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For Immediate Release
Office of the Press Secretary
18 de diciembre de 2003

Declaraciones del Presidente al Personal Médico
Walter Reed Army Medical Center
Washington, D.C.

12:00 P.M. EST

EL PRESIDENTE: Muchísimas gracias a todos. Gracias por la cálida bienvenida. Laura y yo estamos encantados de estar aquí en el Army Medical Center. Estamos encantados porque este es un lugar de amor y consuelo y muchísima compasión. Este centro tiene una gran historia y una misión importante, y es que están prestándoles servicios a aquellos que sirven a nuestro país.

President George W. Bush embraces the mother-in-law of U.S. Army Staff Sergeant Roy Mitchell, who is at left, as other family members look on during the President’s visit to Walter Reed Army Medical Center in Washinton, D.C., Thursday, December 18, 2003. President Bush had just presented Sgt. Mitchell The Purple Heart for injuries sustained while serving in Iraq. Sgt. Mitchell is from Milan, Indiana. Others present are, from left, Jerry Stoneking, Zachary Bice and Sgt. Mitchell's wife, Michelle, who is holding their son Jerrett.  White House photo by Eric Draper En estos tiempos de guerra - y estamos de guerra con un enemigo que odia lo que Estados Unidos representa - las buenas personas de Walter Reed están prestándoles la mejor atención a los hombres y mujeres que han sido heridos en combate. Durante un momento difícil en sus vidas, cuentan con ustedes. Ustedes les dan atención bondadosa, profesional y la amabilidad y esperanza que se merecen. Y en nombre de los Estados Unidos, les agradezco por su servicio. (Aplausos.)

Esta ha sido una gran visita para Laura y para mí. Sé que no se supone que me salga de mi carril y dé informes médicos. (risas). pero les puedo informar que Colin Powell recibió una atención médica excelente aqu y está muy bien. (Aplausos.)

Quiero darles las gracias nuevamente al General Kiley y Babs por su hospitalidad. Aprecio al Coronel Jaffin. Aprecio a la Coronel B.J. Mielcarek. Es. también ha velado por mi cuerpo de vez en cuando. (Risas.) Afortunadamente, tiene mucho con qué trabajar. (Risas.) Pero ella está a cargo de los servicios de terapia física. Acabamos de venir de su departamento donde vimos que se estaba realizando un trabajo fabuloso, y algunos soldados valientes que están esforzándose mucho por llegar al cien por ciento.

Aprecio al Coronel Saulsbery, subcomandante de enfermería; Coronel Greenwood; Coronel Fitzpatrick. Y gracias a todos. Realmente le agradezco a su personal tan dedicado - los médicos, los enfermeros, las personas que hacen que esta instalación tan fantástica opere de una manera que hace que me sienta orgulloso y de una manera que hará que todos los estadounidenses se sientan orgullosos cuando se enteren de su caso.

Cada uno de ustedes tiene un trabajo exigente. Es un trabajo difícil aquí. He visto su trabajo personalmente. Sé cuán difícil es. Pero también sé que pueden considerar un privilegio velar por estadounidenses excepcionales, personas que están dispuestas a sacrificarse por su país. Cuando un paso tiempo con los miembros de nuestras fuerzas armadas, me impresiona el idealismo y la preocupación mutua, y su fuerte sentido del deber que sienten nuestros soldados.

Los miembros de las Fuerzas Armadas ahora están sirviendo una gran causa, sirviendo en un momento histórico. La paz y la seguridad de nuestros conciudadanos dependen de la valentía y su voluntad de servir. Al hacerlo, nuestros soldados aceptan los peligros y las dificultades que a veces requieren esta causa. Los conocen bien; yo estoy llegando a conocerlos. Son los mejores de nuestros ciudadanos. (Aplausos.)

President George W. Bush speaks to a relative of U.S. Army Sergeant First Class Joseph Briscoe, of Liberty, Texas, after presenting Sgt. Briscoe The Purple Heart for injuries he sustained while serving in Iraq. President Bush visited troops at Walter Reed Army Medical Center in Washinton, D.C., Thursday, December 18, 2003. Laura Bush and Sgt. Briscoe’s brother, Ira, look on.  White House photo by Eric Draper Si pasan algo de tiempo con estos jóvenes, saben que ya sea en el campo de batalla o en el hospital, nuestros hombres y mujeres siempre están pensando unos sobre los otros. Aún después de ser heridos, a menudo hablan sobre regresar a sus unidades. Y estas no son palabras vanas. Estas son palabras que vienen de personas que han visto la verdadera naturaleza del combate. Me enorgullece ser su Comandante en Jefe. Me enorgullece ser el líder de hombres y mujeres de tal calidad que están dispuestos a sacrificarse por su país. (Aplausos.)

