Lavarse las manos es algo sencillo de hacer y es la mejor forma de prevenir las infecciones y enfermedades.
Las manos limpias previenen infecciones. Mantener las manos limpias previene enfermedades en la casa, la escuela y el trabajo. Las prácticas de higiene de las manos son herramientas clave de prevención en establecimientos médicos, guarderías, escuelas e instituciones públicas, y contribuyen a la seguridad de nuestros alimentos.
En los establecimientos médicos, el lavado de las manos puede prevenir la propagación de infecciones potencialmente mortales entre los pacientes y de los pacientes a los trabajadores de la salud y viceversa. La regla básica en un hospital es limpiarse las manos antes y después del contacto con cada paciente bien sea lavándose las manos o utilizando un desinfectante para manos a base de alcohol.
En la casa, el lavado de las manos puede prevenir la propagación de infecciones y enfermedades entre los miembros de la familia y, en ocasiones, en toda la comunidad. La regla básica en la casa es lavarse las manos antes de preparar los alimentos y después de manipular carne de res y de ave crudas, antes de comer, después de cambiar pañales, después de toser, estornudar o sonarse la nariz con un pañuelo desechable y después de ir el baño.
Al lavarse las manos con agua y jabón:
Si no dispone de agua limpia ni jabón, use un desinfectante para manos a base de alcohol. Estos desinfectantes para las manos a base de alcohol son de acción rápida y reducen considerablemente el número de gérmenes en la piel.
Al usar un desinfectante para manos a base de alcohol:
Ignaz Semmelweis, un médico austro-húngaro, fue el primero que demostró, hace más de 150 años, que la higiene de las manos puede prevenir la propagación de enfermedades. La higiene de las manos es una práctica que incluye el lavado de las manos o el uso de un producto antiséptico, un desinfectante a base alcohol o una antisepsia/higiene quirúrgica de manos.
El Dr. Semmelweis trabajaba en un hospital en Viena en el cual las pacientes del pabellón de maternidad estaban muriendo a un ritmo tan alarmante que ellas rogaban que las enviaran a casa (referencia: Semmelweis I. Etiology, concept, and prophylaxis of childbed fever. Carter KC, ed. 1st ed. Madison, WI: The University of Wisconsin Press, 1983.). La mayoría de las pacientes fallecidas habían sido atendidas por estudiantes de medicina que venían de trabajar con cadáveres durante una clase de anatomía antes de iniciar sus rondas en el pabellón de maternidad.
Debido a que los estudiantes no se lavaban bien las manos después de tocar los cadáveres y antes de atender a las pacientes (el lavado de las manos no era una práctica de higiene reconocida en esa época), había transmisión regular de bacterias patógenas de los cadáveres a las madres a través de las manos de los estudiantes. El resultado era una tasa de mortalidad cinco veces más alta en las madres que daban a luz en un pabellón del hospital que las que daban a luz en otro pabellón donde no eran atendidas por estudiantes de medicina.
En un experimento que sus colegas consideraron extraño, por no decir menos, el Dr. Semmelweis insistió en que los estudiantes se lavaran las manos antes de atender a las mujeres. El resultado: el número de muertes en el pabellón de maternidad se redujo cinco veces.
A pesar de que hoy en día el lavado de las manos se considera, sin lugar a dudas, la herramienta más importante que los trabajadores de la salud tienen a su disposición para prevenir infecciones, ésta no era una práctica aceptada comúnmente en la época del Dr. Semmelweis. De hecho, sus peticiones de que se incorporara el lavado de las manos como práctica de rutina en todo el hospital fueron recibidas generalmente con desdén. Tuvieron que pasar otros 50 años antes de que la importancia del lavado de las manos como medida de prevención fuera ampliamente aceptada en la profesión médica. La medidas de higiene son ahora la norma y han salvado miles de vidas gracias al descubrimiento del Dr. Semmelweis.
Esta página fue revisada el 9 de diciembre de 2008
Esta página fue actualizada el 9 de diciembre de 2008
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Fuente del contenido: Centro Nacional de Preparación para la Detección y el Control de Enfermedades Infecciosas, División de Promoción de la Salud y Centro Nacional de Enfermedades Zoonóticas, Entéricas y Transmitidas por Vectores, División de Enfermedades Bacterianas y Micóticas
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