocócica) que también puede prevenir otras formas de infección por S. pneumoniae. Se recomienda la administración de la vacuna antineumocócica polisacárida a todas las personas de más de 65 años de edad y a personas más jóvenes, de por lo menos 2 años de edad, que padezcan de ciertos problemas médicos crónicos. Acaba de autorizarse otra vacuna (la vacuna antineumocócica conjugada) que parece ser eficaz en la prevención de las infecciones neumocócicas en lactantes y que se recomienda habitualmente para todos los niños de más de 2 años de edad.

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This page last modified on May 28, 2008
Content last reviewed on May 28, 2008
Content Source: National Center for Immunization and Respiratory Diseases: Division of Bacterial Diseases

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