Hay otra cosa que dicen los heridos, y lo dicen a menudo y lo dicen claramente. Los alaban a todos ustedes y alaban la extraordinaria atención médica que reciben aquí en Walter Reed. Los médicos y los enfermeros aqu son excelentes y dedicados e infatigables. El personal administrativo y los intercesores de los pacientes y los capellanes son estadounidenses increíblemente comprometidos y almas compasivas. Muestran interés por sus pacientes y también aman a sus familias. Les dan la atención a las necesidades médicas, las necesidades emocionales y las necesidades espirituales de aquellos que recientemente fueron retirados del campo de batalla.

Quiero darles las gracias a los voluntarios de Walter Reed. Muchos de ustedes son veteranos. Muchos de ustedes han experimentado personalmente las heridas de guerra. Son una fuente de inspiración y consejos para las personas que se están recuperando. El país está agradecido por su servicio en el pasado y su país está muy agradecido por su servicio continuo para ayudar a elevar los espíritus de aquellos que han sido heridos en el campo de batalla.

La medicina militar es un modelo de profesionalismo y organización. Comienza con el enfermero de combate. El enfermero de combate que está en la escena, la primera atención médica que un soldado herido recibe a los pocos momentos de la lesión. Los pacientes luego son tratados por los equipos quirúrgicos avanzados y en hospitales de apoyo al combate. Me pareció interesante que Walter Reed tiene más de 60 miembros de su personal de servicio en el teatro de Iraq actualmente. Han trasladado su gran medicina de esta instalación tan fantástica al frente de batalla, para que nuestros soldados reciban atención instantánea, profesional.

President George W. Bush speaks to U.S. Army Corporal James Rednour, of Ft. Campbell, Kentucky, after presenting him The Purple Heart for injuries Cpl. Rednour sustained while serving in Iraq. President Bush visited troops at Walter Reed Army Medical Center in Washinton, D.C., Thursday, December 18, 2003. Cpl. Rednour’s parents, Chuck and Cindy look on.  White House photo by Eric Draper Nuestros soldados tropas heridos posiblemente fueron posteriormente a Landstull Medical Center en Alemania, donde recibieron excelente atención médica, antes de ser puestos en sus manos. Nuestros conciudadanos deben comprender que cada parada que hace un soldado, del campo de batalla a Walter Reed, está dotada de personal capacitado en cada aptitud de la medicina de emergencia.

Esta mañana, tuve una oportunidad de visitar, como dije, el centro de trabajo de B.J., que son las instalaciones de terapia física y terapia ocupacional. Walter Reed no tiene par en este tipo de medicina. Están utilizando la tecnología protésica para ayudar a los pacientes a superar grandes desafíos y reanudar sus vidas. Sé personalmente. recuerdo haber venido aquí hace un par de meses a ponerle un Corazón Púrpura a un hombre que perdió ambas piernas y un brazo. Hoy, lo veo caminar. (Aplausos.) Lo que hace que esta historia sea aún más profunda es que perdió ambas piernas y un brazo no como ciudadano de los Estados Unidos, sino como un soldado luchando por los Estados Unidos. Hoy, vi a un ciudadano de los Estados Unidos caminar. (Aplausos.)

Los estadounidenses se sorprenderán al enterarse que una lesión grave, como la pérdida de una extremidad, ya no significa el cese forzoso. En otras palabras, la atención médica es tan buena y el proceso de recuperación es tan avanzado tecnológicamente, que dichas personas ya no se vez forzadas a dejar las fuerzas armadas. Cuando hablamos de los ceses forzosos, hablamos de otra era y otro ejército. Esta es una era nueva y este es un ejército nuevo. (Aplausos.) Ahora, si los miembros heridos del servicio quieren seguir llevando el uniforme y pueden realizar el trabajo, las fuerzas armadas tratan de ayudarlos a quedarse.

Este país toma. exige muchísimo de los hombres y mujeres al servicio en nuestras fuerzas armadas; estamos pidiendo muchísimo de ellos, especialmente en la primera guerra del siglo XXI. Pusimos muchísimos soldados excelentes en peligro para hacer que este país esté más protegido y el mundo sea más libre y el mundo sea más pacífico. Les pedimos que enfrenten grandes peligros para satisfacer una necesidad nacional. A cambio, hemos hecho un compromiso. Hemos hecho un compromiso con los soldados y hemos hecho un compromiso con sus seres queridos, y ese compromiso es que proporcionaremos atención médica excelente. atención excelente. a cualquiera que sea herido en el campo de batalla.

Aquí en Walter Reed, todos ustedes están cumpliendo con ese compromiso. Están salvando las vidas de los liberadores. Están curando a los defensores de nuestro país. Están reconfortando a los campeones de la libertad. Por eso, cada una de las personas que trabajan aquí cuenta con el respeto y la gratitud de toda nuestra nación.

Todos ustedes aquí presentes están involucrados en una causa grandiosa, una causa noble, una causa importante a favor de nuestro país, y por la libertad y la paz. Por medio de su gran trabajo, están ayudando a proteger a los Estados Unidos. Y por eso, su Comandante en Jefe dice, Dios los bendiga y gracias. Felices fiestas. (Aplausos.) Gracias a todos.

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