Más recursos Lista de puntos para el regreso a la escuela

MEMORANDO

Al prepararse para redactar sus notas o artículos referentes al regreso de los estudiantes a la escuela, deseaba compartir con ustedes algunas reflexiones y consejos útiles que pueden ser de interés para sus lectores—en particular los padres.

Como una nación, tenemos la buena fortuna de contar con una rica tradición de educación pública. Los Estados Unidos tiene muchas escuelas públicas excelentes. Y, sin embargo, son muchos los estudiantes que no reciben la debida atención. Con demasiada frecuencia estos estudiantes quedan relegados a vagar por las sombras, condenados a una vida con pocas esperanzas u oportunidades porque no recibieron la educación de calidad que merecían.

Gracias a la Ley del Presidente Que Ningún Niño Se Quede Atrás, ya se están iluminando nuestras escuelas con una luz brillante. Ya estamos midiendo el desempeño de todos los estudiantes y haciendo a todas las escuelas responsables de los resultados.

La ley representa un cambio importante en las prácticas normales de educación. La excelencia en la educación ahora se mide por la cantidad de estudiantes que alcanza un alto nivel, no simplemente por la cantidad de dólares que estamos gastando. Las escuelas deben cumplir con lo que se denomina el "progreso anual adecuado" (Adequate Yearly Progress ó AYP) en la lectura, la expresión oral y escrita y la matemática. Estos objetivos fueron establecidos por el estado, y los distritos escolares y las escuelas marcan la pauta y determinan las acciones a tomar para ayudar a los estudiantes a alcanzarlos.

El objetivo principal de Que Ningún Niño Se Quede Atrás es sencillo: garantizar que todos los estudiantes se desempeñen al nivel de su correspondiente grado en lectura y matemática. Para los estudiantes atrapados en una escuela que una y otra vez no logra cumplir con los criterios mínimos, Que Ningún Niño Se Quede Atrás establece nuevas opciones tales como la tutoría o el traslado del estudiante a otra escuela pública o escuela charter pública. La escuela de bajo rendimiento, entretanto, recibe recursos adicionales para ayudarla a mejorar.

Los estados de todo el país próximamente harán público el informe sobre el desempeño en la educación y darán a conocer cuáles escuelas cumplieron y cuáles no cumplieron con sus objetivos de progreso. Es normal que los padres y otros ciudadanos tienen algunas preguntas sobre estos cambios de acuerdo con la Ley Que Ningún Niño Se Quede Atrás y lo que significan para su hijo, su escuela y su comunidad.

Ofrecemos una lista de puntos para que las mamás y los papás que tienen el tiempo muy ocupado no dejen de hacer las preguntas necesarias. Muchos factores influyen en una educación de calidad. Estos son algunos de los que se deben seguir de cerca.

Creemos que los educadores públicos tienen la capacidad de cumplir con este nuevo reto. Sabemos lo que Estados Unidos es capaz de hacer cuando se concentra en los resultados. En 1957, el lanzamiento del Sputnik nos alentó a reevaluar la calidad de la educación pública. En 1983, el relevante informe titulado A Nation at Risk advirtió de una "creciente marea de mediocridad" en nuestras escuelas. Y hoy, nuestra doble brecha en el rendimiento académico—por un lado, la que existe entre los estudiantes de diferentes niveles de ingreso económico y razas, y por otro lado la que existe entre los estudiantes de Estados Unidos y de otros países—ha centrado la atención en la necesidad apremiante de hacer todo lo posible por educar a todo niño y toda niña.

Para que Estados Unidos pueda competir en el siglo 21, debemos poner en práctica las reformas contenidas en la Ley Que Ningún Niño Se Quede Atrás. Pero debemos enfrentar el reto juntos. El gobierno federal, los estados, las agencias locales de educación, las organizaciones comunitarias, los padres y las empresas todos deben colaborar. Y los medios de comunicación social también desempeñarán un papel importante.

A fin de cuentas, la responsabilidad está en manos de todos. Todos los niños merecen una educación de calidad. Ningún niño merece quedarse atrás.

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