El presidente George W. Bush afirmó que quiere trabajar con el Congreso de Estados Unidos en un amplio plan de inmigración.

Bush afirmó que apoya un aumento de la supervisión del cumplimiento de las leyes fronterizas y un programa de trabajadores temporales que abra la senda a la obtención de ciudadanía para los inmigrantes ilegales.

El mandatario estadounidense señaló textualmente: “Estoy convencido de que podemos y debemos obtener un amplio plan de inmigración… porque es importante para nosotros, para aplicar la ley en nuestra frontera, para que los agentes de la patrulla fronteriza -a quienes hemos aumentado en número y les hemos proporcionado más equipos y mejor seguridad fronteriza- tengan ayuda. Un plan que diga: si usted viene a Estados Unidos a hacer un trabajo, puede venir legalmente a hacerlo en forma temporal.”

El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, dijo que el presidente Bush comprende la necesidad de evitar que la gente ingrese a Estados Unidos ilegalmente y de impedir que quienes ya están en Estados Unidos trabajen ilegalmente: Snow señaló que: “Hay preocupación respecto a determinar quién está aquí de manera ilegal, quiénes son estas personas. Necesitamos saber. Y por eso, el Presidente ha hablado de una tarjeta de identificación que no pueda ser falsificada. También preocupa que los empleadores puedan estar contratando extranjeros ilegales a sabiendas. En los últimos años, este gobierno ha aumentado las penas por contratar intencionalmente a un ilegal. Desde multas civiles a penas criminales y congelación de bienes”.

El sistema actual, dijo el presidente Bush, obliga a la gente que busca ingresar a Estados Unidos a depender de contrabandistas y falsificadores, lo que a menudo deriva en un tratamiento inhumano. Una legislación de inmigración amplia es la meta para hacer cumplir las leyes en las fronteras estadounidenses “de manera humanitaria”.